En la cabina de mando, en nuestros peores días, cuando sin previo aviso lo normal se convierte en una emergencia, el recurso más valioso es nuestro equipo. Los necesitamos. Necesitamos su conocimiento y habilidades, y toda la aportación que puedan brindar voluntariamente. Esta es la clave del éxito y de operaciones seguras. ¿Cómo podemos lograr esto? Se requiere más que procedimientos, manuales y políticas. Los humanos no son máquinas. Se necesita un líder que haya ganado respeto e influencia.
Después de cuatro décadas y 22,000 horas de vuelo, entrenamiento, examinación y formación de equipos, he aprendido que estos son algunos de los elementos clave que pueden ayudarnos a convertirnos en los líderes más respetados e influyentes de todos.
¿Lo más importante? Tenemos que darle a nuestra tripulación –nuestro personal– una razón para respetarnos y seguirnos. No podemos forzarlo. Ellos tienen que querer hacerlo. Y cuando los tiempos son difíciles, realmente los necesitamos.
El camino del líder hacia el respeto y la influencia: humildad + poder + influencia = liderazgo excepcional
- Humildad = Poder, siempre que sea genuina.
- Poder = Influencia, siempre que el poder se utilice adecuadamente.
- Influencia = Líderes excepcionales.
Lograr este respeto e influencia requiere inteligencia emocional. Existen innumerables definiciones técnicas de la inteligencia emocional, como esta: “La capacidad de identificar, usar, comprender y gestionar las emociones de manera positiva para aliviar el estrés, comunicarse eficazmente, empatizar con los demás, superar desafíos y desactivar conflictos”. Pero:
Clave 1: Demuestra respeto y capacidad de relación.
Pregunta a un miembro del personal qué es la inteligencia emocional, y la respuesta será algo como:
“Una persona que lo entiende” o “Entiende lo que queremos.”
Pregunta más a allá: “Puede relacionarse conmigo” o “Muestra respeto por mí”
Ahora, el respeto es mutuo. El personal trabajará para este líder (y más allá de lo esperado).
Clave 2: Muestra humildad.
Y la humildad es poder. ¿Por qué? Porque cuando mostramos humildad, las personas se abrirán a nosotros. Hablarán con nosotros. Saben que son considerados importantes y valorados, al igual que su opinión. Eso es poder.
Llévalo un paso más allá. Esa persona puede tener algo incluso mejor que poder. Eso es influencia. ¿La diferencia? La verdad es que solo tenemos poder o autoridad por rol o título.
Pronto nos damos cuenta de lo bien que hemos hecho nuestro trabajo cuando ya no tenemos poder —porque lo dejamos o nos jubilamos–. Si no hemos tratado bien a los demás, o no los hemos respetado, no nos considerarán cuando los encontremos en la calle. No deberíamos sorprendernos. Nos habremos ganado ese desprecio.
Clave 3: Trata bien a los demás para ganar influencia.
Si nos hemos comportado bien, tendremos algo mucho más valioso: influencia. Y la influencia es permanente. Cuando tenemos influencia, nuestro equipo nos seguirá, hablará y nos dirá lo que realmente está sucediendo. Y ni siquiera necesitaremos un título.
La inteligencia emocional y los imperativos comerciales no son mutuamente excluyentes. La inteligencia emocional paga.
Clave 4: Demuestra inteligencia emocional para ser un líder respetado e influyente
Incluso si no tenemos inteligencia emocional de manera natural (se puede aprender). Usar las siguientes técnicas dará resultados. Intenta estas primero:
Estar en la trinchera. No hay sustituto. “Gracias por siempre respaldarnos,” fueron las palabras que más me significaron, escritas por el miembro más joven de nuestra tripulación. Haz que lo que esté sucediendo te afecte. Por supuesto, tenemos que dirigir y tomar decisiones ejecutivas, pero también necesitamos liderar desde dentro tanto como sea posible. Estar en la primera línea. Lejos de disminuir tu estatus, tu posición se elevará inmensamente—al igual que el respeto de por vida por ti.
Pregunta, no digas. No, no sabemos lo que es bueno para ellos o lo que quieren. Es muy tentador decir: “Sé cómo te sientes. Esto es lo que necesitas hacer.” Simplemente, no. Aquí hay una verdadera pista: Incluso si sabes la respuesta, pregunta a tu personal y observa la respuesta. Observa cómo se eleva el respeto por ti.
Comparte los beneficios diariamente. El dinero y los premios no construyen compromiso. Las personas pueden trabajar por bonificaciones, pero eso no significa que estén trabajando para nosotros, o que estén comprometidos. El dinero es un motivador extrínseco. Si quitamos el dinero, quitamos el valor. Si se requiere dinero para que las personas trabajen duro, tenemos un problema de compromiso. Haz esto. Si estás fuera por algunos días, comparte tu estacionamiento ejecutivo (o un beneficio similar tuyo). No esperes nada a cambio. Observa la respuesta.
Usa la “paradoja” (mi término). Reconoce abiertamente el derecho de otra persona a su punto de vista, incluso si es totalmente inaceptable para ti. Recuerda, quieres un resultado.
Hacer esto es el primer paso para que potencialmente estén de acuerdo contigo o al menos puedan trabajar contigo o sentirse lo suficientemente respetados como para intentarlo. Esto puede ser increíblemente difícil, pero funciona, y rápido. Los negociadores realmente grandes que vuelan por todo el mundo hacen esto porque quieren –no, necesitan– un resultado.
Recuerda, con la intransigencia, a veces no hay respuesta. Tú sigue hablando. Esa es la respuesta.
Por CHRISTOPHER SMITH | Fast Company