Nunca antes en la historia hemos tenido tantos recursos para enfrentar el estrés en el trabajo, además, nunca antes en la historia hemos estado tan estresados en el trabajo, según un informe de Gallup.
Ambas afirmaciones son ciertas, entonces, ¿en qué nos estamos equivocamos?
Las generaciones de nuestros abuelos y bisabuelos probablemente se sorprenderían al ver los paquetes de bienestar laboral que vienen con la mayoría de los trabajos corporativos hoy en día. Para generaciones anteriores, la salud mental no era un tema que se discutiera o abordara en el lugar de trabajo.
Sin embargo, un libro publicado hace más de 40 años, en 1981, puede ayudarnos a entender por qué las robustas estrategias aplicadas al estrés en el trabajo en la actualidad no siempre tienen un impacto.
El libro que lo explica todo
Your Stress Personalities: A Look at Your Selves, fue escrito por las psicólogas Mary Dempcy, Rene Tihista y Robyn Ross Watson, quienes notaron un patrón en sus sesiones de psicoterapia. Durante las sesiones, los pacientes mostraban patrones de autocrítica y condena de manera diferente según sus personalidades y también respondían de forma distinta a los métodos destinados a mitigar esos sentimientos negativos.
Eso es bastante diferente de lo que veo en mi trabajo hoy. A menudo audito los programas de bienestar y salud mental de grandes corporaciones que invierten sumas significativas en tratar de mejorar la satisfacción laboral, la retención y la productividad entre sus empleados.
Pero a pesar de la gran cantidad de materiales y de los bien intencionados intentos de crear estructuras de apoyo, la mayoría aborda el estrés en el trabajo desde un enfoque general en lugar de proporcionar orientación clínica individualizada a cada empleado.
A pesar de estos esfuerzos bien intencionados, nuestra reciente encuesta de Wysa encontró que, aunque 44% de los empleados reconoce la postura proactiva de su empresa sobre la salud mental, 57% aún experimenta síntomas de estrés severo o depresión. Esta discrepancia resalta la brecha entre la intención y el impacto en muchos programas de bienestar laboral.
Profundicemos en las siete personalidades de estrés descritas en el libro y veamos cómo esta literatura psicológica supera los enfoques generalizados para manejar nuestro estrés en el trabajo:
El controlador del tiempo
Los controladores del tiempo disfrutan estar a cargo y asumir responsabilidades, pero también asumen demasiado, lo que resulta en multitareas y en no reconocer cuándo la productividad cruza la línea hacia la sobrecarga. Si tú o alguien a tu cargo se identifica con este tipo de estrés, encontrar estrategias para desacelerar será uno de los antídotos más poderosos contra el estrés. Un compañero cercano que te ayude y discuta decisiones y prioridades antes de que aceptes nuevos proyectos o tareas, puede ser útil.
El ambicioso
Los ambiciosos son competitivos y siempre están motivados. No les gusta pedir ayuda y son propensos a agotarse en la búsqueda de alcanzar la cima del escalón del logro. Reducir el estrés de manera sostenible para los ambiciosos generalmente requiere fomentar la colaboración como un nuevo método de trabajo.
Para los ambiciosos abrumados, crea un plan donde ellos puedan delegar y reevaluar qué elementos de un proyecto tienen sentido manejar en solitario y cuáles otros pueden ser en equipo.
El complaciente
El complaciente se siente abrumado por la culpa cada vez que tiene que decir que no. Sacrifican sus propios intereses por el bien de los demás y es probable que experimenten resentimiento o agotamiento después de asumir demasiado.
Para mitigar las preocupaciones de no ser un miembro cooperativo del equipo, los complacientes pueden beneficiarse de llevar un registro de lo que se les pide y de lo que dicen sí o no. Ver de primera mano el volumen de proyectos a los que se comprometieron puede ayudar a superar cualquier culpa por decir que no.
El tigre de dientes de sable
Los tigres de dientes de sable pueden ser personas con una fuerza emocional inestable en el lugar de trabajo.
A menudo experimentan ira o frustración en respuesta al estrés y pueden crear involuntariamente un ambiente tóxico para otros mientras luchan por manejar sus emociones. Estas personas pueden ayudarse de ejercicios de meditación, yoga u otras prácticas de mindfulness que se ofrezcan en persona o virtualmente a través de una aplicación, siempre que las usen en el momento de mayor estrés.
Aprender a pausar y respirar cuando las cosas comienzan a sentirse fuera de control les ayuda a tomar decisiones con una mentalidad más clara y menos emocional.
El que se autosabotea o el “estafador interno”
El estafador interno lucha con comportamientos autodestructivos a menudo asociados con la procrastinación. Pueden subestimar cuánto esfuerzo se necesita para tener éxito y posponer para mañana lo que podría hacerse hoy y eso lo deja estresado y sobrecargado cuando llega la fecha límite.
El estafador interno y su jefe deben prestar especial atención a desarrollar cronogramas equilibrados y factibles para su trabajo.
El juez crítico
El juez se enfoca tanto en sus deficiencias que se auto-sabotea con estándares inalcanzables y dudas sobre sí mismo.
Las personas con este tipo de estrés deberían concentrarse en reconocer la presión de la perfección y cómo esta puede ser dañina para el éxito laboral o para completar el trabajo de manera efectiva. Mantener una carpeta de correos electrónicos con comentarios positivos o reseñas entusiastas ayudará a contrarrestar la voz crítica interna.
El preocupón
El preocupón se obsesiona con el futuro y odia la incertidumbre. Lucha con la rumiación que puede interferir con la productividad y la positividad. Los preocupones pueden ayudar a sobrellevar su estrés haciendo una lista de lo que pueden y no pueden controlar y enfocándose solo en lo que pueden manejar.
Es hora de que vayamos más allá de soluciones únicas y abracemos estrategias personalizadas que realmente aborden las diversas necesidades de nuestra fuerza laboral. Después de todo, entender nuestras personalidades de estrés, que son únicas, podría ser la clave para desbloquear una vida laboral más equilibrada y menos estresante para todos.