Puede ser la época más maravillosa del año, pero también es una de las más estresantes. Según una encuesta de la American Heart Association, el 63% de los estadounidenses considera que la temporada navideña es más estresante que la época de impuestos, y puede llevar semanas recuperarse del burnout. Sin embargo, el 71% lamenta no haberse tomado el tiempo para relajarse y disfrutar.
No tiene que ser así, dice Cara Houser, autora de Burned Out to Lit Up: Ditch the Grind and Reclaim Your Life (“De agotado a iluminado: Deja el estrés y recupera tu vida”). “Hemos llegado a pensar que el estrés es universal e inevitable”, comenta. “Debemos redefinirlo. Veo el estrés como un viaje interno que la mayoría necesitamos hacer, y el agotamiento como la muerte del alma por mil pequeños actos de traición a uno mismo”.
Muchos de nuestros malos hábitos contribuyen al estrés y al burnout, dice Houser. Entre ellos están anteponer las necesidades de otros a las propias, tener una mentalidad de estar siempre disponible, no saber establecer límites y temer decepcionar a los demás. Durante la temporada navideña, estos hábitos se intensifican debido a las mayores demandas.
“Cuando eres alguien que siempre hace cosas, más cosas terminan en tu lista”, explica Houser. “Nunca vas a llegar al final de la lista de pendientes”.
Houser señala que es importante replantearse la temporada para evitar una crisis de equilibrio entre la vida laboral y personal. Aquí tienes cuatro pasos para evitar el burnout decembrino:
1. HAZ ESPACIO
Las personas en riesgo de burnout suelen intentar ser todo para todos, menos para sí mismas, dice Houser. “No has fallado, solo has creído en esta ficción de que es posible ser perfecto haciendo múltiples trabajos a tiempo completo al mismo tiempo”, comenta.
Para tomar mejores decisiones sobre cómo usar nuestro tiempo, energía y recursos, Houser sugiere reconectar con tu esencia. “Una vez que lo haces, es mucho menos probable que caigas en el burnout”, asegura.
Empieza haciendo espacio en tu calendario en todos los ámbitos de tu vida. Esta acción aliviará la carga sobre tus hombros y te dará la energía necesaria para avanzar en la dirección correcta.
2. ESTABLECE LÍMITES
Reestructura tu horario con hábitos, mentalidades y prácticas que te pongan en el camino hacia donde quieres ir. Asegúrate de no empezar el camino, obtener algo de alivio y luego volver a los viejos hábitos, dice Houser.
“Haz que los límites sean parte de tu estilo de vida, para que cuando la vida vuelva a tocar a tu puerta –y lo hará– estés mucho mejor preparado para mantenerte centrado y fiel a ti mismo, tomando decisiones coherentes”, explica.
Es imposible complacer a todos; de hecho, ese no es tu trabajo, dice Houser. “Tu trabajo es tomar decisiones saludables para ti mismo, en concierto con las personas de tu círculo íntimo”, añade. “No eres responsable de los sentimientos de los demás. La base de establecer límites es aceptar un poco más la posibilidad de que otros se sientan decepcionados”.
3. DEJA IR LAS OBLIGACIONES
Siempre tienes una elección, dice Houser. “La prisa y el abrumador de esta temporada crean una sensación de urgencia que parece real”, comenta. “Pero también es un poco falsa. Nos hace sentir atrapados haciendo todo lo que siempre hemos hecho”.
Si reflexionas, las cosas que consideras requisitos y obligaciones a menudo son opcionales. Houser advierte contra el uso de la palabra “debería” durante la temporada.
“Parte de la razón por la que nos agotamos en las fiestas es porque nos enfrascamos en lo que creemos que debería ser, en lo que imaginamos que hacen los demás y en lo que asumimos que deberíamos estar haciendo”, explica. “Nos ‘deberíamos’ hasta el agotamiento”.
En lugar de preguntarte “¿Qué debería hacer?”, una pregunta más empoderadora sería: “¿Qué elijo hacer? ¿Dónde y con quién?”.
4. TEN UN PLAN
Finalmente, tómate un tiempo a solas para responder algunas preguntas simples que te ayuden a crear un plan para el rush de las fiestas. Primero, ¿cómo quieres sentirte esta temporada? Ejemplos incluyen disfrute, relajación y bienestar. Después, ¿qué aspecto tiene ese sentimiento? ¿Qué elecciones, personas, lugares, experiencias y actividades te ofrecen esa sensación? Finalmente, ¿qué necesitas para que eso suceda?
“Puede ser difícil acceder a las respuestas a estas preguntas”, comenta Houser. “La mayoría de las personas agotadas o ocupadas no se han preguntado: ‘¿Qué necesito?’, ‘¿Cómo quiero sentirme?’ y ‘¿Cómo sería una temporada realmente hermosa para mí?’. Por eso, relegamos las respuestas al final de nuestra lista de prioridades. Primero hemos cuidado de todos y de todo lo demás”.
Si no tomas tiempo para decidir por ti mismo, corres el riesgo de pasar la temporada navideña en piloto automático y llegar al otro lado sintiendo que no fue lo que esperabas, advierte Houser.
“La única persona de la que eres 100% responsable para hacer feliz eres tú mismo”, concluye. “Si no lo haces, es como terminas agotado”.