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Cómo los líderes excepcionales marcan el ritmo para el éxito

Los estándares sociales y profesionales crean límites autoimpuestos que restringen la creatividad y la velocidad.

Cómo los líderes excepcionales marcan el ritmo para el éxito [Foto: crazy motions/Pexels]

La psicología desempeña un papel crucial en la ejecución, moldeando cómo las personas establecen metas, perciben el progreso y definen el éxito. Una de las tendencias humanas más comunes es usar a los demás como puntos de referencia: medir nuestro progreso o decisiones comparándolos con las acciones o logros de quienes nos rodean. Este comportamiento está profundamente arraigado en la forma en que navegamos la vida cotidiana y tomamos decisiones importantes.

Esto es algo que observé repetidamente cuando fundé la empresa de finanzas personales LearnVest. Aunque irracional, las personas a menudo deciden cuánto pueden gastar basándose en lo que ven que otros gastan. Tal vez notes qué autos conducen tus vecinos y, ya sea de manera consciente o subconsciente, estas observaciones moldean tus propias decisiones financieras.

Este mismo fenómeno se extiende a nuestra forma de trabajar y ejecutar. Hay ritmos naturales que asumimos como normales o razonables simplemente porque se alinean con la manera en que otros operan. Crear una presentación en una semana o completar un sprint de programación en dos semanas parece cómodo porque estos plazos se han convertido en puntos de referencia aceptados.

Sin embargo, este enfoque es defectuoso, especialmente para aquellos que buscan resultados extraordinarios. Estos estándares sociales y profesionales crean límites autoimpuestos que restringen la creatividad y la velocidad.

Un sentido de urgencia particular

¿Cómo romper el molde? Los líderes excepcionales rechazan el ritmo natural de trabajo dictado por los puntos de referencia sociales, creando en su lugar su propio sentido de urgencia para ellos mismos y sus equipos. Estos líderes son capaces de empujar a sus equipos a completar tareas que otros asumirían que tomarían semanas o meses en días o incluso horas. El principio central detrás de esta mentalidad es preguntar: “¿Por qué medimos el tiempo, esfuerzo o costo en función de lo que otros están haciendo? ¿Por qué deberíamos seguir los plazos establecidos por las normas de la industria o las expectativas de nuestros pares?”

En las últimas décadas, hemos visto este tipo de liderazgo transformar industrias. Consideremos a Jeff Bezos. Antes de Amazon Prime, la idea de tocar algunos botones en tu teléfono para que toda tu lista de compras —desde productos de limpieza hasta electrónicos— llegara a tu puerta en 24 horas estaba fuera del ámbito de las expectativas. Jeff Bezos cambió fundamentalmente el comercio electrónico y recalibró los estándares de los consumidores en cuanto a velocidad y conveniencia. De manera similar, Steve Jobs en Apple construyó un imperio que persistentemente refina, reimagina y empuja los límites de la innovación con sus productos.

En el inicio de mi podcast For Starters, invité al empresario en serie Marcelo Claure para compartir consejos de su distinguida carrera. Sus logros son profundos y son un testimonio de su convicción de lograr lo que otros creen imposible. Al comienzo de su carrera, fundó Brightstar y la transformó en la mayor distribuidora global de telecomunicaciones inalámbricas, generando más de 10 mil millones de dólares en ingresos. Lideró Sprint en su histórica fusión con T-Mobile, fue CEO y COO de SoftBank, y más recientemente asumió el liderazgo de su oficina familiar, Claure Group, como CEO.

Haz un camino propio

¿Su consejo para quienes comienzan sus trayectorias profesionales? Abraza tus pasiones, establece metas ambiciosas y dedícate al trabajo arduo. El recorrido de Marcelo ejemplifica la necesidad de crear metas y puntos de referencia únicos, aquellos que la sociedad puede no percibir como posibles.

La capacidad de crear tus propios puntos de referencia, no solo en términos de tiempo, sino también en la asignación de recursos y el pensamiento estratégico, es lo que distingue a los grandes empresarios y líderes empresariales. Los mejores fundadores no aceptan las suposiciones del statu quo.

En cambio, cultivan una intensa urgencia dentro de sus organizaciones, desafiando los límites de lo que se puede lograr en horas y días, no en semanas y meses, y cambiando fundamentalmente las métricas por las que se mide el éxito.

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