Hablar sobre la salud mental en el trabajo puede ser intimidante, pero mantener diálogos abiertos es crucial para el bienestar y la productividad. Si estás lidiando con un problema de salud mental y te preocupa que esto afecte tu desempeño laboral, aquí tienes siete valiosos consejos que te ayudarán a prepararte para la conversación con tu jefe y a establecer metas claras para obtener su apoyo.
SÉ PROACTIVO
En 2019, enfrenté una crisis de salud mental y estaba al borde de un agotamiento severo. Siendo una parte integral de mi equipo –y la única persona que podía realizar mi función– sabía que necesitaba actuar de manera proactiva para garantizar el apoyo de mi empleador.
Trabajé estrechamente con mis médicos para elaborar un plan que incluyera medicamentos, herramientas de autocuidado y terapia. Mi doctora me ayudó a completar la documentación necesaria para solicitar una licencia por discapacidad a corto plazo, lo que me permitió tomar el tiempo necesario para recuperarme. También proporcionó una lista de ajustes recomendados para evitar caer nuevamente en el mismo estado mental, centrándose en modificaciones que no afectarían mi desempeño laboral.
Con esta información en mano, programé una reunión con mi gerente y el departamento de Recursos Humanos. Al estar completamente preparada y contar con el respaldo de mi doctora, logré obtener el apoyo que necesitaba de mi empleador.
Es importante recordar que tienes derechos: la Ley de Ausencia Familiar y Médica (FMLA, por sus siglas en inglés) permite tomar tiempo libre por razones médicas, y la Ley de Estadounidenses con Discapacidades (ADA) puede brindar protección adicional si tienes una condición protegida (en mi caso, TDAH) en la que coexistan ansiedad o depresión. Además, la Ley de Portabilidad y Responsabilidad de Seguros de Salud (HIPAA) protege la privacidad de tu información médica.
Por otro lado, muchos empleadores ofrecen programas de salud mental—generalmente detallados en el manual del empleado o en el sitio web de la empresa—que pueden ser un buen primer paso. Aprovechar estos recursos puede marcar una diferencia crucial para manejar tanto tu salud como tu carrera.
Lauren Diana Scalf, coach de negocios y estratega, Soul Empowered with Lauren Diana
EMPIEZA CON LO POSITIVO
Cualquier conversación desafiante debe comenzar con un tono positivo. Reconoce el liderazgo de tu supervisor durante dificultades recientes y el ambiente de trabajo alentador que han creado. Al comenzar de esta manera, se liberan neurotransmisores como la dopamina y los opioides endógenos, activando las vías de recompensa del cerebro. Esto establece una mentalidad cooperativa desde el principio, sentando las bases para una comunicación abierta.
El siguiente paso es abordar el tema en cuestión: tus problemas actuales de salud mental y cómo afectan tu capacidad para desempeñarte en el trabajo. Hazlo de manera directa pero con empatía, siendo específico sobre los problemas que te están afectando. Por ejemplo, describe cómo te sientes constantemente abrumado, exhausto o desorganizado hasta el punto de que interfiere con tu capacidad para realizar ciertas tareas. En lugar de culpar, comunica esta información de manera respetuosa y enfocada en soluciones.
Concéntrate en los síntomas y los efectos en lugar de señalar culpables para reducir la defensiva y las reacciones de estrés. Explica cómo buscas su orientación para superar los desafíos en equipo. Hablar de los problemas con compasión y comprensión fomenta que la otra persona recurra a la razón y la lógica en lugar de reacciones emocionales.
Redirige las vías mentales hacia un modo de resolución de problemas proponiendo soluciones prácticas que han sido exitosas para otros. En la sección final, sugiere ajustes adaptables que te permitan seguir alcanzando la excelencia desde una posición más segura. Pide recursos disponibles para buscar asesoramiento profesional o explorar técnicas como la meditación o el entrenamiento en mindfulness. Finaliza expresando esperanza de que la comunicación abierta y la cooperación conduzcan al descubrimiento de soluciones aceptables para ambas partes.
Enmarcar el punto principal dentro de un contexto generalmente positivo fomenta un comportamiento de acercamiento y aumenta la receptividad a nuevas ideas. En lugar de generar conflicto, esta técnica de “sándwich neurológico” promueve la comprensión a través de la colaboración.
Mary Poffenroth, biopsicóloga, MaryPoffenroth.com
VINCULA EL TEMA CON EL EQUILIBRIO ENTRE TRABAJO Y VIDA PERSONA
Abordar la salud mental en el trabajo puede ser complicado, pero vincularlo con el equilibrio entre trabajo y vida personal puede abrir un diálogo constructivo con tu jefe. Comienza explicando cómo mantener el bienestar mental influye directamente en tu productividad y satisfacción laboral. Por ejemplo, podrías decir: “He notado que mi desempeño mejora cuando tengo un horario equilibrado que me permite realizar actividades para aliviar el estrés”. Esto no solo demuestra autoconciencia, sino que también indica una gestión proactiva de tus responsabilidades, enfocándote en un rendimiento sostenido en lugar de problemas personales.
Utilizar el concepto de “gestión de energía” puede enmarcar esta conversación de manera efectiva. En lugar de gestionar solo el tiempo, presenta un horario que equilibre períodos de trabajo de alta intensidad con momentos de restauración mental. Sugiere adaptar tu flujo de trabajo para incluir breves descansos o horarios flexibles para recargar energías. Por ejemplo, menciona: “Si puedo incluir una caminata corta o meditación en mi día, mejora significativamente mi concentración, lo que beneficia tanto a mí como al equipo”. Este enfoque destaca tu compromiso con entregar trabajo de calidad mientras garantizas que estás mentalmente preparado para afrontar los desafíos, logrando un beneficio mutuo para ti y tu empleador.
Shannon Smith O’Connell, directora de operaciones, Reclaim247
PREPÁRATE CON EJERCICIOS DE RESPIRACIÓN
Como terapeuta somática, quiero enfatizar la importancia de mantenerte conectado con tu cuerpo y tu respiración al hablar sobre tus necesidades de salud mental en el trabajo. Ya sea que estés considerando tomar una licencia médica o solicitar más adaptaciones laborales, recuerda que no estás solo en esto: muchas personas recurren a opciones como la FMLA y la discapacidad a corto plazo, y tu lugar de trabajo está obligado a apoyarte.
Antes de reunirte con tu jefe, dedica varios minutos a reconectarte contigo mismo. Comienza notando lo que está sucediendo en tu cuerpo: ¿tienes los hombros tensos? ¿Tu frecuencia cardíaca está acelerada? ¿Sientes calor en el rostro? Estas sensaciones corporales son señales de que tu sistema nervioso simpático está entrando en modo de lucha o huida, por lo que es importante practicar la auto-regulación antes de continuar. En un estado de activación, es casi imposible tener una conversación racional y centrada, así que tómate un momento para calmarte y regularte primero.
Una vez que hayas realizado un escaneo rápido de tu cuerpo, intenta conectar con tu respiración. Inhala por la nariz y exhala lentamente por la boca. Haz esto durante varias rondas. Si te resulta difícil concentrarte en la respiración, enfócate en tus pies apoyados en el suelo. Presiona firmemente los pies contra el suelo, siente cómo los músculos se tensan y luego suelta la tensión después de unos segundos. Pausa para notar la diferencia y repite este ejercicio varias veces.
Cuando llegue el momento de reunirte con tu jefe, trata de mantenerte conectado con la sensación del suelo bajo tus pies y con tu respiración. Está bien tomarte un momento para hacer una pausa, recopilar tus pensamientos, respirar y luego responder.
Kirsten Hartz, terapeuta y fundadora, Sona Collective
ENFÓCATE EN SOLUCIONES
Abordar el tema de la salud mental con tu jefe puede parecer desafiante, pero enmarcar la conversación en torno a la productividad, el bienestar y las soluciones proactivas puede hacerla constructiva y profesional. Aquí tienes un enfoque que equilibra la transparencia con el profesionalismo:
- Establece el contexto en un entorno privado. Solicita una reunión privada con tu gerente para asegurar un ambiente cómodo. Sé directo sobre la naturaleza de la conversación para establecer expectativas claras.
- Explica el impacto en el trabajo. Enfócate en cómo tu salud mental está afectando tu desempeño laboral. Esto mantiene la conversación relevante para el lugar de trabajo y demuestra tu compromiso con mantener el rendimiento.
- Presenta un plan. Comparte ideas proactivas que puedan ayudarte a gestionar tu carga laboral de manera efectiva. Esto podría incluir horarios flexibles, un período breve de responsabilidades reducidas o un cambio temporal en los proyectos.
Aquí tienes un ejemplo de cómo podría desarrollarse esta conversación:
Empleado: “Gracias por reunirse conmigo. Quería hablar sobre algo que ha estado afectando mi trabajo recientemente. He estado enfrentando algunos desafíos de salud mental que siento han impactado mi productividad y concentración. Estoy comprometido a mantener altos estándares, así que pensé que era importante abordar esto desde el principio.
He estado pensando en formas de gestionar mejor mi carga laboral mientras trabajo en esto. Algunas ideas que tengo son ajustar ligeramente mis horarios de inicio y fin o tener horas de enfoque designadas algunos días a la semana. Creo que estos ajustes pueden ayudarme a mantenerme productivo y entregar mi mejor trabajo.
Estoy abierto a otras ideas que pueda tener y agradecería cualquier apoyo que la empresa pueda brindar.”
Este enfoque demuestra transparencia, responsabilidad y proporciona soluciones constructivas. Al enfocarte en la productividad y medidas proactivas, la conversación permanece profesional y tranquiliza a tu gerente sobre tu compromiso con mantener la calidad del trabajo.
Falguni Katira, fundadora y creadora, Falguni Katira | InnerLink Coaching Academy
SUGIERE UN DÍA DE SALUD MENTAL
Sugerir un día de salud mental puede ser una excelente manera para que los empleados aborden el tema sensible de la salud mental con su jefe. Esto enmarca la conversación en torno a la importancia del bienestar de una manera profesional, mientras refuerza que la salud mental es una preocupación legítima. Por ejemplo, un empleado podría decir:
“He notado que nuestro equipo ha estado bajo mucha presión últimamente, y creo que sería útil tener un día designado para la salud mental. Podría darnos a todos la oportunidad de recargar energías y regresar más enfocados.”
En esta conversación, es importante destacar los beneficios de tomar un día así. El empleado podría agregar:
“Creo que esto podría mejorar nuestra productividad y moral general, ya que demuestra que la empresa se preocupa por nuestro bienestar.”
Al abordarlo de esta manera, el empleado puede iniciar un diálogo constructivo que enfatice el impacto positivo de las iniciativas de salud mental en el desempeño del equipo.
La clave es presentarlo como un beneficio para el equipo en lugar de una necesidad personal, facilitando que el jefe vea el valor de la sugerencia. Este enfoque profesional puede ayudar a derribar barreras y crear un ambiente más abierto para hablar sobre la salud mental.
Binod Singh, fundador, Cross Identity
PLANEA CON OBJETIVOS CLAROS
Todo debe comenzar con confianza y seguridad. Si estas no existen con tu gerente, la efectividad de la conversación puede disminuir y, en algunos casos, tener un efecto adverso. Asumiendo que sí existen, planificar la conversación puede marcar una gran diferencia. Los empleados deberían reflexionar sobre lo siguiente:
- ¿Cuáles son los objetivos de esta conversación?
- ¿Qué resultado te gustaría obtener?
- ¿Cómo se vería el apoyo de tu gerente?
- ¿De qué manera estos resultados te beneficiarían a ti, tanto personal como profesionalmente, y al equipo?
Después de reflexionar sobre estos puntos, redacta los temas de conversación y pídele a alguien que los revise para obtener una perspectiva diferente. Cuando estés listo para la conversación, informa a tu gerente sobre el tipo de conversación que deseas tener. A nadie le gustan las sorpresas, y esto puede permitir a los gerentes buscar recursos antes de la reunión.
Durante la discusión, no temas leer directamente de tus puntos clave si estás nervioso. Sé receptivo a las sugerencias de tu gerente sobre posibles soluciones. Por eso es útil saber cuáles son tus objetivos y qué resultados deseas. El camino para llegar allí puede variar según la situación.
En cierto sentido, esta discusión es similar a una negociación, y verlo desde esa perspectiva podría ayudarte a prepararte mejor. Con suerte, a través de la conversación, tú y tu gerente podrán encontrar adaptaciones y soluciones que beneficien a todos los involucrados.
Victoria Yang, fundadora, Victoria Yang Consulting