5 estrategias para practicar un liderazgo con enfoque en tiempos de caos

Imagínate lo siguiente: es Black Friday y el sistema de punto de venta del que dependen tus miles de clientes sigue fallando. Es comprensible que esos minoristas estén furiosos. Las quejas se acumulan día tras día y comienzas a preguntarte si el negocio sobrevivirá.

Eso es exactamente lo que me pasó cuando emprendí hace casi 20 años. Y por más doloroso que haya sido, esa experiencia cercana a la muerte me enseñó algo invaluable: el poder del liderazgo sereno.

En el mundo impredecible de hoy, ya sea por cuestiones económicas, ambientales o políticas, puede resultar más difícil que nunca mantener la calma y la concentración. Los líderes de las empresas no son una excepción a esta regla. Sin embargo, es fundamental que aprendan a  mantener la calma y ejerzan un liderazgo con enfoque, porque eso es lo que marcará la pauta para el resto del equipo.  

Estrés y rendimiento

No hay forma de escapar de las brutales realidades del emprendimiento. Como yo lo viví, el estrés es una parte desafortunada de ese mundo. Es por eso que tres cuartas partes de los propietarios de pequeñas empresas están preocupados por su salud mental, mientras que a más de la mitad se les diagnosticó ansiedad, depresión o problemas relacionados con el estrés.

A medida que una empresa madura, surgen nuevos obstáculos y ansiedades. El empresario promedio pasa casi 70% de su tiempo trabajando en el negocio y gran parte de ese tiempo apagando incendios.

Inevitablemente, hay días y semanas en los que los fracasos superan con creces a los triunfos, lo que hace que sea fácil dejarse arrastrar por la negatividad. Sin embargo, que exista liderazgo que actúe desde el enfoque, puede ayudar a que todos los demás den lo mejor de sí mismos en el trabajo. A continuación, se presentan algunos principios que aprendí y que pueden ayudarte a lograrlo.

1. No eres el héroe de esta historia

Muchos líderes empresariales sienten que es su responsabilidad salvar el día y que son los únicos que pueden arreglar las cosas.

Pero esta es una receta para altibajos vertiginosos y desilusiones aplastantes. Y créame, los desilusiones superan en número a las altibajos. Uno oscila entre la euforia y la desesperación y rara vez encuentra ese punto intermedio de calma que necesita desesperadamente para tomar decisiones estratégicas.

Un enfoque mucho más útil es pensar en uno mismo como un actor más de un drama más grande. Claro, eres el jefe, pero estás canalizando fuerzas mayores. En última instancia, eres un instrumento que apoya y dirige los talentos del equipo que te rodea.

2. La misión de esta historia

Ejercer un liderazgo con enfoque y mantener la calma es más fácil si se tiene un propósito. Las personas pueden aceptar un camino difícil si saben hacia dónde se dirigen y pueden ver avances, por pequeños que sean.

Aquí es donde entra en juego tu misión. No tiene por qué ser revolucionario. Solo necesitas algo que todos puedan respaldar. La misión de mi empresa es sencilla: ayudar a las pequeñas empresas a competir en un mundo de Amazon y Shein. Usar la tecnología para empoderar a los clientes es nuestro lema.

Es importante que esto sea más que un eslogan en un sitio web o un póster en la pared (hay una razón por la que solo 25% de los empleados se sienten informados sobre los objetivos de la empresa, según el informe de tendencias de trabajo digital de Slingshot). Tu empresa debe vivir la misión y los empleados deben comprender cómo se traduce en objetivos tangibles y también ver un progreso que se incremente.  

Por muy efectista que parezca, los paneles y los rastreadores pueden ser muy útiles en este caso. Tenemos pantallas en toda nuestra oficina que muestran los indicadores clave de rendimiento y el progreso a lo largo del tiempo. También celebramos los logros en reuniones mensuales y reconocemos a los miembros del equipo que impulsan la misión.

3. Piensa en el impacto más que en la influencia

El mundo de las startups se mueve rápido. En cualquier semana, habrá docenas (si no cientos) de tareas urgentes que demandarán tu atención.

Para concentrarte en las cosas que importan, debes pensar en términos de impacto, no de urgencia. En lugar de priorizar tu lista de tareas por fecha límite, redúcela a las tareas que realmente te ayudarán a ti y a tu empresa. 

Con una lista manejable, es más fácil salir del pánico y empezar a poner en práctica el liderazgo con enfoque en lo que realmente importa. Funcionar con adrenalina (y tratar todo como un incendio de cinco alarmas) puede dar resultados a corto plazo. Sin embargo, esta es una receta infalible para el agotamiento del equipo, que en última instancia es ineficiente y contraproducente.

No es posible hacer esto correctamente sin prioridades a largo plazo. Establecer una meta a largo plazo para su empresa le permitirá ver qué debe priorizar y qué no.

4. De la creación a la destrucción, recuerda

Cuando no estoy a cargo de una empresa, trabajo en la conservación. La terrible violencia de un incendio forestal prepara el terreno para la reforestación y con qué rapidez puede producirse esa recuperación.

Pienso en eso cada vez que sufro un revés, como la pérdida de un empleado clave. Por supuesto, duele, pero la mayoría de las veces, esas salidas preparan el terreno para cambios y renovaciones muy necesarios. De momentos de devastación surgen nuevas oportunidades de crecimiento.

5. En caso de duda, anota lo bueno y lo malo

Los líderes tranquilos se centran en lo positivo, pero también hacen un balance de lo negativo.

A lo largo del año, llevo una lista de mis momentos de gratitud y mis momentos de debilidad. El verdadero impacto de este enfoque es retrospectivo. Al mirar atrás, a menudo me doy cuenta de que algunos de los momentos de debilidad no fueron tan malos después de todo. De hecho, tenían que suceder y, a veces, llevaron a una transformación importante. Un ejemplo fue perder un acuerdo en particular. Al final, ese evento terminó preparando a la empresa para el éxito al impulsarnos a explorar nuevos mercados.

En última instancia, cada líder decide cómo quiere actuar ante el equipo. En mi experiencia, la calma siempre supera al pánico. Esto es especialmente cierto cuando hay mucho en juego y la gente espera que su líder baje la temperatura. Y ahora mismo, esa virtud puede ser más valiosa que nunca.