
Desde una edad temprana, las figuras de autoridad influyen profundamente en nuestra autopercepción. Desafortunadamente, muchos jóvenes terminan interiorizando la idea de que deben enfocarse únicamente en lo que les resulta fácil y le temen al fracaso, tampoco hay muchos espacios seguros para que aprendan de él. Lo sé por experiencia propia. Cuando era estudiante, me atraían las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas, pero me resultaban desafiantes.
Un profesor me aconsejó que me dedicara solo a lo que era “bueno” y esa recomendación me hizo creer que jamás podría tener éxito en estos campos, entonces decidí rendirme.
Para mentorear mejor: fomenta la autoestima de los jóvenes
No soy el único que ha experimentado esto. Con frecuencia, a los jóvenes no se les brinda la oportunidad de aprender a fracasar, esto los lleva a poner límites a su propio potencial. Las repercusiones van más allá del individuo: las industrias también se ven afectadas.
Las investigaciones muestran que los profesionales con una gran confianza en sí mismos ganan 8,000 dólares más por año que sus pares menos seguros de sí mismos; 93% cita la confianza como clave para el éxito profesional. Sin un cambio cultural que acepte el fracaso seguro (la oportunidad de fracasar; aprender y volver a intentarlo), la innovación se estanca y las reservas de talento se debilitan.
Como líder de FIRST, una comunidad mundial de robótica dedicada a despertar la pasión de los jóvenes por las ciencias, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (STEM), veo el impacto que puede tener el fomento de la confianza en niños desde la edad preescolar en la afinidad educativa y el desarrollo de habilidades interpersonales de los estudiantes. Los mismos principios que aplicamos a los estudiantes de entre 4 y 18 años son relevantes para los adultos jóvenes que ingresan a la fuerza laboral. Un entorno empresarial próspero depende de la promoción del talento joven y de su empoderamiento para enfrentar los desafíos.
Celebra el fracaso, no le temas
Dean Kamen, fundador y prolífico inventor de FIRST, que posee más de 1000 patentes, cree que un proyecto puede fracasar, pero nunca una persona. Dice: “Un paso atrás es un fracaso, pero, ¿qué pasa si, por cada paso atrás, das dos pasos hacia adelante?”. Aprender de los fracasos es un paso fundamental en el progreso, algo que más de 3.2 millones de participantes y exalumnos de FIRST entienden bien.
Los líderes empresariales deben fomentar entornos en los que el fracaso no sólo sea aceptado, sino esperado. Los fracasos controlados y de bajo riesgo ofrecen a los trabajadores jóvenes experiencias de aprendizaje invaluables que les permiten repetir y mejorar. Los equipos deben ver el fracaso no como un signo de incapacidad, sino como una herramienta para el crecimiento. Si esperamos que los jóvenes profesionales superen los desafíos, debemos brindarles la red de seguridad necesaria para hacerlo.
Utiliza la mentoría para ser un ejemplo de resiliencia y ofrecer orientación
La mentoría es una forma poderosa de ayudar a los jóvenes profesionales a desarrollar resiliencia. Ya sea que estén aprendiendo una nueva habilidad o cuestionándose si tienen lo que se necesita para “convertirse en profesionales” en STEM, no es nada raro ver a jóvenes que salen de su zona de confort, buscan orientación y necesitan tranquilidad. Nuestro papel como líderes no es solo enseñar, sino ayudar a los jóvenes a encontrar su lugar de pertenencia y la mentoría es de las piezas más importantes de ese rompecabezas. Los mentores fuertes, que enfrentan reveses y perseveran, ofrecen apoyo, dan ejemplo de confianza y ayudan a los jóvenes a superar los obstáculos.
La mentoría no solo beneficia a los que aprenden, sino que fortalece las habilidades de liderazgo de los mentores. Los líderes corporativos con los que hablé, que invierten en mentoría, a menudo informan de una mejora en la comunicación, la resolución de problemas y el compromiso a largo plazo de los empleados. Los líderes empresariales deberían considerar la posibilidad de implementar programas de mentoría estructurados para cultivar una cultura de apoyo y desarrollo profesional para sus empleados.
Centrarse en la flexibilidad y la mentalidad de crecimiento
Las trayectorias profesionales rara vez son lineales. Muchos profesionales jóvenes cambian de rumbo a medida que descubren sus pasiones y se adaptan a sectores cambiantes. Las organizaciones que fomentan el aprendizaje continuo y el desarrollo de habilidades (no solo conocimientos técnicos, sino también comunicación, trabajo en equipo y adaptabilidad) retendrán el talento e impulsarán la innovación.
Al reflexionar sobre mis experiencias cuando era joven, desearía haber comprendido que tenía dos opciones: permitir que lo que me decían me definiera y me hiciera sentir inseguro y desanimado; o hacer caso omiso de esas voces y confiar en mi potencial ilimitado.
Como líderes empresariales, tenemos la responsabilidad de crear espacios donde los jóvenes puedan asumir riesgos, aprender de sus errores y crecer. La innovación se basa en la capacidad de experimentar, fallar y volver a intentarlo. Para que eso suceda, debemos permitirles a los jóvenes profesionales dar ese salto con la seguridad de que siempre tendrán el apoyo necesario para aterrizar de manera firme.
Si replanteamos el fracaso como una oportunidad, brindamos tutoría y fomentamos la resiliencia, podemos garantizar que los jóvenes profesionales (y las empresas que impulsan) alcancen su máximo potencial.
Chris Moore es el director ejecutivo de FIRST.