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El papa Francisco muere a los 88 años

Durante todo su pontificado, Francisco fue un defensor de los pobres y vulnerables, y puso el amor por encima de la doctrina.

El papa Francisco muere a los 88 años [Foto: Luis Robayo/AFP]

El papa Francisco, un enérgico reformador que inspiró una devoción generalizada entre los católicos pero que incomodó a los tradicionalistas, falleció el lunes a los 88 años, apenas un día después de saludar con entusiasmo a los fieles tras la misa de Pascua.

La muerte del pontífice argentino, líder de la Iglesia católica desde marzo de 2013, ocurrió a menos de un mes de haber sido dado de alta del hospital tras una lucha de 38 días contra una doble neumonía.

Algunos visitantes de la Plaza de San Pedro —donde Francisco, visiblemente frágil, fue aclamado el Domingo de Pascua durante una aparición no programada— rompieron en llanto al recibir la noticia.

Líderes mundiales rindieron homenaje a su liderazgo moral y espiritual, mientras los países comenzaban los preparativos para conmemorar su fallecimiento.

“Queridísimos hermanos y hermanas, con profundo pesar debo anunciar la muerte de nuestro santo padre Francisco”, declaró el cardenal Kevin Farrell en un comunicado publicado por el Vaticano en su canal de Telegram.

“Esta mañana a las 7:35 a.m. (05:35 GMT), el obispo de Roma, Francisco, regresó a la casa del Padre.

“Su vida entera estuvo dedicada al servicio del Señor y de Su Iglesia”, añadió el comunicado, emitido poco antes de las 10:00 a.m.

Su fallecimiento activa tradiciones centenarias que culminarán con la reunión de un cónclave de cardenales para elegir a su sucesor.

En los próximos cuatro a seis días, los cardenales del Vaticano decidirán la fecha del funeral, momento en el que su ataúd será trasladado a la Basílica de San Pedro.

Mientras tanto, la administración diaria del pequeño Estado Vaticano estará a cargo del camarlengo, un cardenal de alto rango, actualmente el cardenal Farrell, nacido en Dublín.

El cuerpo de Francisco será colocado en su ataúd en la capilla de la residencia Santa Marta, donde vivía, a las 8:00 p.m., informó el Vaticano. El rezo del Rosario se llevará a cabo “al mediodía”.

Adiós a un ‘Padre espiritual’

El lunes, en el Vaticano, un silencio solemne pareció descender sobre la habitualmente bulliciosa Plaza de San Pedro al sonar la campana fúnebre.

“Vivió esta Pascua y luego se fue”, dijo entre lágrimas Cesarina Cireddu, de Cerdeña. “Realmente ha vuelto al Señor —que Dios lo acompañe”.

Grupos turísticos seguían caminando por la extensa plaza, mientras pequeños grupos se apoyaban en las vallas para rezar.

Riccardo Vielma, un venezolano de 31 años que estudia para sacerdote, dijo: “Hemos perdido a nuestro padre espiritual”.

Francisco, cuyo nombre real era Jorge Bergoglio, fue el primer jesuita en liderar a los casi 1,400 millones de católicos del mundo y el primero procedente de América.

Sucedió a Benedicto XVI, quien se convirtió en el primer pontífice desde la Edad Media en renunciar, y contrastó fuertemente con el teólogo alemán.

Amante del futbol y exarzobispo de Buenos Aires, Francisco era a menudo más feliz entre su gente y buscó construir una Iglesia más abierta y compasiva.

Sirvió ‘con devoción’

Líderes mundiales lo elogiaron por defender con firmeza la justicia social y los derechos de los migrantes.

El rey Carlos III del Reino Unido, quien lo visitó en una gira de Estado a principios de mes, dijo que el papa había “servido con gran devoción”.

La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, declaró: “Nos ha dejado un gran hombre”, mientras que el presidente argentino, Javier Milei, destacó la “bondad y sabiduría” de su compatriota pese a sus “diferencias”.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, afirmó que Francisco “inspiró a millones… con su humildad y amor puro por los menos afortunados”.

El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance —un converso al catolicismo que lo saludó brevemente el domingo durante una visita familiar a Roma— expresó su “solidaridad con los cristianos”. La Casa Blanca publicó en X: “Descansa en paz”.

El presidente ucraniano Volodímir Zelenski dijo que estaba de luto, mientras que el presidente ruso Vladímir Putin elogió al Papa por fomentar el diálogo entre las iglesias ortodoxa y católica.

La Serie A del futbol italiano suspendió todos los partidos del día y el comité olímpico del país pidió posponer todos los eventos deportivos programados para el lunes.

España declaró tres días de duelo. Las campanas de la catedral de Notre Dame en París repicaron 88 veces y la ciudad anunció que apagaría las luces de la Torre Eiffel esa noche.

Papa reformista

El pontificado de Francisco también se caracterizó por impulsar reformas administrativas y por enfrentar el flagelo del abuso sexual clerical infantil.

Sin embargo, sus críticos lo acusaron de generar confusión doctrinal y no defender los valores tradicionales sobre temas como el aborto o el divorcio.

Su deseo de trazar un camino distinto fue evidente hasta el final: decidió no ser enterrado en la Basílica de San Pedro, sino en la basílica romana de Santa María la Mayor.

Será el primer papa en más de un siglo en ser sepultado fuera del Vaticano.

Francisco también rechazó la tradición de los tres ataúdes papales, optando por uno solo.

Problemas de salud

Francisco, a quien se le extirpó parte de un pulmón en su juventud, mantuvo una agenda intensa antes de su última hospitalización, incluso recibió al primer ministro de Eslovaquia poco antes de ingresar.

A pesar de que fue dado de alta con la indicación de descansar durante dos meses, Francisco —conocido por su terquedad— pronto volvió a hacer apariciones públicas, como su encuentro con el rey Carlos o su visita a una prisión.

Sin embargo, apenas podía hablar y delegó la tradicional bendición de Pascua Urbi et Orbi a un colaborador, aunque luego recorrió la plaza en su papamóvil para saludar a los fieles.

A pesar de sus crecientes problemas de salud, nunca tomó un día libre y realizó frecuentes viajes internacionales, incluido un tour por cuatro países de Asia-Pacífico en septiembre pasado.

Las multitudes que lo recibían eran testimonio de su popularidad y cercanía.

“¿Quién soy yo para juzgar?”

Cuando Francisco asumió el cargo, la Iglesia católica estaba sumida en luchas internas y en un escándalo mundial por abusos sexuales cometidos por clérigos y años de encubrimientos.

Prometió poner fin a la impunidad y reformó las leyes del Vaticano para enfrentar estos crímenes, aunque las víctimas consideran que pudo haber hecho más.

Más allá de eso, impulsó una gran reestructuración del gobierno vaticano, promoviendo la responsabilidad financiera y permitiendo que laicos dirigieran oficinas del Vaticano.

Durante todo su pontificado, Francisco fue un defensor de los pobres y vulnerables, y puso el amor por encima de la doctrina.

“Si una persona es gay, busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”, dijo al inicio de su papado.

No obstante, sus detractores lo acusaron de no sostener la doctrina tradicional de la Iglesia.

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