
Si hay algo peor que tener que armar una presentación en PowerPoint, es tener que sentarte a ver una insoportablemente aburrida hecha por alguien más.
¿Y si existiera una mejor opción? ¿Una forma en la que cualquiera, sin importar su nivel de habilidad, pudiera crear una presentación atractiva y elegante, como si la hubiera diseñado un profesional?
Si le preguntas a Grant Lee, ya hemos llegado a ese punto. Y no se limita solo a las presentaciones.
Lee es el fundador de Gamma, una startup centrada en inteligencia artificial. Puede que aún no hayas oído hablar de ella, pero 50 millones de personas ya la usan. Esa adopción ha llevado a la joven empresa de 30 empleados a alcanzar los 50 millones de dólares en ingresos recurrentes anuales, apenas dos años después de su creación.
“Me di cuenta de lo importante que es que las personas puedan comunicar sus ideas de forma visual y comprensible para otros”, dice Lee. “Muchos tenemos ideas en la cabeza, pero transmitirlas de manera que realmente lleguen a la mente de los demás… eso es muy difícil”.
Lee tuvo esa revelación mientras trabajaba en banca de inversión, donde pasaba sus días rodeado de presentaciones torpes y poco inspiradoras. Ahora quiere asegurarse de que nadie más tenga que perder su tiempo con ese tipo de tareas.
Si alguna vez has desperdiciado horas entre presentaciones, documentos, sitios web o publicaciones en redes sociales mal diseñadas, Gamma podría ser la mejora que no sabías que necesitabas.
Aunque, como muchas herramientas de IA generativa actuales, no está exenta de limitaciones.
UN ENFOQUE MÁS AMPLIO PARA LA CREACIÓN CON IA
Aclaremos algo desde el principio: A primera vista, Gamma parece muy similar a otra startup centrada en IA sobre la que escribí el año pasado para Fast Company —una herramienta para hacer presentaciones llamada Beautiful.ai, que ya tiene ocho años-.
Pero aunque ambas buscan eliminar el dolor de cabeza que implica crear presentaciones, se diferencian tanto en sus fundamentos filosóficos como en el alcance de lo que ofrecen.
“Todas esas [otras] herramientas parten del mismo enfoque, que es uno centrado en el diseño”, dice Grant Lee. “Nosotros siempre hemos optado por un enfoque completamente distinto: ¿y si el diseño fuera algo secundario o incluso lo último? ¿Y si lo primero fuera el contenido?”
Con esa idea, Gamma te anima a no pensar en lo visual desde el inicio. En lugar de eso, te enfocas en el mensaje, y la herramienta lo transforma al formato y medio que necesites.
“Empiezas escribiendo, con un esquema o con notas existentes, y nosotros lo convertimos en algo mucho más dinámico, con contenido enriquecido y listo para compartirse”, explica Lee.
Gamma te da coluciones prácticas
Específicamente, cuando inicias un nuevo proyecto en Gamma, tienes tres opciones: puedes pegar un texto—ya sea notas sueltas o un documento terminado; puedes importar un archivo existente de PowerPoint, Google Slides u otro programa similar; o simplemente ingresar un breve prompt, y la red de modelos de IA de Gamma se encarga del resto.

“No esperamos que entres y te pongas a mover píxeles”, dice Lee. “Esperamos que entres con tus ideas. Nosotros te ayudamos a darles forma y visualizarlas”.
Sí, puedes arrastrar y soltar elementos, ajustar colores, estilos y más. Pero la idea es que no tengas que hacerlo. Gamma puede encargarse de todo eso, mientras tú te concentras por completo en lo que quieres comunicar –no en cómo presentarlo–.
“No buscamos ser un software de diapositivas un poco mejor”, dice Lee. “Estamos presentando un nuevo conjunto de bloques de construcción”.
El objetivo final de Lee es permitir que los humanos nos enfoquemos únicamente en el contenido, apoyándonos en la IA para que se encargue prácticamente de todo lo demás. Incluso si los productos de Gamma son más un punto de partida que un resultado final perfecto, la idea es que trabajar con su estructura se sienta como editar un documento—con un asistente virtual a tu lado en cada paso.
¿Quieres mejorar tu redacción? ¿Pulir tu copy? ¿Hacer que un bloque de texto se vea más atractivo, o reemplazar imágenes por ilustraciones llamativas? Gamma te ofrece comandos de un solo clic para todo eso, dentro de sus menús de IA, diapositiva por diapositiva.

“Es como tener a un diseñador experto sentado justo a tu lado”, dice Lee. “Al final obtienes un resultado hermoso, y sin importar tus habilidades técnicas o de diseño, sientes que creaste algo que vale la pena mostrar”.
La gran incógnita, por supuesto, es qué tan bien funciona todo eso en la práctica. Porque casi todas las herramientas de IA suena increíbles sobre el papel. Pero cuando pasas de las demos cuidadosamente controladas al uso real, muchas veces terminan decepcionando.
¿La respuesta corta en el caso de Gamma? Depende—tanto del tipo de contenido que le das como de tus expectativas sobre cómo debería funcionar el servicio.
LOS ALTIBAJOS DEL DISEÑADOR CON IA
Empecemos con la parte menos buena del asunto: cuando he intentado subir archivos PDF o presentaciones ya hechas y le he pedido a Gamma que las mejore, los resultados no han sido precisamente impresionantes.
Por ejemplo, aquí hay una muestra de cómo Gamma reinterpretó una presentación de media kit que tenía para mi negocio independiente de newsletters, The Intelligence:

El resultado fue una versión torpe e ineficaz del original, que sinceramente se siente como un paso hacia atrás.
Donde Gamma sí ha funcionado mejor, al menos para mí, ha sido cuando empiezo desde cero. Le doy un prompt sencillo, dejo que construya toda una estructura nueva desde la base, y luego uso eso como punto de partida para agregar la información real y terminar de afinar todo.

Con eso en mente, intenté recrear desde cero ese mismo media kit, y el resultado fue bastante decente. Los datos que aparecen ahí no son precisos ni remotamente reales, pero Gamma generó una estructura atractiva e interesante, perfecta para añadir los datos correctos y convertirlo en algo útil.

Y hasta esa parte del proceso puede ser sorprendentemente fácil: Gamma ofrece ayuda para pulir y refinar tanto el texto como el diseño general, a medida que mueves y ajustas los distintos elementos.
Claro, todo ese esfuerzo impulsado por IA tiene un costo, como era de esperarse. Gamma utiliza una combinación de motores de IA generativa—desde OpenAI hasta Anthropic y Gemini de Google—aunque su sistema elige automáticamente el modelo que considera más adecuado para cada tarea, por lo que rara vez sabes cuál se está usando.
Debido a los costos involucrados, el plan gratuito de Gamma te limita a 400 créditos de IA por cuenta y solo permite generación básica de imágenes. Para disfrutar la experiencia completa, necesitas pagar 96 dólares al año por generación ilimitada de contenido con IA y acceso a imágenes avanzadas. Y si quieres aún más funciones, puedes optar por el plan de 180 dólares al año.
A largo plazo, Lee confía en que Gamma ofrecerá tanto valor que ese costo será una decisión obvia para sus usuarios.
LA VISIÓN DE GAMMA
Hasta ahora, Lee dice que los clientes de Gamma han sido principalmente un tipo de usuarios que él llama “prosumidores”—personas o pequeños equipos que necesitan crear muchos recursos visuales pero que, normalmente, no contarían con el presupuesto para trabajar con un equipo de diseño completo dentro de su organización.
Pero él imagina un futuro en el que todos, desde freelancers y dueños de pequeños negocios hasta equipos de ventas y marketing en grandes empresas, dependan de Gamma para hacer tareas que de otro modo requerirían mucho tiempo, esfuerzo y frustración—aunque cuenten con recursos tradicionales a su alcance.
Y sí, ese mismo principio aplica tanto para crear PDFs, sitios web y recursos para redes sociales como para presentaciones (y Lee asegura que la lista de formatos disponibles seguirá creciendo). La humilde y odiada presentación de diapositivas fue simplemente el punto de entrada más fácil y lógico para lo que Lee visualiza como todo un ecosistema de creación de contenido, con la IA como motor principal.

“Elegimos las diapositivas como nuestra primera puerta de entrada porque es un formato ubicuo”, explica. “[Pero] los trabajadores del conocimiento no solo necesitan hacer diapositivas. En realidad, necesitan crear todo tipo de contenido”.
Lee lo ve todo como una escala continua con líneas borrosas. Al final del día, ¿cuál es realmente la diferencia entre una presentación y un PDF? ¿O entre un PDF y un sitio web? ¿O entre un sitio web y una publicación promocional en LinkedIn?
Una vez que empiezas a usar Gamma para crear todo tipo de contenido, te das cuenta rápidamente de que todos esos formatos comparten los mismos bloques fundamentales. Y pasar de uno a otro es más fácil de lo que parece.
“Nuestra apuesta es que las presentaciones pueden ser siempre la puerta de entrada”, dice. “No queremos que nuestros usuarios piensen en términos tradicionales –como ‘voy a hacer una presentación’–. Más bien, que piensen: ‘Estoy creando una pieza de contenido que se puede consumir de distintas maneras’”.
El reto, entonces, está en lograr que las personas—y las organizaciones—rompan con sus hábitos y se alejen, aunque sea poco a poco, de las herramientas poco inspiradoras pero familiares que han usado durante años. Y al hacer que Gamma sea tan fácil de usar que no se requieran habilidades ni capacitación especial, Lee es optimista: cree que puede ganarse al público y posicionar a Gamma como el centro de creación creativa por excelencia.
“Una herramienta como Gamma busca bajar la barrera de entrada, para que cualquier trabajador del conocimiento pueda adquirir habilidades que antes ni imaginaba tener”, dice. “Creemos firmemente que eso les abrirá nuevas puertas”.