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Comprender cómo funciona tu cerebro puede convertirte en un mejor líder

Cinco estrategias respaldadas por la neurociencia para una gestión en el liderazgo que sea más eficaz.

Comprender cómo funciona tu cerebro puede convertirte en un mejor líder [Fuente de la foto: Pixabay ]

¿Qué pasaría si la clave para tener un mejor liderazgo no se encontrara en una nueva estrategia de productividad, un marco de retroalimentación diferente o una aplicación de gestión del tiempo, sino en comprender el órgano de 1.4 kilos dentro de tu cabeza que maneja el espectáculo: tu cerebro?

La mayoría de los consejos de liderazgo se centran en lo que debes hacer. La neurociencia ayuda a explicar por qué algunas cosas funcionan y por qué otras fracasan, a pesar de tus mejores intenciones. Cuando te alineas con el funcionamiento natural del cerebro, facilitas la toma de decisiones, la motivación, la creatividad y la conexión.

Aquí hay cinco maneras en las que la neurociencia puede ayudarle a gestionar tu trabajo y liderazgo de manera más inteligente.

1. Tu cerebro no nació para hacer multitareas, pero sí para priorizar

La corteza prefrontal del cerebro gestiona la concentración, la planificación y la toma de decisiones. Pero también consume mucha energía y es sensible a la sobrecarga. Cuando le haces peticiones de última hora a tu equipo, los sorprendes con nuevas fechas límite o les sobrecargas las tareas urgentes, estás predisponiendo su cerebro al fracaso.

La sobrecarga cognitiva perjudica el rendimiento. Cada exigencia inesperada consume la energía necesaria para priorizar, resolver problemas y pensar con creatividad. Cuando los gerentes protegen a su personal de flujos de trabajo caóticos y reactivos, preservan la capacidad intelectual de su equipo. Esto también fomenta la seguridad psicológica y la confianza.

Prueba esto: Combate la urgencia innecesaria desde arriba. Comunica los cambios lo antes posible y claridad. Crea espacio para que las personas se esfuercen al máximo, no solo para que se mantengan al día.

2. La creatividad necesita espacio (y estructura)

Los líderes suelen afirmar que desean la innovación, pero no logran crear las condiciones que la permitan. El motor creativo del cerebro, en particular la red neuronal por defecto, prospera cuando estamos relajados, soñando despiertos y libres de juicios. Sin embargo, la mayoría de los entornos laborales recompensan la hiperproductividad y la urgencia constante.

La creatividad requiere un equilibrio entre exploración y explotación. La neurociencia nos dice que las mejores ideas suelen surgir cuando estamos mentalmente alertas y concentrados, pero no abrumados; a menudo, cuando estamos concentrados, interesados ​​y bajo la presión justa. La presión constante de ser “brillantes ahora” puede, de hecho, inhibir la introspección.

Prueba esto: Crea “espacios en blanco” en el calendario de tu equipo. Reuniones caminando, tiempo para pensar sin programar o incluso minutos de atención plena. Aunque parezca contradictorio, dedicar tiempo a que tu gente descanse activamente puede ser la estrategia de innovación más fácil de implementar, pero también la más impactante.

3. El coaching desbloquea la neuroplasticidad (y el rendimiento)

Si tu trabajo es sacar lo mejor de tu gente, necesitas dejar de hablar y empezar a entrenar. Los grandes gerentes hacen el tipo de preguntas que reconfiguran la mentalidad de su equipo. No es una metáfora; es neurociencia.

La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para cambiar. Cuando las personas reflexionan, replantean o desarrollan introspección, literalmente reconfiguran sus conexiones neuronales. Las conversaciones de coaching eficaces aprovechan esto, activando redes para el aprendizaje, la motivación y la resolución de problemas. El coaching a nivel de identidad (ayudando a las personas a explorar no solo lo que hacen, sino también quiénes son) genera un cambio profundo y duradero.

Prueba esto: La próxima vez que alguien te plantee un problema, no lo resuelvas. Pregúntale: “¿Qué intentaste ya?” o “¿Qué aspecto tendría algo genial aquí?”. Al practicar esto, estás desarrollando la mente de tu colega.

4. La motivación nace en el sistema de recompensa del cerebro

La motivación no es magia, ni se trata de pizza gratis ni de mesas de ping-pong. Se trata de cuán bien los líderes comprenden los circuitos de recompensa del cerebro.

La dopamina, la sustancia química de la motivación, se dispara cuando las personas sienten progreso, conexión o propósito. En muchos entornos laborales, el uso excesivo de clasificaciones, comparaciones de rendimiento o bonificaciones condicionales puede reducir la motivación intrínseca con el tiempo. Cuando estas herramientas generan presión o miedo al fracaso, corren el riesgo de generar desconexión en lugar de motivación.

Prueba esto: Reconoce el esfuerzo, no solo los resultados. Conecta las tareas con objetivos significativos. Dale autonomía a tu equipo para alcanzar las metas. Todo esto activa las redes de recompensa y mantiene el compromiso a lo largo del tiempo.

5. Un entorno cerebral de alto rendimiento no es blando, es estratégico

Uno de los factores más incomprendidos del alto rendimiento es la seguridad psicológica. No se trata de ser amable, sino de crear las condiciones neuronales necesarias para que las personas piensen con claridad, se expresen abiertamente y asuman riesgos.

Cuando las personas se sienten inseguras (aunque sea sutilmente), el cerebro activa la amígdala y la corteza prefrontal tiene que esforzarse más para regular sus emociones. Esto se traduce en menor creatividad, menor colaboración y una toma de decisiones más deficiente. Los gerentes que crean culturas de confianza y equidad ayudan a los equipos a mantenerse en un estado de recompensa y a liberar sus mejores ideas. 

Prueba esto: Anima a las personas a ser curiosas. Si fracasas, admite rápido tus errores. Haz más preguntas. Tu vulnerabilidad es un atajo hacia su claridad.

Reflexión final: gestionar como un ser humano con cerebro inteligente

Comprender cómo funciona el cerebro no es solo una curiosidad interesante, es la clave para gestionar con claridad, creatividad y compasión.

Al hacer pequeños cambios en la forma de enfocar, entrenar, motivar y generar seguridad, desarrollas mejores cerebros, tanto el tuyo como el de tu equipo.

Y cuando tu cerebro funciona mejor, todo lo demás funciona.

Author

  • Amy Brann

    Amy Brann es la fundadora de Synaptic Potential y autora de Make Your Brain Work (Kogan Page, 3 de agosto de 2025).

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    Amy Brann es la fundadora de Synaptic Potential y autora de Make Your Brain Work (Kogan Page, 3 de agosto de 2025).

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Sobre el autor

Amy Brann es la fundadora de Synaptic Potential y autora de Make Your Brain Work (Kogan Page, 3 de agosto de 2025).

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