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Arrestados por ser morenos: así se viven las redadas migratorias en California

La mayoría de los detenidos no tiene antecedentes penales y los juzgan solo por su color de piel.

Arrestados por ser morenos: así se viven las redadas migratorias en California [Foto: AFP]

Desde que agentes de inmigración allanaron su autolavado en el sur de California en las redadas migratorias, José —un joven empresario de 25 años con raíces mexicanas— no deja de mirar una y otra vez las imágenes captadas por sus cámaras de seguridad.

La redada lo dejó marcado. En los videos, se puede ver cómo agentes federales persiguen a sus trabajadores de piel morena, mientras que un empleado de tez más clara tomó su automóvil y se retiró del lugar.

“Se sintió como discriminación racial”, dice José en entrevista con AFP, mientras muestra los videos grabados en su negocio ubicado en Downey, un suburbio al sureste de Los Ángeles. Por temor a que su autolavado vuelva a estar en la mira de las autoridades, pide no publicar su apellido.

De los diez empleados que se encontraban trabajando ese día, todos eran indocumentados. Sin embargo, los agentes detuvieron solo a dos empleados, ambos de piel más oscura y, según José, sin antecedentes penales. Uno de ellos llevaba casi dos décadas laborando ahí.

“No fue una coincidencia que los dos hombres que persiguieron fueran los dos más oscuros”, sostiene.

Redadas selectivas, enojo colectivo

Aunque pasó más de un mes desde que estallaron las protestas contra las redadas migratorias promovidas por la administración del entonces presidente Donald Trump, la tensión persiste. En Los Ángeles, las redadas continúan, especialmente en zonas del este de la ciudad donde la población es mayoritariamente latina.

A pocos kilómetros de Downey, en Montebello, otro operativo generó indignación. En un video captado por transeúntes se observa a agentes migratorios sometiendo a un trabajador que grita desesperado: “¡Soy estadounidense, hermano!”. Liberaron al hombre poco después, pero la escena dejó una fuerte impresión entre los residentes.

Para muchos en estas comunidades, no se trata solo de la legalidad de los operativos, sino de la forma en la que se ejecutan. “Están haciendo un perfil racial, lo cual es inconstitucional”, denuncia Mario Trujillo, concejal demócrata de Downey. De acuerdo con él, tan solo en junio se registraron al menos 15 redadas en la ciudad.

“Parece que se la pasan manejando por las calles buscando gente que se ve mexicana”, comenta Trujillo.

El gobierno niega el perfilamiento, pero los datos dicen otra cosa

Desde Washington, el Departamento de Seguridad Nacional rechaza rotundamente estas acusaciones. “Las afirmaciones de que los individuos son objetivo por el color de su piel son repugnantes y categóricamente falsas”, aseguró Tricia McLaughlin, vocera del departamento, en un comunicado. “Sabemos de antemano a quién tenemos en la mira”, afirmó, argumentando que las acciones buscan sacar de las calles a los peores criminales extranjeros”.

Sin embargo, los datos contradicen esa narrativa. Según cifras analizadas por el Los Angeles Times, entre el 1 y el 10 de junio se detuvo a 722 inmigrantes en el condado de Los Ángeles. De ellos, 69% no presentó ninguna condena penal y 58% de ellos no fueron procesados judicialmente.

“Dicen que buscan criminales, pero la realidad es que están cazando trabajadores que parecen indocumentados, que se ven latinos”, acusa Trujillo. “Por eso la comunidad está tan molesta”.

Miedo incluso entre quienes son “legales”

El impacto de estas redadas va más allá de los indocumentados. Los residentes permanentes —personas con documentación migratoria regular— también viven con temor.

“No estamos a salvo tampoco los residentes permanentes”, comentó una empleada mexicana entrevistada por AFP. “Siempre cargo mis papeles, por si acaso”.

Ese clima de miedo también alcanzó al Congreso estatal. Seis senadores republicanos de California enviaron una carta a la administración Trump para manifestar su preocupación por las redadas, en las que, aseguraron, “también se ha detenido a migrantes sin antecedentes penales”, lo que generó un ambiente de “temor entre empleados, incluso aquellos en situación legal”.

El problema de fondo: quién se percibe como ilegal

Lo que está en juego no es solo una política migratoria agresiva, sino una percepción racializada de quién tiene que ser detenido. Testimonios como el de José y su equipo sugieren que los operativos no responden únicamente a listas o investigaciones previas, también a juicios visuales. Por ejemplo, quién se ve como migrante, quién parece “mexicano”, quién merece ser interrogado y quién puede irse sin problema.

La crisis migratoria en Estados Unidos sigue siendo una herida abierta. Pero para muchas comunidades latinas en California, el problema no es solo legal, es también profundamente personal: sentirse señalado por el simple hecho de cómo se ve su piel.

Por Romain Fonsegrives/AFP

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