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3 maneras para que tu ciudad recupere sus calles para las personas

Construir ciudades alrededor de la gente, en lugar de máquinas, genera lugares en los que la gente quiere estar.

3 maneras para que tu ciudad recupere sus calles para las personas [Fotos: Michael H/Getty Images, Adam Acosta/ Unsplash , AXP Photography/ Unsplash]

Soy baterista y tengo debilidad por los instrumentos vintage. Tengo algunos que rara vez toco. Suenan genial y se ven aún mejor, pero ocupan espacio. Si coleccionra más, eventualmente tendría que renunciar a otras cosas: sillas, comida, ropa, libros, arte. Por muy prácticas que diga que son estos instrumentos, son objetos voluminosos que permanecen inactivos la mayor parte de su vida.

En cuanto a la construcción de ciudades, a los estadounidenses les cuesta aplicar esa misma lógica básica de diseño de interiores a los vehículos personales. La idea mágica es que 4.5 kg de Motordom caben en una bolsa de 2.2 kg.

La vida en el campo, la vida suburbana y la vida urbana no son intercambiables. Deberías tener la libertad de elegir lo que mejor te convenga, esto incluye el tipo de vehículo que quieres conducir. Pero las ciudades tienen una limitación que las zonas rurales y los suburbios no tienen: el espacio físico. Simplemente no hay suficiente espacio para que cada hogar guarde varios vehículos personales en la entrada, y mucho menos para construir los carriles necesarios para que todos puedan conducir en la misma dirección al mismo tiempo.

Las ciudades como centros de almacenamiento de automóviles

A pesar de esa realidad física, la mayoría de las ciudades estadounidenses han sido diseñadas como enormes centros de almacenamiento de automóviles. Esto no es un juicio de valor sobre la conducción. Es una crítica espacial. Los coches son objetos grandes que permanecen inactivos el 95% del tiempo, y cuando las ciudades priorizan los vehículos motorizados sobre todo lo demás, es inevitable que las viviendas, los parques y el comercio queden marginados.

Cada vez que se ensancha una carretera, se reduce el espacio para caminar, patinar y andar en bicicleta. Las intersecciones se multiplican y hacen que los cruces sean más largos y peligrosos. Los estacionamientos consumen terrenos valiosos. Construir ciudades en torno al automóvil es una decisión absurda y derrochadora que las deja congestionadas, caras y menos habitables.

Lo peor es que ni siquiera funciona. Ampliar las carreteras para “solucionar el tráfico” solo invita a más gente a hacer viajes que no habrían hecho. —El término de planificación poco convencional es “demanda inducida”—. Cuando se facilita la conducción en solitario, más gente conduce sola. Los nuevos carriles se llenan y vuelven los atascos. 

Lugares de intercambio

Las ciudades son lugares de intercambio: bienes, servicios, ideas y relaciones. Ese intercambio requiere espacio, no solo para que la gente viva, sino también para moverse, reunirse, ligar, jugar, descansar, comprar, vender o simplemente quedarse. Construir ciudades en torno a las personas, en lugar de a las máquinas, crea lugares donde la gente quiere estar.

Como sabe cualquier diseñador de interiores, un buen diseño no consiste en amontonar más muebles en una habitación ya abarrotada. Se trata de priorizar lo que hace que el espacio sea funcional para quienes lo usan. Aquí tienes tres estrategias comprobadas para aplicar esa misma mentalidad al espacio público de tu ciudad.

1. Dejar de obligar a los promotores a construir zonas de almacenamiento para vehículos

Los mandatos de estacionamiento mínimo se encuentran entre las políticas más perjudiciales en la planificación urbana. Estas normas exigen a los promotores construir un número determinado de lugares de estacionamiento, independientemente del contexto o las condiciones del mercado. Un gobierno local podría exigir 150 lugares para un edificio de departamentos de 100 unidades cerca de un transporte público de alta frecuencia. A los legisladores no les importa si es fácil renunciar a la propiedad de un coche.

Estos mandatos inflan los costos de construcción, reducen la oferta de viviendas y desplazan otros usos. Que los propietarios decidan cuánto estacionamiento es conveniente. Las ciudades estadounidenses ya cuentan con abundantes viviendas para automóviles.

2. Ampliar su visión de los peatones

Un servicio de autobús frecuente y confiable es como una “banqueta exprés”. Piensa en las rutas de autobús como parte de la red peatonal: una opción que usas cuando hay mal clima, llevas la maleta pesada o tienes las piernas cansadas. Ese cambio de mentalidad ayuda a normalizar el transporte público como modo de transporte por defecto, no como último recurso.

Soluciones de ingeniería como carriles exclusivos y prioridad de semáforos ayudan a evitar que los autobuses se queden atascados en el tráfico. Cuanto más se asemeje el autobús a una banqueta móvil, más gente lo elegirá.

3. Hacer que los paseos en bicicleta por las ciudades sean placenteros

Una red de bicicletas conectadas es una de las maneras más rentables de aumentar la movilidad y reducir la congestión. Especialmente ahora, con el auge de las bicicletas eléctricas, un recorrido de 8 kilómetros se vuelve pan comido incluso para los adultos mayores. Las bicicletas eléctricas reducen el sudor y hacen que el mal clima sea más llevadero.

Construir ciclovías protegidas que conecten destinos —zonas residenciales, centros de empleo, zonas comerciales, etc.—. Construir estacionamientos seguros y estaciones de carga para bicicletas eléctricas. Hacer del ciclismo la opción más atractiva para trayectos cortos.

Las ciudades no deberían ser tratadas como almacenes para grandes cantidades de bienes personales. Si no dejarías que pilas de baterías inactivas bloquearan tu cocina, no dejes que cajas metálicas gigantescas dominen tus calles. El buen diseño urbano, al igual que el buen diseño de interiores, sirve a quienes lo habitan.

Author

  • Andy Boenau

    Es narrador y reparador de calles. Vive en Richmond, Virginia, una ciudad encantadora que será un paraíso ciclista para cuando sus dos hijos tengan hijos ciclistas. Boenau escribe "Urbanism Speakeasy", una de las publicaciones destacadas de Substack de 2023.

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    Es narrador y reparador de calles. Vive en Richmond, Virginia, una ciudad encantadora que será un paraíso ciclista para cuando sus dos hijos tengan hijos ciclistas. Boenau escribe "Urbanism Speakeasy", una de las publicaciones destacadas de Substack de 2023.

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Sobre el autor

Es narrador y reparador de calles. Vive en Richmond, Virginia, una ciudad encantadora que será un paraíso ciclista para cuando sus dos hijos tengan hijos ciclistas. Boenau escribe "Urbanism Speakeasy", una de las publicaciones destacadas de Substack de 2023.

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