
La gente no está contenta estos días. Parte de esta angustia se debe al estado del mundo. Muchas personas se sienten solas, enojadas, cínicas y polarizadas. ¿Cómo se supone que podemos hacer nuestro mejor trabajo si consideramos lo que sucede a nuestro alrededor?
Pero el problema es más profundo. Nos distraemos, nos seducen y nos sabotean conversaciones e historias internas que distorsionan nuestras percepciones y secuestran nuestras emociones, lo que finalmente nos impide vivir una vida feliz y plena, y una carrera que nos enorgullezca. Cargamos con un equipaje que nos hace tropezar, nos deprime y nos agota.
Afortunadamente, nuestras mentes tienen un potencial increíble para reprogramarse y reconfigurarse. Al ampliar nuestra autoconciencia, mirar directamente nuestro dolor, poner la vida en perspectiva y distinguir lo que podemos y no podemos controlar, podemos crear la oportunidad para el cambio.
Como psicólogo que ha asesorado a cientos de altos ejecutivos y organizaciones en 55 países, he observado varios apegos que mantienen a las personas estancadas, que intensifican su ansiedad, ira y tristeza, y minan su paz mental. Nos apegamos a:
Creemos que podemos crear estabilidad y seguridad en nuestras vidas y carreras. Pero no existe tal cosa. Cada vez que respiramos, el mundo cambia. Al temer al cambio, corremos el riesgo de apegarnos demasiado a la estabilidad. Las investigaciones han demostrado que tener una actitud negativa hacia la incertidumbre se asocia con un aumento de la ansiedad y una mala salud mental. También existe una fuerte asociación entre sentir gratitud y indicadores favorables de salud cardiovascular. Recuerda: la incertidumbre es la realidad y la estabilidad es una ilusión. Así que enfrenta tu miedo a lo desconocido. Sal de tu zona de confort y acepta nuevos desafíos y oportunidades. Y agradece lo que tienes en la vida. Es probable que tengas lo que necesitas ahora mismo, pero estos son los tipos de desapego que necesitas:
1. Desapego del pasado
Muchos de nosotros vivimos en el pasado. Idealizamos o demonizamos nuestros recuerdos y nos quedamos paralizados por viejas cicatrices emocionales, relaciones que no funcionaron o negocios que fracasaron. Traumas no resueltos, la autoculpa o la nostalgia de tiempos mejores suelen ser la causa de nuestro dolor psicológico. Al no afrontar la verdad y practicar el perdón, corremos el riesgo de apegarnos demasiado al pasado. El perdón está vinculado a una salud mental positiva y a menos síntomas físicos. En este punto, debemos desafiar nuestras creencias limitantes, dejar atrás nuestros rencores, centrarnos en el presente y construir nuevas conexiones con nuestros colegas.
2. Desapego del futuro
Otros nos preocupamos por el futuro. Nos obsesionamos con lo que nos falta en nuestras carreras. Nunca estamos satisfechos con quienes somos ni con nuestros logros. Al preocuparnos por el futuro, disminuimos nuestra confianza y tranquilidad. De este modo, perdemos el presente y creemos que la felicidad está en el futuro. Pensar demasiado en el futuro se ha vinculado constantemente con mayor ansiedad y depresión. Intenta liberarte de las expectativas futuras, deja de compararte con los demás y disfruta de los pequeños momentos cotidianos.
3. Desapego del control
Desde la infancia, nos enseñan a moldear nuestro entorno. Tomamos las riendas e influimos astutamente en los demás para conseguir lo que queremos. Decididos a controlar lo incontrolable, ocultamos nuestras vulnerabilidades y corremos el riesgo de apegarnos demasiado al control. La desconfianza en los demás y nuestra propia ansiedad suelen ser la causa. Aceptar la vulnerabilidad puede conducir a relaciones más sanas y a menos dolor emocional y físico. Así que, deja de microgestionar a tu equipo.
4. Desapego de la perfección
Somos imperfectos por naturaleza. Sin embargo, ¿cuántos de nosotros nos dejamos llevar por la necesidad de ser perfectos? Luego, imponemos nuestra perfección a quienes nos rodean. Al temer el rechazo y los errores, e ignorar nuestra necesidad de aprobación, corremos el riesgo de apegarnos demasiado a la perfección. Un estudio realizado en 2022 con jóvenes de 16 a 25 años reveló que el 85% de los participantes identificaron rasgos perfeccionistas que afectaban su bienestar físico y mental. Conciliar nuestra vida laboral, familiar y personal nunca es fácil. Así que, esfuérzate al máximo, ten espacio para la flexibilidad y acepta tus imperfecciones.
5. Desapego del éxito
Muchos de nosotros satisfacemos esta necesidad en el trabajo. Pero cuando nuestro deseo de éxito se convierte en una necesidad compulsiva de logro, nos encontramos con otro problema. Definimos el éxito desde afuera y nos basamos en las expectativas de los demás y no en las nuestras. Esto se debe a nuestro miedo al fracaso y a no ser lo suficientemente buenos. Las personas con una mentalidad de abundancia, en lugar de escasez, son más creativas, optimistas y se mantienen más imperturbables ante las circunstancias adversas. Así que prioriza tu bienestar y felicidad, practica la autocompasión y crea espacios para el descanso y la relajación.
Solo cuando confrontamos nuestros apegos de frente podemos impulsar un cambio verdadero. El resultado es más alegría y libertad, y un mejor rendimiento.
Tengan en cuenta que el desapego no significa estar desconectados o no involucrados. Todo lo contrario. Al liberarnos de nuestros apegos, nos liberamos para abrazar la vida plenamente y mantenernos comprometidos con lo que importa.