
¿Qué sucede cuando intentas enseñarle a una máquina a pensar como tú? Esa es la pregunta que me planteé cuando me asocié con una empresa líder en formación para cocrear una plataforma de coaching basada en Inteligencia Artificial (IA). La idea era inspiradora: una herramienta que permitiera a los empleados hacer preguntas y recibir coaching en tiempo real, en cualquier momento y lugar, de un grupo de líderes de opinión de diversos temas, incluyéndome a mí. ¿Mi enfoque? Simplificación, innovación y liderazgo a través del cambio.
Y, sin embargo, lo más fascinante no era la tecnología, sino el reflejo que ofrecía del comportamiento humano y el potencial de fomentar una mejor conexión humana.
El coaching se democratizó
He aquí una verdad innegable: la IA está alterando el modelo de coaching tradicional y, en muchos casos, para mejor.
Un creciente número de investigaciones demuestra que las personas son más honestas con los coaches de IA. Estudios de instituciones como el MIT, la Universidad del Sur de California y el Centro Helmholtz de Seguridad de la Información de CISPA han descubierto que los usuarios son más propensos a revelar información confidencial a avatares de IA que a consejeros humanos. ¿Por qué? Porque no hay juicio ni miedo a hacer una pregunta tonta. La IA ofrece seguridad psicológica, envuelta en código. Las personas actúan con más audacia, con menos miedo a decir lo que realmente piensan o lo que las frena.
Según un estudio de investigación de Korn Ferry de 2025, el 76% de los trabajadores a nivel mundial afirma que las excelentes oportunidades de desarrollo les motivan a quedarse en la empresa. Y con herramientas basadas en IA, el coaching se democratiza y es accesible para más empleados, no solo para los directivos. Pero no se trata solo de acceso, sino de precisión.
Lo que el coaching con IA puede hacer:
• Adaptar los planes en función del rol, los objetivos o incluso la hora del día.
• Simular conversaciones difíciles con empleados o clientes.
• Ofrecer retroalimentación en tiempo real en reuniones o presentaciones.
• Brindar asesoramiento las 24 horas, los 7 días de la semana sobre todo, desde el síndrome del impostor hasta comentarios difíciles.
Imagínate poder preguntar:
“¿Cómo le digo a mi equipo que no estoy de acuerdo con ellos sin dañar la moral?” O:
“Dame tres formas de simplificar la presentación de la estrategia de mi equipo para nuestro vicepresidente regional”.
La IA responde con consejos prácticos y contextualizados, basados en las voces de verdaderos líderes de opinión. Por eso acepté ser uno.
Las cuestiones éticas y filosóficas que planteó
Cuanto más desarrollé mi bot entrenador, más me di cuenta: no se trata solo de tecnología, se trata de identidad.
Desarrollar una versión de IA de uno mismo revela más sobre el comportamiento humano que el aprendizaje automático. Plantea preguntas sobre cómo la IA puede, exactamente, liberar la vulnerabilidad, la empatía y los matices éticos en la experiencia de coaching.
Por ejemplo: si ofrezco orientación como coach de IA, ¿cómo me aseguro de que el consejo sea realmente mío, no algo inventado por la IA ? ¿Cómo conservo los matices, el tono y la ética que definen mi coaching humano? ¿Cómo me aseguro de que las respuestas no solo incluyan información, sino que también consideren las emociones humanas y el contexto cultural?
Me encontré constantemente preguntándome: ¿El modelo se basa en mi contenido más actual? ¿Se parece a mí? ¿No solo en palabras, sino también en tono e intención? ¿Podría el asesoramiento desviarse hacia un territorio poco ético, tendencioso o legalmente ambiguo, y cómo podemos garantizar que eso no suceda?
Lo que podría pasar (hipotéticamente)
He aquí por qué: Imaginen este escenario. Alguien escribe: “Mi equipo se resiste a una nueva iniciativa de innovación. ¿Qué debo hacer para impulsarla?” Y la IA responde: “Reasigna a los miembros del equipo que se resistan. Céntrate solo en los que se adaptan rápidamente para acelerar el progreso”.
Aunque este consejo pueda parecer eficiente a primera vista, carece de matices estratégicos e inteligencia emocional. La innovación no se trata solo de velocidad. Se trata de integrar a la gente, abordar la resistencia con empatía y fomentar un cambio cultural a largo plazo. Ese tipo de respuesta no refleja cómo guiaría a un líder en la transformación. Refleja un sesgo de eficiencia fría, que puede dañar la moral, la confianza y la seguridad psicológica.
Es por esto que necesito asegurarme de que mi entrenador de IA refleje no sólo lo que sé, sino también cómo enseño, influyo y dirijo.
Así que tomamos medidas proactivas: le proporcionamos materiales actualizados, refinamos mi tono y lo probamos con indicaciones cada vez más complejas. Revisamos si había alucinaciones, esos momentos infames en los que la IA proporciona desinformación con total seguridad. Y tomamos medidas para integrar la empatía y el contexto en cada capa.
Pero esto iba más allá de la gestión de riesgos. Se convirtió en un ejercicio filosófico: ¿Qué significa brindar a las personas una experiencia “humana” a través de una máquina? En realidad, el coaching real es emocional, complejo y revelador. ¿Podríamos replicarlo alguna vez?
Cómo mantener la capacitación en IA como algo humano
La clave no es evitar la IA, es aprender a humanizarla. A continuación, se muestran algunos ejemplos que sugerimos a los empleados que utilizan mi entrenador de IA:
• “Lisa, ¿qué dirías si me siento abrumado por mi rol pero no quiero parecer débil?”
• “Cuéntame una dramatización en la que despido a un empleado de bajo rendimiento con empatía”.
• “Haz una simulación para practicar cómo contrarrestar la mala idea de un alto ejecutivo, de manera amable”.
• “Basado en tu marco de innovación, ¿cuáles son 3 experimentos que puedo probar esta semana con mi equipo?”
• “¿Qué cosa podría eliminar de mi flujo de trabajo semanal para simplificar las cosas?”
Cada indicación invita a la IA a aprovechar no solo el conocimiento, sino también la inteligencia emocional.
Entrenando a los humanos para que sean más humanos
Empecé esta iniciativa pensando que estaría capacitando a alguien. En cambio, me capacitó sobre el futuro del aprendizaje, el liderazgo y la esencia misma del coaching.
El coaching de IA no se trata de algoritmos. Se trata de acceso, autenticidad y autonomía. Se trata de brindar a las personas espacio para crecer en privado, a su propio ritmo, con perspectivas que las desafíen y las transformen.
Y esto apenas comienza.