
En México, 70% del territorio es boscoso; sin embargo, desde hace más de 30 años se ha reportado una pérdida anual de este territorio a manos de la tala ilegal y la deforestación. Esta pérdida de territorio se ha reducido desde 2017 —de 350,000 hectáreas en 2016 a casi 93,000 hectáreas—, pero esto no disminuye su impacto, que incluye la pérdida de hábitat, especies y servicios ecosistémicos, el desplazamiento forzado de las personas y, a largo plazo, el cambio climático.
Esta historia de tala es especialmente visible en Campeche, Chiapas, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz y Michoacán, pero también afecta a entidades como Puebla, donde localidades como Santa Rita Tlahuapan presentan una deforestación de hasta 80% del terreno en el lapso de una década. Hoy, el foco no solo está en evitar la tala, sino en revertirla, por lo que cualquier herramienta que facilite plantar árboles es bienvenida. Tal es el caso de la flotilla de drones que la alianza entre Nestlé México y Fundación Chedraui facilitó en Santa Rita.
“Esta alianza es un testimonio vivo de cómo la colaboración, el uso de la tecnología y la acción comunitaria pueden transformar el medio ambiente. Reafirmamos nuestro compromiso de regenerar la naturaleza y construir un legado para las próximas generaciones”, menciona Javier León, director de Asuntos Corporativos y Creación de Valor Compartido de Nestlé México.
El reto de la reforestación
La deforestación y tala ilegal suelen tener cinco causas, de acuerdo con la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR). Estas son la creación de pastizales, la agricultura y la creación de asentamientos humanos. Para 2024, se estimó que un total de 203,552 hectáreas por año se pierden por estas razones.

En el caso de Puebla, se estimó que de 2002 a 2022 perdió 66,300 hectáreas de bosque. “La tala ilegal, los incendios forestales, la propagación de plagas, así como el cambio de uso de suelo no autorizado, la creciente demanda de terrenos para fines inmobiliarios, industriales y agrícolas, son las principales causas de deforestación”, señaló en 2023 Valentina Campos Cabral, directora del Instituto de Investigaciones en Medio Ambiente de la Universidad Iberoamericana Puebla.
La alianza Nestlé-Chedraui busca centrar sus esfuerzos en una de las zonas más afectadas de Santa Rita Tlahuapan. Se trata del cerro de Tepepa, ubicado a las faldas del volcán Iztaccíhuatl, donde los drones esparcirán semillas en 20 hectáreas de terreno. Por la extensión del problema, los drones vienen como anillo al dedo, ya que aceleran un proceso que, de otro modo, sería manual e implicaría, literalmente, subir el cerro.
“Aplicar tecnologías de vanguardia, como el uso de drones, marcará una diferencia sustancial para la conservación de tan importantes ecosistemas, sobre todo en sitios deforestados o afectados por incendios, logrando crear un modelo exitoso que permita no solo recuperar la vegetación, sino también los servicios hidrológicos que resultan favorables en la provisión de agua a las comunidades y la regulación del clima”, señaló Ignacio González, director de Sustentabilidad y Responsabilidad Social de Chedraui.
Para este año, esta alianza —recientemente premiada en Los Bóscares 2024— tiene el objetivo de lograr la reforestación de 140 hectáreas localizadas entre los estados de Puebla y Veracruz con drones. La técnica gana cada vez más popularidad, además de apoyo gubernamental y de la iniciativa privada.
Sin embargo, también presenta desventajas, como una tasa de germinación que suele ser muy baja sin preparación del suelo ni seguimiento. Para encaminarla al éxito, la reforestación con drones en Puebla ya cuenta con el apoyo de las comunidades locales, un ingrediente clave para que estos proyectos prosperen. Solo el tiempo —y un buen satélite— podrá decir si funcionó.