
La administración Trump presentó este miércoles su plan agresivo y con baja regulación en inteligencia artificial (IA). Este busca impulsar a las grandes tecnológicas estadounidense en la carrera por mantenerse a la delantera de China y consolidar la supremacía del país.
Se trata del “Plan de Acción para la IA de Estados Unidos” (Winning the AI Race: America’s AI Action Plan en inglés), un documento de 25 páginas, establece tres objetivos principales:
- Acelerar la innovación
- Construir infraestructura
- Liderar internacionalmente en materia de IA
En términos generales, el gobierno plantea que el avance de la IA es crucial para mantener la supremacía económica y militar. Las consecuencias ambientales, en cambio, quedan relegadas en el documento de planificación. “Creemos que estamos en una carrera por la IA… y queremos que Estados Unidos gane esa carrera”, dijo David Sacks, principal asesor de la Casa Blanca en temas de IA, en una llamada con periodistas.
Según medios estadounidenses, Trump también daría a conocer una serie de órdenes ejecutivas para dar mayor peso legal a componentes clave del plan.
Con más de 90 propuestas gubernamentales, el plan aboga por una desregulación amplia, y la administración promete “eliminar la burocracia y regulaciones excesivas” que puedan obstaculizar el desarrollo de la IA en el sector privado.
Gran parte de ese trabajo ya ha sido realizado mediante una orden ejecutiva de Trump que revocó las políticas de IA implementadas durante la administración Biden.
No más IA ‘woke’
El plan de la administración Trump también exige que los sistemas de IA estén “libres de sesgos ideológicos” y diseñados para buscar la verdad objetiva, en lugar de lo que la administración llama “agendas de ingeniería social”. Este criterio se aplicaría a las empresas de IA que deseen hacer negocios con el gobierno estadounidense.
Un alto funcionario de la Casa Blanca señaló que el blanco principal son los modelos de IA que incorporan consideraciones de diversidad e inclusión en sus resultados, en línea con la agenda anti-“woke” del gobierno de Trump.
Uno de los enfoques centrales del plan es la construcción de infraestructura para la IA, incluida la agilización de permisos para centros de datos e instalaciones energéticas, ignorando preocupaciones ambientales en aras de desarrollar capacidades de IA lo más rápido posible.
“La IA reta a Estados Unidos a construir una capacidad energética mucho mayor que la actual”, indica el plan.
La administración, que en general rechaza el consenso científico internacional sobre la creciente crisis climática, propone crear nuevas exenciones de revisión ambiental para la construcción de centros de datos y ampliar el acceso a tierras federales para el desarrollo de infraestructura relacionada con IA.
Frente al temor de que la IA reemplace a los humanos y provoque pérdidas masivas de empleo, el plan sostiene que “la IA mejorará la vida de los estadounidenses complementando su trabajo, no reemplazándolo”.
La estrategia también plantea esfuerzos para “contrarrestar la influencia china en organismos de gobernanza internacional” y reforzar los controles de exportación sobre tecnologías avanzadas de computación en IA.
Asimismo, propone evaluar los modelos de IA chinos “para detectar alineamientos con los discursos del Partido Comunista Chino y con la censura”.
Al mismo tiempo, la estrategia exhorta al gobierno a promover la tecnología estadounidense en la conquista de mercados internacionales.
Estos planes ayudarán a “garantizar que Estados Unidos establezca el estándar tecnológico de oro a nivel mundial, y que el mundo siga funcionando con tecnología estadounidense”, declaró en un comunicado el secretario de Estado Marco Rubio.