
Cuando se trata de inteligencia artificial, muchos padres navegan entre el miedo a lo desconocido y el miedo a que sus hijos se queden atrás.
“Es realmente difícil predecir algo más allá de cinco años”, dijo Adam Tal, un ejecutivo de marketing israelí y padre de dos niños de siete y nueve años, al describir el mundo posterior a la inteligencia artificial generativa.
Tal está “muy preocupado” por el futuro que esta tecnología puede traer para sus hijos —ya sea por los deepfakes, “la incapacidad de distinguir entre la realidad y la IA”, o “los miles de posibles amenazas nuevas para las que no fui entrenado a detectar”.
Mike Brooks, psicólogo de Austin, Texas, especializado en crianza y tecnología, teme que los padres estén metiendo la cabeza en la arena, negándose a enfrentarse a la inteligencia artificial.
“Ya están abrumados por las exigencias de ser padres”, observó—desde la pornografía en línea y TikTok hasta los videojuegos y “simplemente tratar de sacarlos de sus habitaciones y llevarlos al mundo real”.
Para Marc Watkins, profesor de la Universidad de Misisipi enfocado en la enseñanza con IA, “ya hemos llegado demasiado lejos” como para proteger a los niños de la inteligencia artificial más allá de cierta edad.
Aun así, algunos padres intentan seguir siendo guardianes frente a esta tecnología.
“En mi círculo de amigos y familia, soy la única que está explorando la IA con su hijo”, comentó Melissa Franklin, madre de un niño de 7 años y estudiante de derecho en Kentucky.
“No entiendo la tecnología detrás de la IA”, dijo, “pero sé que es inevitable, y prefiero darle a mi hijo una ventaja antes que dejarlo abrumado”.
Beneficios y riesgos de la inteligencia artificial
El camino se vuelve aún más difícil para los padres dada la falta de investigaciones científicas sobre los efectos de la inteligencia artificial en los usuarios.
Varios padres mencionan un estudio publicado en junio por el MIT, que mostró que la actividad cerebral y la memoria se estimulan más en individuos que no usan IA generativa que en aquellos que sí la utilizan.
“Me da miedo que se convierta en un atajo”, explicó un padre de tres hijos que prefirió permanecer en el anonimato. “Después de este estudio del MIT, quiero que la usen solo para profundizar su conocimiento”.
Esta precaución marca el enfoque de muchos padres. Tal prefiere esperar antes de permitir que sus hijos usen herramientas de IA. Melissa Franklin solo deja que su hijo use inteligencia artificial bajo su supervisión para buscar información “que no podemos encontrar en un libro, en Google o en YouTube”.
Para ella, los niños deben ser alentados a “pensar por sí mismos”, con o sin inteligencia artificial.
Pero un padre —ingeniero en computación y con un hijo de 15 años— no cree que los niños vayan a aprender habilidades de IA de sus padres, de todos modos. “Eso sería como afirmar que los niños aprenden a usar TikTok de sus padres”, dijo. Generalmente “es al revés”.
Watkins, también padre, dice estar “muy preocupado” por las nuevas formas que está adoptando la IA generativa, pero considera necesario informarse sobre el tema y “tener conversaciones profundas al respecto con nuestros hijos”.
“Ellos van a usar inteligencia artificial”, dijo, “así que quiero que conozcan los posibles beneficios y riesgos”.
El CEO de Nvidia, Jensen Huang, habla con frecuencia de la IA como “la mayor fuerza de igualación que hemos conocido”, ya que democratiza el aprendizaje y el conocimiento.
Pero Watkins teme una realidad distinta: “Los padres verán esta tecnología como algo que se usará si puedes pagarla, para que tu hijo le lleve ventaja a los demás”.
El padre científico computacional reconoce abiertamente esta desigualdad, diciendo: “Mi hijo tiene una ventaja porque tiene dos padres con doctorado en informática, pero eso se debe en un 90% al hecho de que tenemos mayor poder adquisitivo que el promedio” —no a nuestro conocimiento sobre IA.
“Eso tiene implicaciones bastante importantes”, dijo Watkins.