En el vestíbulo de Stone Mill Lofts, una nueva comunidad de alquiler con 86 departamentos en Lawrence, Massachusetts, hay un espacio que el equipo de arquitectos The Architectural Team (TAT), la firma de diseño detrás del proyecto, llama “ventanas al pasado”. A través de un panel de vidrio incrustado en la pared, se puede ver una turbina de 180 años de antigüedad, maquinaria preservada gracias a la reutilización arquitectónica, mientras los residentes caminan hacia sus apartamentos.
Construido a partir de los huesos de un molino de 179 años, este nuevo complejo residencial muestra cómo la reutilización arquitectónica puede lograr un rendimiento energético excepcional cumpliendo con los requisitos de preservación histórica. Es un modelo de cómo convertir algunos de los edificios industriales más antiguos del país en viviendas nuevas que pueden atraer residentes y revitalizar un viejo centro urbano.
El proyecto de TAT, valorado en 39.2 millones de dólares, convirtió un inmenso molino de piedra en un edificio de apartamentos totalmente eléctrico. La transformación requirió un extenso trabajo de aislamiento en la estructura anterior a la Guerra Civil, lo que incluyó la aplicación de espuma de alta capacidad aislante para sellar mejor las paredes exteriores, una mezcla de madera, piedra y tablones que era porosa. A modo de comparación, Stone Mill Lofts tiene un sellado exterior más ajustado que muchos edificios certificados por LEED.
El aislamiento, junto con el uso de bombas de calor eléctricas, no solo reducirá el consumo de energía del edificio, sino que también disminuirá su huella de carbono en 33% en comparación con un edificio de departamentos típico. La combinación de espuma en aerosol relativamente nueva, junto con el sistema de energía totalmente eléctrica y mejores sistemas de ventilación y filtrado, permitió a TAT preservar y reutilizar esta estructura de una manera que podría no haber sido factible incluso hace una década.
Ir completamente con energía eléctrica fue un poco más costoso al principio, dice Scott Maenpaa, gerente de proyecto de TAT. Pero, dado que los desarrolladores solo tuvieron que mejorar un edificio preexistente y pudieron utilizar créditos fiscales históricos, se hizo posible un desarrollo más sostenible.
No todo fue fácil. Encontrar una solución para replicar las ventanas históricas del edificio (lo cual era un requisito para cumplir con los objetivos de preservación) y, al mismo tiempo, hacerlas lo suficientemente herméticas como para mantener el rendimiento energético, fue complejo. Tomó cuatro meses y varios fabricantes diferentes para encontrar la solución adecuada.
Completado en 1848 por Abbott Lawrence, el homónimo de la ciudad, el complejo de 13,867 metros cuadrados se usaba anteriormente para fabricar herramientas, maquinaria de molino, turbinas hidráulicas y carpintería para fábricas textiles durante la Revolución Industrial. El antiguo espacio de trabajo ahora ha sido rediseñado y dividido en apartamentos, así como en espacios comunes, como una sala de juegos para niños, una sala de billar y áreas para trabajar desde casa.
Era un objetivo perfecto para la reutilización arquitectónica adaptativa de WinnDevelopment, la firma de desarrollo que ha remodelado 45 sitios históricos desde 1981, incluidos otros dos edificios de molinos en Lawrence. Estas enormes estructuras sirven como puntos de anclaje y pilares de la comunidad, dice Maenpaa, pero con el paso de las décadas, a menudo se han perdido y olvidado, quedando vacantes o usadas como almacenes.
“Al preservarlas, no solo estamos dando nueva vida al edificio y proporcionando viviendas asequibles tan necesarias para la comunidad”, dice, “también estamos manteniendo viva la historia de esa comunidad”.