
La Gen Z no solo se divierte con los creadores de contenido en redes sociales, sino que los prefiere y es su principal forma de entretenimiento sobre la televisión y el cine tradicional.
El informe anual de Deloitte, Digital Media Trends, revela que 56% de los Gen Z y 43% de los millennials consideran más relevante el contenido en redes sociales que el entretenimiento tradicional. Además, muchos sienten una conexión más fuerte con los creadores digitales que con los actores o presentadores de TV.
Con un promedio de seis horas diarias de tiempo frente a la pantalla, la industria del entretenimiento compite por la atención del público, pero sin lograr aumentar ese tiempo. En este escenario, las plataformas digitales llevan ventaja, ya que los creadores en línea cubren todo tipo de nichos y temas.
La Generación Z elige a los influencers y rechaza las suscripciones tradicionales
Más que simples espectadores, los jóvenes confían en los influencers. Para muchos, el contenido de creadores es su formato favorito y sienten un vínculo más cercano con ellos que con las celebridades tradicionales. Estas relaciones parasociales los mantienen enganchados y regresando por más. Para la Generación Z, los videos virales no son solo entretenimiento: son el nuevo: “déjenme, que ya empezó mi novela”.
Aun así, algunos creadores ya tienen algún espacio a la TV y las plataformas de streaming en busca de estabilidad y mayor exposición, mientras que las celebridades tradicionales construyen su marca en redes sociales.
El desafío no es solo captar la atención, sino también el gasto de los consumidores. Los jóvenes están cansados de las suscripciones y muchos se sienten frustrados con los altos precios y la necesidad de pagar múltiples servicios para acceder a su contenido favorito. Casi la mitad de los encuestados cree que paga demasiado por streaming y 41% dice que el contenido no lo vale.
Para competir en este nuevo panorama, los estudios y plataformas tradicionales deben adaptarse. Hace dos décadas, la televisión de paga era tan esencial como el papel higiénico; hoy, para los jóvenes, la TV es solo ruido de fondo mientras navegan en sus teléfonos.