
En la costa norte de Maui, dentro de un edificio industrial que anteriormente era una fábrica de conservas de piña, hay un despacho de arquitectura frente a un fabricante de tablas de surf. Cuando los arquitectos se mudaron, notaron algo: recurrentemente los contenedores de basura de la parte trasera se llenaban con restos de espuma de la fabricación de las tablas.
David Sellers, uno de los arquitectos, se dio cuenta de que la espuma podía usarse en un material de construcción: bloques aislantes que suelen estar hechos de una mezcla de hormigón y espuma de poliestireno nueva. “Pensé: ‘No deberíamos tirar esto'”, dice Sellers, arquitecto principal de la firma Hawaii Off Grid. “Vivimos en una isla, con espacio limitado. Entonces, ¿cómo podemos usar esto para construir casas?”

En 2023, el equipo recibió un pequeño subsidio para desarrollar la idea de reciclar los residuos de las tablas de surf y convertirlos en nuevos bloques. Luego se produjo el incendio de Lahaina, que destruyó más de 2000 viviendas y otros edificios. La pequeña empresa suspendió el proyecto y se centró inicialmente en ayudar a rediseñar viviendas. “Pero también dijimos que íbamos a necesitar muchos materiales de construcción”, explica. “E íbamos a necesitar materiales de construcción resistentes al fuego”.
Los bloques tienen algunas ventajas. Además de ser resistentes al fuego, son cuatro veces más resistentes que un muro de entramado de dos por cuatro durante un huracán. Son inmunes al moho, los hongos y las termitas, todos problemas comunes en Hawái. Sus propiedades de aislamiento duplican las exigidas por la normativa. Su eficiencia energética es especialmente importante para Hawaii Off Grid, que se centra en la huella de carbono de cada uno de sus proyectos; de hecho, la empresa exige a todos sus clientes que se comprometan a construir edificios con cero emisiones. Los bloques utilizan solo un tercio de la cantidad de cemento que se utiliza en los bloques de hormigón.

También es una alternativa accesible a la madera. “El precio de la madera ha vuelto a su máximo histórico, y la disponibilidad de materiales de construcción es limitada”, afirma Sellers. “Esta es otra opción que la gente puede utilizar y que, con suerte, les ayudará a reconstruir más rápido y a no verse afectados por los aranceles actuales que enfrentamos en el sector de la construcción”.
Para fabricar los bloques, la empresa utiliza una gran máquina que tritura la espuma en pequeñas bolitas. Estas se mezclan con cemento Portland, logrando una consistencia que Sellers compara con la de las galletas Rice Crispy, y se prensan en moldes de madera. Los bloques, de 30 cm de alto y 1.5 metros de largo, facilitan su apilamiento durante la construcción.
La primera casa con estos materiales de construcción ya es una realidad
La empresa de diseño y construcción acaba de completar su primera casa con bloques hechos con desechos de tablas de surf, en el límite de la zona quemada en Lahaina. Se construirán más. Aunque el incendio ocurrió hace 20 meses, el proceso de reconstrucción apenas comienza, retrasado por la necesidad de descontaminar propiedades y la burocracia. Ahora, a medida que la construcción comienza a acelerarse, habrá una mayor demanda de materiales.

Solo con el volumen de residuos de espuma que produce su vecino, la empresa calcula que tendría suficiente para construir de 10 a 20 casas al año, mucho más de lo que necesita actualmente como pequeña empresa. Sellers también ha hablado con empresas como Lowe’s sobre el reciclaje de los embalajes de espuma tras la entrega de electrodomésticos. (En teoría, las tablas de surf viejas también podrían reciclarse, aunque los surfistas suelen conservarlas y exhibirlas en lugar de tirarlas).
La idea podría ser replicada por otros constructores, dice Sellers. Pero espera que la espuma de poliestireno pueda eliminarse gradualmente, y entonces, dejarían de usar los bloques como material de construcción. “Espero que de ahora en adelante no usemos soluciones a base de petróleo”, dice. Las empresas de tablas de surf ya están experimentando con materiales alternativos, y otras empresas están buscando alternativas de espuma para el embalaje. Por ahora, los arquitectos planean seguir reciclando la mayor cantidad posible de espuma para evitar que termine en los vertederos y en la naturaleza. “Tenemos una reserva de espuma”, dice Sellers. “Intentamos que ninguna termine en el vertedero”.