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Mientras las bolsas caen… la IA se levanta

Puede que en las últimas semanas te hayas sentido como Isaac Newton, descubriendo la gravedad mientras veías desplomarse los mercados bursátiles globales ante a tus ojos. Lamentablemente para ti, la gravedad ya fue descubierta, y esta semana no será el mejor tema de conversación –ni la gravedad ni la bolsa, para ser honestos–. Pero no Mientras las bolsas caen… la IA se levanta

Mientras las bolsas caen… la IA se levanta Esa película ya la vi… [Imagen: asistida por IA]

Puede que en las últimas semanas te hayas sentido como Isaac Newton, descubriendo la gravedad mientras veías desplomarse los mercados bursátiles globales ante a tus ojos. Lamentablemente para ti, la gravedad ya fue descubierta, y esta semana no será el mejor tema de conversación –ni la gravedad ni la bolsa, para ser honestos–. Pero no todo está perdido en tu interés por descubrir algo nuevo que puedas compartir con tus colegas, porque hay un área emergente de desarrollo en inteligencia artificial que aún no se discute mucho ni se entiende del todo: la IA física.

Sí, lo sé, ¿otra “gran cosa” en IA? ¿¡En serio!? Pues sí. Estamos en un momento tanto extraño como afortunado, en el que múltiples avances importantes coinciden en el mismo tiempo, en el mismo año, incluso en los mismos meses. Es algo bueno, y es parte de vivir en una era de cambio exponencial. Si no tienes claro qué está pasando o cuáles son estos saltos, date una vuelta por mis otras columnas (por ejemplo, esta sobre la Inteligencia Artificial General o esta, sobre la sorpresa de Deepseek ante los modelos de occidente).

¿Quién pidió un robot con iniciativa propia?

IA física suena futurista, pero ¿qué es exactamente? En términos generales, se trata del despliegue de sistemas de inteligencia artificial en el mundo real a través de –sí, lo adivinaste– sistemas físicos. A veces se presentan como robots humanoides, pero en otras ocasiones parecen máquinas extrañas diseñadas específicamente para adaptarse a un entorno particular. Lo que sí tienen en común es que estos sistemas serán híperinteligentes, gracias a los últimos avances en IA agentiva: podrán entender su entorno, aprender de la experiencia, adaptarse ante imprevistos y operar de forma relativamente autónoma después de recibir instrucciones –dadas por un humano, espero–.

Las aplicaciones de estos sistemas son casi infinitas si pensamos en todos los trabajos que, como sociedad, necesitamos que alguien haga, pero que no hay suficientes personas dispuestas o disponibles para hacerlos. Piensa en los riesgos de la manufactura, labores pesadas en la agricultura, o el trabajo a cientos de metros bajo tierra en la minería. Todos ellos son escenarios ideales para que los robots complementen al personal humano y cubran vacíos laborales.

El trabajo que nadie quiere

Más allá de eso, estos sistemas también podrían aplicarse en industrias que hoy enfrentan escasez de personal, como el cuidado de la salud, la atención a personas mayores e incluso el reabastecimiento de productos en supermercados. Todo dependerá del modelo económico que empresas y clientes prefieran a largo plazo. Si un robot cuesta 45,000 dólares una sola vez y su operación mensual ronda los 250 dólares, podríamos ver una migración significativa hacia soluciones robóticas. Todo sin incapacidades, vacaciones, pausas… ni dramas de oficina.

Entonces, ¿cuándo verás un robot en tu oficina o en tu ciudad? Aunque el rumbo está claro, los plazos aún son inciertos. La mayoría de los expertos estima que hacia finales de esta década veremos un despliegue más amplio de sistemas de IA física en el lugar de trabajo, aunque probablemente veremos versiones más simples o preliminares antes de eso. Pero, como sucede con toda tecnología de uso general –desde los celulares hasta el internet y los avances más recientes como ChatGPT– se necesita ese momento en el que el uso, el costo, la facilidad y el acceso converjan para que realmente despeguen.

La IA con cuerpo nos exige cabeza

Al mismo tiempo, como líderes de negocios, inversionistas, empleadores y empleados, debemos reflexionar sobre cómo será un mundo con IA física. ¿Nos enfocaremos solo en la rentabilidad, priorizando las ganancias por encima de todo? ¿O buscaremos formas de complementar y ampliar las capacidades de la fuerza laboral global para generar más oportunidades para las personas?

Sé que la IA inevitablemente reemplazará ciertos puestos, pero siempre invito a abordar el proceso con conciencia y buscar maneras de apoyar a todos a vivir la mejor vida posible en esta nueva era de cambio exponencial y oportunidades inmensas. Para construir el mundo en el que todos queremos vivir mañana, tenemos que empezar a pensar en estos cambios desde hoy.

Así que si mañana los mercados vuelven a caer (una vez más), puedes levantar el ánimo en la junta diciendo: “No se preocupen por la bolsa, acabo de leer un artículo que asegura que los robots nos cuidarán en la vejez… y por mucho menos de lo que pensábamos. Así que todo bien”.

Recuerda: el futuro (y la fortuna) favorecen a quienes se preparan y actúan. Ya estás leyendo esto, así que claramente estás preparado; la pregunta es si también serás proactivo. Yo apuesto a que sí.

Author

  • Christopher Sánchez

    Fundador de Emergent Line, tiene amplio conocimiento en tecnologías avanzadas y geopolítica. Es profesor de IA aplicada en EGADE Business School, y colabora con estudiantes de posgrado y doctorado en IA, negocios y estrategia en Cornell y Stanford GSB. Próximamente se integrará a Harvard University para profundizar su trabajo en soberanía de la IA.

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  • Christopher Sánchez

    Fundador de Emergent Line, tiene amplio conocimiento en tecnologías avanzadas y geopolítica. Es profesor de IA aplicada en EGADE Business School, y colabora con estudiantes de posgrado y doctorado en IA, negocios y estrategia en Cornell y Stanford GSB. Próximamente se integrará a Harvard University para profundizar su trabajo en soberanía de la IA.

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Sobre el autor

Fundador de Emergent Line, tiene amplio conocimiento en tecnologías avanzadas y geopolítica. Es profesor de IA aplicada en EGADE Business School, y colabora con estudiantes de posgrado y doctorado en IA, negocios y estrategia en Cornell y Stanford GSB. Próximamente se integrará a Harvard University para profundizar su trabajo en soberanía de la IA.

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