
Una década después de la primera evaluación, el Índice de Derechos Digitales 2025: Edición Big Tech revela un panorama paradójico. Si bien algunas de las plataformas digitales más influyentes del mundo demuestran mejoras graduales en transparencia, en particular en la divulgación de información sobre gobernanza de empresas chinas como Alibaba, Baidu y Tencent, el panorama general sugiere una inercia preocupante. En un mundo que lidia con el creciente autoritarismo, el uso de herramientas de IA y los continuos conflictos globales, el informe muestra que muchas grandes tecnológicas continúan, en gran medida, con sus negocios como siempre, sin abordar problemas críticos sobre derechos humanos.
La concentración de poder en las grandes tecnológicas sigue siendo una preocupación central. El informe destaca cómo empresas como Alphabet, Amazon, Apple, Meta y Microsoft han adquirido agresivamente a sus competidores, consolidando su dominio en el panorama digital. Esta concentración de mercado, donde Alphabet, Meta y Amazon captan dos tercios de los ingresos por publicidad en línea, les otorga poder sobre el acceso en línea y los flujos de información.
Vínculos gubernamentales y derechos humanos
A pesar de que los sistemas legales han comenzado a examinar más de cerca a las grandes tecnológicas, como lo demuestra las sentencias contra Google por prácticas monopólicas en búsquedas y publicidad, su influencia política no ha disminuido. La presencia de sus directores ejecutivos en primera fila durante la toma de posesión presidencial refleja sus estrechos lazos con el gobierno estadounidense, lo que podría dificultar una supervisión efectiva justo cuando los derechos humanos y las estructuras democráticas enfrentan retos sin precedentes a nivel global.
Este dominio se agrava aún más en un contexto de conflicto. “Alphabet, Amazon y Microsoft han desarrollado herramientas diseñadas para la guerra y la integración con armas letales. Su infraestructura en la nube ha impulsado campañas militares”, revela el informe. Ranking Digital Rights también llama la atención sobre la propaganda, especialmente en X y las plataformas propiedad de Meta.
Falta de transparencia
Si bien el informe destaca algunos avances, especialmente entre empresas chinas —Alibaba, Tencent y Baidu—, que muestran una mayor transparencia en la gobernanza, se han detectado patrones a lo largo del análisis que generan preocupación. Si bien Meta ha mostrado mejoras en la divulgación de cómo sus algoritmos seleccionan contenido y ha mejorado la seguridad con cifrado de extremo a extremo predeterminado en algunos servicios de mensajería, persisten deficiencias significativas en la industria. Un problema común es la falta generalizada de transparencia en la gestión de las empresas de solicitudes privadas de datos de usuarios o restricciones de contenido, y Samsung, en particular, no ha divulgado información al respecto.

Los motores de las ganancias de las grandes tecnológicas —algoritmos y publicidad dirigida— siguen siendo en gran medida opacos. A pesar de los riesgos conocidos para las democracias relacionados con la desinformación y la interferencia electoral, ninguna de las empresas evaluadas obtuvo ni la mitad de la puntuación posible en este aspecto. Alphabet y Meta incluso mostraron ligeras disminuciones en la transparencia relacionada con sus prácticas de publicidad dirigida. La mayoría de las empresas no divulgan información sobre los anuncios eliminados por infringir sus políticas ni proporcionan pruebas de que aplican sus normas de publicidad dirigida.
Nuevas políticas contra los derechos humanos
X disminuyó significativamente más que otras empresas analizadas. “La transformación de la empresa, de Twitter, que cotizaba en bolsa, a X Corp., que no cotiza en bolsa, y la eliminación de su equipo de derechos humanos coincidieron con una disminución significativa de la transparencia en sus prácticas de gobernanza, libertad de expresión y privacidad”, enfatizó el informe. X no publicó un informe de transparencia ni en 2022 ni en 2023. Si bien finalmente se publicó un informe en septiembre de 2024, este no cumplía con los requisitos de la evaluación. Aún más preocupante es la supuesta eliminación de años de informes de transparencia que datan de 2011.

Finalmente, el informe señala un patrón preocupante en la evolución de las políticas. Empresas como Meta y YouTube han estado revisando sus políticas de contenido de maneras que han generado preocupación generalizada. Por ejemplo, Meta desmanteló su programa de verificación de datos de terceros en Estados Unidos y YouTube eliminó la “identidad de género” de su política contra el discurso de odio. Global Voices cubrió las consecuencias de esta política en África y también la necesidad de prácticas de verificación de datos en un contexto de autoritarismo digital, especialmente durante elecciones, como en el caso de Indonesia.
Esto sugiere un cambio potencial hacia la justificación de comportamientos existentes en lugar de defender principios previamente adoptados.
El Índice RDR 2025 muestra un estancamiento en un momento crítico. Si bien reconoce algunos avances positivos, el informe también insta a un esfuerzo renovado de los diferentes actores, en particular la sociedad civil, los inversionistasy los responsables políticos.