
Algunos edificios de oficinas simplemente carecen de luz natural. Quizás se encuentran a la sombra de algo más alto. O quizás sus ventanas están orientadas principalmente al norte, oscuro, en lugar del suroeste, soleado. O quizás son tan grandes y anchos que la luz del sol no logra penetrar en sus oscuras profundidades. Sea cual sea el motivo, la falta de luz natural presenta problemas que van desde un mayor consumo de energía hasta una disminución del bienestar y la productividad.
CBT, un estudio de arquitectura con sede en Boston, ha estado explorando maneras únicas de resolver estos problemas. Mediante enfoques de diseño pasivo que no requieren energía adicional, el estudio está encontrando maneras innovadoras de incorporar más luz natural a los edificios de oficinas.

¿Cómo llevar más luz natural a esos espacios?
No existe una única solución, según Tyler Lombardi, director asociado de CBT, pero hay una caja de herramientas cada vez más accesible de enfoques que los arquitectos pueden usar para traer más luz a los edificios, incluidas superficies y acabados reflectantes, ajustes basados en datos en las fachadas de los edificios e incluso paredes curvas que doblan la luz en un espacio.

Lombardi afirma que estos enfoques se han aplicado en proyectos de oficinas recientes, incluyendo despachos de abogados y empresas de servicios financieros. Afirma que estos sectores han tendido a priorizar las oficinas privadas con buenas vistas, convirtiendo el perímetro del edificio en espacios bien iluminados y el resto de la planta en un espacio oscuro. “Todos tienen ángulos de 90 grados y es muy rígido”, comenta sobre estos proyectos, señalando que muchos de los clientes del despacho son confidenciales. “Estamos buscando maneras de que ese espacio se sienta más conectado visualmente”.

Para ello, CBT ha modificado los planos de planta para incluir paredes curvas que serpentean hasta el centro de la planta. “Aprovechamos la luz natural que entra por un patio, un balcón o una ventana exterior y luego moldeamos la pared para que la luz alcance una profundidad de 40 o 50 metros”, explica Lombardi. También se pueden utilizar pinturas reflectantes o superficies brillantes estratégicamente para aprovechar aún más la luz distante.
Intervenciones sutiles cambian las oficinas
Las intervenciones pueden ser muy sutiles. Incluso las sombras dentro de una habitación pueden acumularse. Por eso, al trabajar con diseñadores de iluminación, Lombardi comenta que ha participado en proyectos centrados en detalles minuciosos como los bordes de las estanterías, que se pueden biselar y suavizar para proyectar una línea de sombra menos intensa.

La tecnología juega un papel fundamental en este trabajo, afirma Lombardi, con programas de modelado 3D capaces de realizar estudios de luz y contraste durante la fase de diseño de los proyectos. Pequeños cambios en las curvas de las paredes o la altura de las ventanas pueden traducirse en aumentos significativos de la luz en ciertos momentos del día, o en diferentes maneras de introducir la luz en una habitación. “Se profundiza en los detalles de ciertas dimensiones nominales que funcionarán para la luz difusa, la luz curvada o la luz reflejada”, afirma. “Puede ser muy técnico y complejo, pero un proyecto exitoso puede ocultar esas complejidades”.

Muchas de las intervenciones de diseño que pueden iluminar un espacio son, en realidad, simples elecciones de materiales. CBT utiliza su taller de modelismo físico para probar algunos de estos materiales, incluyendo pinturas con acabados brillantes o metales con distintos grados de brillo. “En el mundo del diseño, todos buscan lo último en productos, materiales, estrategias o herramientas tecnológicas”, dice Lombardi. “En lo que respecta a algunos de estos principios arquitectónicos, a veces debemos recordar que no es necesario reinventar la rueda una y otra vez”.