ADVERTISEMENT

| Work Life

De amenaza a oportunidad: lo que la Generación Z está enseñando al liderazgo

Son la primera generación que creció con acceso inmediato a la información, comparan culturas corporativas en segundos, y evalúan si están en un lugar donde puedan aprender o si solo están ahí para “cumplir”.

De amenaza a oportunidad: lo que la Generación Z está enseñando al liderazgo

Durante años se habló de la Generación Z —los nacidos aproximadamente entre 1997 y 2012— como si fueran una gran incógnita para las empresas. O peor aún, como un problema a resolver. Exigentes, impacientes, poco adaptables… así se les etiquetó.

Hoy ya no son “el futuro”: son una parte clave del presente. Están sentados en nuestras juntas, lideran proyectos, desafían procesos y, muchas veces, cuestionan abiertamente las formas en las que siempre se hicieron las cosas.

La ironía es grande: lo que parecía una amenaza ha terminado siendo uno de los mayores regalos para el liderazgo moderno.

Más rápidos, más conscientes, menos conformistas

Según el Deloitte Global Gen Z and Millennial Survey 2024, para 2030 representarán más de 30% de la fuerza laboral global. Pero su influencia ya se siente.

Son la primera generación que creció con acceso inmediato a la información, comparan culturas corporativas en segundos, y evalúan si están en un lugar donde puedan aprender o si solo están ahí para “cumplir”.

No buscan quedarse solo por quedarse. Buscan sentido, velocidad en la toma de decisiones, flexibilidad y propósito.

Y sí, también han hecho algo que generaciones anteriores evitamos: priorizar su salud mental.

Nos han obligado a abrir una conversación incómoda pero urgente: trabajar 24/7 no significa ser más comprometido ni dar mejores resultados. Ellos lo saben, y nos lo han recordado.

El desafío silencioso que han puesto sobre la mesa

No son “poco leales”. Son leales a quienes les aportan crecimiento, retos y respeto. No son “flojos”. Simplemente no creen en cumplir con horas que no tengan sentido. No son “impacientes”. Lo que quieren es avance, claridad y coherencia.

El verdadero reto, si somos honestos, no es para ellos; es para nosotros como líderes.

Han puesto en jaque muchas de las formas de trabajo que dábamos por hecho: juntas eternas sin objetivos claros, cadenas de correos innecesarias, procesos duplicados que consumen más energía de la que generan.

Y aquí la parte que tal vez duela admitir: nosotros mismos formamos a esta generación.

Como padres, mentores y líderes, les enseñamos a cuestionar, a pedir explicaciones, a exigir claridad, a desafiar lo que no les parece lógico.

Ellos simplemente están aplicando en el trabajo las herramientas que les dimos para navegar el mundo.

Un estudio de McKinsey de 2023 muestra que más de la mitad de los empleados admite no sentirse productivo en su día a día, lo que significa que una enorme parte de lo que hacemos no impacta realmente los resultados estratégicos.

Además, Gallup estima que 85% de los empleados en el mundo no están comprometidos activamente con su trabajo.

¿Y si ese fuera el mayor llamado de atención que necesitábamos?

La Generación Z nos está recordando algo simple: no se trata de llenar agendas, sino de generar impacto. De enfocarnos en decisiones que de verdad muevan la aguja, en proyectos que aporten al resultado final y en espacios donde las personas sientan que lo que hacen cuenta.

Liderar para dejar liderar

Quizá lo más irónico de todo es que mientras intentábamos moldearlos para encajar en “nuestras formas”, ellos han conseguido algo mejor: obligarnos a evolucionar.

La Generación Z es la que ocupará nuestras sillas. Y si de verdad queremos que la organización sobreviva y prospere, no podemos perder tiempo intentando enseñarles “cómo se ha hecho siempre”.

Liderar esta generación requiere más confianza, menos microgestión. Más claridad de objetivos, menos control obsesivo. Más empatía, menos rigidez.

El mayor aprendizaje es quizás este: la Generación Z no quiere destruir las organizaciones, quiere ayudarlas a sobrevivir en un mundo que cambia más rápido de lo que nadie imaginó.

Ellos son nuestros socios para rediseñar la cultura corporativa, para equilibrar tecnología y humanidad, y para construir entornos donde el éxito también incluya calidad de vida y sentido de propósito.

Van a ser nuestros sucesores. La pregunta ya no es si ellos están listos.

La pregunta es si nosotros estamos listos para dejarles liderar.

Author

  • Sol Fernández I

    tiene 15 años de experiencia en reclutamiento, desarrollo y coaching de fuerzas de ventas. Es experta en formación de equipos de alto rendimiento y enfoque en resultados. Ha trabajado en empresas como Seguros Monterrey New York Life, Bright Inc, Yotta y Prudential. Actualmente es consultora independiente.

    View all posts

Author

  • Sol Fernández I

    tiene 15 años de experiencia en reclutamiento, desarrollo y coaching de fuerzas de ventas. Es experta en formación de equipos de alto rendimiento y enfoque en resultados. Ha trabajado en empresas como Seguros Monterrey New York Life, Bright Inc, Yotta y Prudential. Actualmente es consultora independiente.

    View all posts

Sobre el autor

tiene 15 años de experiencia en reclutamiento, desarrollo y coaching de fuerzas de ventas. Es experta en formación de equipos de alto rendimiento y enfoque en resultados. Ha trabajado en empresas como Seguros Monterrey New York Life, Bright Inc, Yotta y Prudential. Actualmente es consultora independiente.

ADVERTISEMENT

ADVERTISEMENT