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La rebelión de Wikipedia contra la IA y lo que significa para los medios

La lucha por los resúmenes de IA es parte de una lucha más grande que se desarrolla en las salas de redacción para determinar dónde todavía encajan los editores humanos.

La rebelión de Wikipedia contra la IA y lo que significa para los medios [Imágenes: Redshinestudio/Adobe Stock]

Antes de la Inteligencia Artificial (IA) generativa, si buscabas una forma económica de generar mucho contenido, creabas una wiki. Creabas un sitio web —ya fuera amplio o especializado— y lo abrías a cualquiera para que lo editara. Si eras pionero —como Wikipedia— o cultivabas una comunidad fiel —piensa en cualquier serie popular de ciencia ficción o fantasía—, en poco tiempo tendrías un vasto conjunto de páginas estratégicamente útiles.

El problema con las wikis es que, al ceder el control a la multitud, mantener una calidad constante se vuelve un desafío real. Wikipedia lo enfrenta a diario. Para sostener su estándar, ha asumido la administración con seriedad, confiando en un pequeño grupo de editores. La mayoría son voluntarios que dedican tiempo y criterio para gestionar millones de páginas creadas por la comunidad. Su labor es esencial para mantener la coherencia, la precisión y la credibilidad del sitio.

Dada la cantidad de personas que recurren a Wikipedia a diario, estos editores ejercen una influencia notable. Recientemente, lo recordaron a todos, rechazando enérgicamente un experimento interno para añadir resúmenes generados por máquina al principio de algunos artículos, del que informó por primera vez 404 Media. La reacción fue tan rápida que Wikipedia canceló el piloto tan solo un día después de su lanzamiento. Es un ejemplo clásico de cómo no implementar la IA en un equipo editorial dedicado y perspicaz.

La rebelión de Wikipedia contra las máquinas

Lo fascinante de este tropiezo en particular es que la IA no cometió ningún error grave. Si se echa un vistazo rápido a este resumen de IA sobre la dopamina, parece explicarlo bastante bien, y ciertamente de forma menos densa que la introducción de la página. No hay alucinaciones evidentes, como un artículo científico inventado o una recomendación de añadir dopamina a la pizza.

No, lo que provocó la revocación no fue una publicación defectuosa, sino una rebelión abierta desde dentro. El proceso editorial de Wikipedia se basa en una especie de transparencia radical: las razones de las ediciones y las objeciones suelen hacerse públicas. Un vistazo a la página de discusión de la prueba revela una reacción masiva, una reacción que haría sonrojar incluso a una turba indignada en Twitter.

Claro, la magnitud de la reacción puede parecer exagerada, pero la intuición subyacente es fácil de comprender. Para quienes se ganan la vida con las palabras, la intrusión de la IA en su territorio se percibe como una amenaza existencial. Esto se aplica especialmente a los editores de Wikipedia, conocidos por debatir incluso sobre sílabas individuales.

Dicho esto, las quejas de los editores de Wikipedia no fueron puramente histriónicas. Algunos señalaron que el resumen de dopamina incluía frases que no se ajustaban al estilo de Wikipedia, utilizando pronombres como “nosotros” cuando el sitio web se adhiere a un estilo objetivo más distante. Y algunas palabras del resumen, como “emoción”, parecen ser inferidas por la IA en lugar de basarse en un resumen estricto de los hechos.

Vale la pena abordar todos estos puntos. Pero recordemos: esto fue solo una prueba. Wikipedia parecía haber elegido cuidadosamente la tecnología de IA utilizada. Optaron por un modelo Cohere de código abierto, buscando mantener un alto nivel de personalización y control. Habría sido relativamente sencillo recopilar comentarios de los editores. Con esa retroalimentación, podrían haber iterado en las sugerencias y ajustes. Así, habrían logrado resúmenes más alineados con el estilo de Wikipedia.

Obviamente, eso no ocurrió. Los editores de Wikipedia reaccionaron con rapidez y dureza, y es justo decir que la conversación no fue constructiva. En lugar de intentar mejorar un producto al que los lectores respondieron inicialmente bien —durante la breve prueba, el 75% de los lectores que hicieron clic en el resumen lo encontraron útil—, la gran mayoría de los editores parecían empeñados en detener el proyecto por completo. —Un comentario típico: “No hay proceso ni burocracia que pueda convertir esta mala idea en buena”—.

Lecciones para los medios de comunicación

Versiones de este mismo drama se están desarrollando en los medios de comunicación, a medida que los ejecutivos buscan estrategias de IA que impulsen los resultados sin socavar la moral de las redacciones. En una medida que recuerda fuertemente al desastre de Wikipedia, el sindicato de Politico emprendió recientemente acciones legales contra la empresa por introducir resúmenes generados por IA sin verificar y basados ​​en los informes de la redacción. Toda la industria está en tensión ahora que las herramientas de resumen de IA están empezando a reducir el tráfico de búsqueda, y los despidos, como los recientes recortes en Business Insider, han hecho que los sindicatos de periodistas se enfrenten para proteger los empleos de la automatización.

Sin embargo, la IA también puede ser un recurso invaluable para los periodistas. Investigaciones de Associated PressThe Wall Street Journal y otros medios han logrado abordar conjuntos de datos masivos con la ayuda de la IA. Estas herramientas pueden analizar densos documentos legales en tiempo récord, generar ideas como aliado en una lluvia de ideas o analizar exhaustivamente las propuestas para destacar las que merecen su atención.

Para los editores y responsables de producto que aspiran a integrar la IA en sus redacciones, el error de Wikipedia ofrece lecciones. La principal: no imponer una implementación de IA desde arriba. Si bien se trataba de una prueba, no era tan limitada: las páginas destinadas a los resúmenes no se limitaban a un área de prueba específica.

Las redacciones que lo están haciendo bien —Reuters, The New York Times, The Washington Post— implementan la IA de forma reflexiva y gradual. Lo hacen equipo por equipo, e incluso usuario por usuario. Asumen el trabajo difícil de convencer antes de introducir nuevas experiencias. Es cierto que el contenido para el público no es igual que las herramientas internas. Aun así, los directivos deben recordar que los periodistas están profundamente comprometidos con cómo se presenta su trabajo. Cambiar esa presentación no puede reducirse a una orden: “Esto es lo que estamos haciendo ahora”.

En el periodismo, la forma de introducir la IA es tan crucial como su función. Incluso el mejor sistema generará resistencia si se implementa sin confianza, transparencia y un respeto genuino por el oficio. La IA puede ser un poderoso aliado para las redacciones si se implementa con cuidado, compromiso y un claro sentido de colaboración.

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