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Por qué los líderes y multimillonarios necesitan terapia financiera

Investigaciones recientes en psicología organizacional muestran que el estrés financiero está relacionado con la sensación de pérdida de control de los hombres.

Por qué los líderes y multimillonarios necesitan terapia financiera [Fotos: Tomasz Zajda/Adobe Stock; KPs Photography/Adobe Stock]

Aunque se piensa que líderes corporativos y los multimillonarios son visionarios y generan riqueza con estrategias inteligentes, muchos enfrentan crisis financieras invisibles y necesitan terapia financiera. Esta no se debe a la volatilidad del mercado ni a decisiones de inversión fallidas, sino a una relación profundamente emocional y conflictiva con el dinero.

Como profesor de finanzas y editor del próximo libro Financial Therapy for Men (Terapia financiera para hombres), estudio este aspecto de la psicología financiera, que casi siempre se ignora. El dinero es mucho más que números en un balance general: tiene un trasfondo emocional, psicológico y social. La relación de las personas con el dinero se crea por experiencias de la infancia, creencias culturales y triunfos y fracasos personales. Este bagaje emocional puede influir no solo en su sensación de seguridad y autoestima, sino también en cómo gestionan el poder y el estatus.

El campo de la terapia financiera surgió a mediados de la década de 2000 para abordar estas dinámicas. Basándose en la economía conductual, la psicología financiera, la teoría de sistemas familiares y la terapia clínica, su objetivo es ayudar a las personas a comprender cómo sus pensamientos, sentimientos y experiencias influyen en el comportamiento financiero. El trabajo académico fundacional comenzó en la Universidad Estatal de Kansas, sede de uno de los primeros programas de posgrado en este campo.

Desde entonces, la terapia financiera cobró impulso en Estados Unidos y a nivel mundial: cuenta con el respaldo de una revista arbitrada y se integra cada vez más en la práctica profesional por asesores financieros y terapeutas colegiados. Diversos estudios demostraron que la terapia financiera puede mejorar las relaciones y reducir el estrés emocional.

Por qué la terapia financiera necesita incluir a los líderes corporativos

Sin embargo, gran parte del campo se centra en personas emocionalmente abiertas y reflexivas, dejando de lado a los ejecutivos, quienes a menudo se les enseña a ser quienes toman decisiones puramente racionales. Creo que esto es un error.

Las investigaciones demuestran que las personas a menudo proyectan sus ansiedades inconscientes en los mercados, percibiéndolos como reflejos de competencia, fracaso o control. Esto significa que las valoraciones públicas y los flujos de capital pueden tener un profundo significado simbólico para los líderes corporativos.

Mi investigación sugiere que las personas con mayor poder y riqueza tienen relaciones emocionales profundamente complejas con el dinero, pero ignoran el campo de la educación financiera. Esto no es casualidad. Refleja la suposición más amplia de que la riqueza protege a las personas del sufrimiento psicológico. En realidad, los enredos emocionales pueden intensificarse con mayor riqueza y poder, y la investigación sugiere que los hombres, en particular, enfrentan desafíos específicos. La verdadera inclusión en la educación implica reconocer y responder a estas necesidades.

Cuando la angustia se convierte en una crisis de liderazgo

En un estudio de 2023 —”¿Cuándo y por qué negocian los hombres asertivamente?“— Jens Mazei, investigador posdoctoral en el Instituto de Psicología de la Universidad Técnica de Dortmund (TU Dortmund) en Alemania, estudia las negociaciones y la gestión de conflictos en el mundo empresarial. Sus colegas y él descubrieron que los hombres se vuelven más agresivos en las negociaciones cuando perciben que su masculinidad se ve amenazada.

Esto fue especialmente cierto en contextos considerados “masculinos”, como las negociaciones salariales. En contextos considerados “no masculinos”, como las negociaciones sobre trabajo flexible y prestaciones de guardería, los participantes no fueron significativamente más agresivos cuando se cuestionó su masculinidad.

En temas de género masculino, muchos hombres del estudio reforzaron las normas de género al rechazar acuerdos, emplear tácticas agresivas o incluso inflar las exigencias financieras para reafirmar su masculinidad. Estos comportamientos reflejan una necesidad inconsciente de recuperar la identidad masculina, sugieren los investigadores. Si esta reacción se da en las negociaciones salariales, ¿cómo podría manifestarse cuando hay mucho más en juego?

Investigaciones recientes en psicología organizacional muestran que el estrés financiero está vinculado a la supervisión abusiva, especialmente entre hombres que sienten una pérdida de control. Además, rasgos como la masculinidad de un director ejecutivo se vincularon con una mayor asunción de riesgos, mientras que las directoras ejecutivas los reducen. En conjunto, estos hallazgos apuntan a una peligrosa intersección entre el estrés psicológico, la masculinidad y la toma de decisiones ejecutivas.

Las Fusiones y Adquisiciones como campo de batalla en una empresa

Las dificultades financieras no siempre se manifiestan como bancarrota o mal crédito. Entre los hombres poderosos, pueden manifestarse como exceso de confianza, rigidez o agresividad, y a veces pueden conducir a resultados muy desfavorables.

Consideremos la investigación sobre fusiones y adquisiciones (M&A). La mayoría de las fusiones y adquisiciones son destructoras de valor —en otras palabras, destruyen más valor económico del que crean— y el ámbito de las M&A es profundamente masculino. Estos dos hechos sugieren que algunas fusiones se deben más a la masculinidad amenazada que a la lógica estratégica.

Si los hombres se vuelven más agresivos en las negociaciones cuando su masculinidad se ve amenazada, los directores ejecutivos y líderes corporativos, que son mayoritariamente hombres, podrían reaccionar de forma similar cuando sus empresas, y por extensión, su liderazgo, se vean cuestionados.

Las empresas objetivo rara vez adoptan una actitud pasiva ante los intentos de adquisición. En cambio, implementan medidas defensivas como las tácticas de the poison pillthe golden parachutestaggered board y scorched earth. Además de servir a objetivos financieros, estas también pueden actuar como defensas simbólicas de la autoridad masculina.

Un choque de egos

Las fusiones y adquisiciones, por su naturaleza, generan una rivalidad entre las figuras dominantes. El propio lenguaje de las fusiones y adquisiciones —por ejemplo, “asaltantes“, “adquisiciones hostiles”, “defensas” y “caballeros blancos“— es agresivo. Esto refuerza un entorno en el que los líderes corporativos pueden considerar los intentos de adquisición como desafíos a su autoridad, en lugar de meras transacciones financieras.

Un creciente número de investigaciones sobre estrategias conductuales confirma que las decisiones en las juntas directivas pueden estar condicionadas por trasfondos emocionales, más que por un análisis puramente racional. Si bien esta investigación no lo nombra, la dinámica que describe se alinea estrechamente con lo que Mazei y sus colegas denominan “amenaza a la masculinidad”.

Esto tiene implicaciones directas para las fusiones y adquisiciones corporativas. La gran mayoría de los altos ejecutivos son hombres y el lenguaje de las fusiones y adquisiciones es agresivo, generando luchas de poder y conquista. En un ámbito tan simbólico, los intentos de adquisición pueden desencadenar respuestas profundas y emotivas, ya que la identidad está en juego. Lo que parecen decisiones financieras estratégicas pueden ser, en realidad, defensas reflexivas de la autoridad masculina.

En relación con esto, los investigadores en finanzas conductuales estudiaron desde hace tiempo el “efecto dotación“, o la tendencia de las personas a valorar más los activos simplemente por poseerlos. Si bien este efecto se estudiaron principalmente entre inversores minoristas que toman decisiones financieras habituales, podría ser importante para ejecutivos corporativos y millonarios, quienes tienen más que perder.

Cuando se combina con una masculinidad amenazada, el efecto dotación puede generar reacciones explosivas ante la caída de las valoraciones, la pérdida de beneficios o las ofertas públicas de adquisición, incluso en personas que conservan una gran riqueza tras pérdidas marginales. Si bien la investigación en esta intersección aún es incipiente, los patrones de comportamiento subyacentes están bien establecidos.

¿Cómo es la terapia financiera para los ricos?

La terapia financiera para personas con un alto patrimonio rara vez consiste en sentarse en un sofá a hablar de traumas infantiles. En cambio, requiere un enfoque interdisciplinario que involucra a asesores financieros, terapeutas y, en ocasiones, coaches ejecutivos. Las sesiones suelen centrarse en la planificación del legado, problemas de control, culpa por la riqueza o relaciones familiares tensas.

Muchos hombres con un alto patrimonio neto muestran comportamientos que no se parecen a tener “dificultades financieras”. Estos pueden incluir la negociación compulsiva, decisiones de inversión impulsadas por las emociones, adicción al trabajo y poca confianza en los asesores. Sin embargo, el trauma financiero no resuelto se manifiesta como insatisfacción crónica y la sensación de que ningún logro, adquisición o patrimonio neto es suficiente.

Aunque la terapia financiera nació como una herramienta para apoyar a las personas en sus conflictos con el dinero, creo que también puede ser una pieza clave para la estabilidad económica global.

Cuando la masculinidad se siente amenazada dentro de los procesos de toma de decisiones corporativas, las consecuencias trascienden el plano individual: pueden desestabilizar industrias, alimentar recesiones y afectar mercados laborales enteros. La ansiedad financiera mal gestionada entre élites empresariales y multimillonarios no es solo su problema, se convierte en un problema colectivo.

Desde esta perspectiva, la educación financiera no es un lujo ni un recurso individual: es una necesidad estructural. Puede ser el freno que impida que tensiones emocionales ocultas deriven en decisiones empresariales destructivas con efectos sistémicos.

Y si su propósito es ayudar a tomar decisiones financieras más conscientes y saludables, entonces no hay grupo que la necesite más que los líderes corporativos masculinos y ricos.


El príncipe Sarpong es profesor asociado en la Universidad del Estado Libre.

Este artículo se republicó de The Conversation bajo una licencia Creative Commons. Lee aquí el artículo original.

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