Gracias al auge de los podcasts de video, lo que comenzó como una experiencia de solo audio para disfrutar en solitario, ahora tiene más en común con un programa de entrevistas tradicional.
Esta invisibilidad de las artistas es una situación que a lo largo de los siglos se normalizó a través de la divulgación e imposición de una historia del arte creada desde un perspectiva androcéntrica.