Las metáforas que utilizamos impulsan los sistemas que diseñamos. Si consideramos una organización como una máquina, optimizaremos su velocidad, control y resultados predecibles. Si la consideramos un sistema vivo —dinámico, interdependiente y regenerativo—, surgirá una lógica de diseño diferente.
Las metáforas que utilizamos impulsan los sistemas que diseñamos. Si consideramos una organización como una máquina, optimizaremos su velocidad, control y resultados predecibles. Si la consideramos un sistema vivo —dinámico, interdependiente y regenerativo—, surgirá una lógica de diseño diferente.