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La regla de oro de la IA: una buena entrada de datos equivale a mejores resultados

Para abordar las necesidades y deseos de los consumidores, los datos deben ser de alta calidad y recopilarse en tiempo real.

La regla de oro de la IA: una buena entrada de datos equivale a mejores resultados Pixabay

A medida que el comportamiento del consumidor continúa evolucionando bajo la influencia constante de algunas de las marcas más grandes y centradas en el cliente del planeta, las empresas deben mantenerse ágiles, adaptables y en sintonía con las necesidades y expectativas en constante cambio de sus clientes. Los clientes quieren lo que quieren, cuando lo quieren. Aquí es donde los datos en tiempo real se vuelven indispensables.

Para que tu empresa siga siendo competitiva, los datos son tu activo más importante. La calidad y la disponibilidad de los datos permiten responder rápidamente a los clientes y adaptarse a los desafíos del mercado.

Piensa en cómo interactuamos con nuestros clientes y les brindamos servicios como una ecuación: los datos en tiempo real son la entrada y la capacidad de responder a las necesidades de un cliente en tiempo real es el resultado. En esencia, los datos en tiempo real capturan y actúan sobre la información a medida que sucede, como en una conversación física, sin los retrasos y las latencias que tradicionalmente han afectado a los procesos de procesamiento de datos. En el contexto de la experiencia del cliente (CX), los datos en tiempo real permiten a las empresas comprender y responder al comportamiento del consumidor en el momento, lo que permite un nivel de personalización y relevancia que deslumbra.

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La regla de oro de la IA

Los consumidores tienen muchas opciones: dónde comer, dónde alojarse durante un viaje, cómo llegar a su destino, etc. Los consumidores seguirán eligiendo la única opción que se les ofrece o la mejor opción cuando haya varias disponibles. Los datos son la forma en que las empresas obtienen una ventaja al comprender los deseos de sus clientes y brindarles mejores experiencias. Y, como ya sabemos, gana el más rápido.

A medida que nos embarcamos en esta nueva frontera de negocios basados ​​en datos, hay mucho ruido en torno a la posibilidad de aplicar inteligencia artificial al problema. Es imperativo entender que la IA es tan buena como los datos que se le suministran. Esto es lo que muchos expertos llaman la regla de oro de la IA.

Los modelos de IA, especialmente los basados ​​en técnicas de aprendizaje automático y aprendizaje profundo, prosperan con grandes cantidades de datos diversos y actualizados. Los datos en tiempo real consentidos y enriquecidos proporcionan un flujo continuo de la información correcta, lo que permite que estos modelos aprendan, se adapten y refinen continuamente sus predicciones y recomendaciones a medida que cambia el comportamiento del consumidor.

Muchas empresas con visión de futuro se están centrando en ampliar la parte inferior del embudo. Mientras que algunas empresas se concentran en impulsar más hacia la parte superior del embudo, otras creen en construir un motor más eficiente. Al aprovechar los datos en tiempo real y la IA, apuntan a aumentar significativamente las tasas de conversión, haciendo que todo el proceso sea más efectivo.

Por ejemplo, considera el éxito de los gigantes del comercio electrónico. Rara vez pierden clientes, excepto en casos de impaciencia. Esta anécdota dice mucho sobre la necesidad de datos en tiempo real y experiencias impulsadas por IA. Cuando los clientes quieren algo, lo esperan de inmediato. Las empresas que pueden brindar las mejores experiencias a sus clientes, impulsadas por datos en tiempo real e IA, son las que ganan.

Construye una base sólida

A pesar del reciente revuelo en torno a la IA, es fundamental recordar que no existe un “botón de IA fácil”. El camino hacia una implementación exitosa de la IA requiere una base de datos sólida. Muchas empresas cometen el error de contratar a numerosos científicos de datos y darles un pajar enorme de datos para que los examinen. Este enfoque no sólo es costoso sino que a menudo es ineficaz. En cambio, debemos tener un propósito en la forma en que abordamos los datos.

Aquí es donde entra en juego el concepto de “momentos que importan”. En el mundo actual, con períodos de atención más cortos y abundantes opciones, los clientes se irán rápidamente si no obtienen la experiencia que desean. Los datos en tiempo real, cuando se aprovechan adecuadamente mediante IA, permiten a las empresas identificar y aprovechar estos momentos cruciales, ofreciendo experiencias personalizadas y relevantes que mantienen a los clientes interesados.

Además, los datos en tiempo real desempeñan un papel vital en varias aplicaciones de IA más allá de las interacciones con el cliente. Impulsan el análisis predictivo, permiten realizar pronósticos más precisos, potencian los asistentes virtuales y los chatbots, e impulsan procesos de toma de decisiones en tiempo real, como la fijación dinámica de precios y la optimización de la cadena de suministro.

Sin embargo, es importante lograr un equilibrio. Si bien los datos en tiempo real son poderosos, no son una panacea. Las organizaciones deben considerar las implicaciones de costos de duplicar datos en múltiples sistemas y desarrollar una estrategia de datos bien diseñada que incorpore capacidades de procesamiento en tiempo real y por lotes.

Al mirar hacia el futuro, la próxima mejor experiencia impulsada por IA es el santo grial. Pero para lograrlo, las empresas deben centrarse en la calidad de su base de datos. El hecho de que pocas tengan éxito en esta área dice mucho sobre los desafíos que implica y el pensamiento innovador que se requiere.

En la era de la IA y la rápida evolución del comportamiento del consumidor, los datos en tiempo real se han convertido en el corazón que impulsa las experiencias de cliente personalizadas, adaptables y receptivas. Al adoptar los datos en tiempo real como un activo estratégico e integrarlos en sus iniciativas de IA, las empresas pueden mantenerse a la vanguardia.

Por Mike Anderson | Fast Company

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