
En Bridge Farm Group, en el condado de Lincolnshire, Inglaterra, filas y filas de rosas, petunias y caléndulas llenan el invernadero de 24.28 hectáreas de la empresa. Alrededor de 90 millones de estas plantas llegarán a minoristas en todo Reino Unido, pero no todas serán vendidas. Ahora, los investigadores buscan cómo convertir las flores que de otro modo se desperdiciarían en fragancias para productos, a través de una colaboración entre el productor, Unilever y la Universidad de Nottingham.
Ya sea por fluctuaciones en la demanda o problemas de calidad, miles de plantas ornamentales (incluidas flores y plantas en maceta) no se venden cada año. Esa cantidad de desperdicio puede superar las 990 millones de toneladas anuales, según Unilever, basándose en datos de Bridge Farm y del Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales de Reino Unido. Si bien algunas de esas flores pueden ser donadas o compostadas, los expertos de Unilever querían explorar formas de reciclar los capullos.

Unilever fabrica tanto productos para el hogar como de cuidado personal, desde el detergente Surf hasta el jabón Dove. En general, las fragancias sintéticas para este tipo de productos provienen principalmente de petroquímicos. Este proyecto, en contraste, utilizaría ingredientes naturales extraídos de flores desechadas para crear la fragancia de un producto. “Las plantas que no cumplen con el estándar aún contienen materiales valiosos con beneficios funcionales”, dijo Neil Parry, jefe de biotecnología en Unilever, en un comunicado.

Para lograr esto, los científicos combinan dos métodos para la extracción de fragancias: la de Soxhlet y por ultrasonido. En el método Soxhlet, las flores se calientan en un extractor que extrae aceites esenciales de los pétalos. Este es un método tradicional para extraer aceites esenciales, pero tiende a ser lento, tardando de 24 a 48 horas. Para acelerar el proceso, también usarán ultrasonido en los laboratorios de Nottingham, donde las ondas sonoras rompen las paredes celulares. Con este elemento añadido, el proceso de extracción tarda solo 20 minutos y resulta más eficiente energéticamente (Unilever mencionó que era demasiado pronto para determinar en qué productos específicos podrían terminar estas fragancias, pero planea probar los aceites en las formulaciones de algunas de sus marcas de cuidado personal y del hogar).
El proyecto está en sus primeras etapas y comienza con aceites extraídos de petunias, rosas y caléndulas. “Si vemos resultados alentadores”, dice Parry por correo electrónico, entonces Unilever llevará a cabo un análisis de ciclo de vida y económico “para entender la logística y las limitaciones de implementar materiales de desecho de plantas y flores en las fragancias de nuestros productos a escala”. Si funciona, el uso de aceites esenciales de flores podría ayudar a descarbonizar los productos de uso diario.