Claudia Sheinbaum rindió protesta este martes como la primera presidenta de México tras un abrumador triunfo electoral, con el gran desafío de enfrentar la violencia del crimen organizado.
La izquierdista ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, de 62 años, asumió el poder en presencia de numerosos dignatarios extranjeros, como el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, y la primera dama de Estados Unidos, Jill Biden.
Una vez colocada la banda presidencial, Sheinbaum dio su primer discurso como presidenta de México. Este comenzó con un saludos a los mandatarios y representantes de gobiernos internacionales invitados.
LA HISTORIA NOS JUZGARÁ
Sheinbaum habló de su antecesor Andrés Manuel López Obrador. “Hoy, lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos, la historia y el pueblo lo ha juzgado; Andrés Manuel López Obrador, uno de los grandes”, dijo. “El presidente más querido, solo comparable con Lázaro Cárdenas, el que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo”, continuó.
“Hoy 1 de octubre de 2024, inicia el segundo piso de la cuarta transformación de la vida pública de México, y también hoy después de 200 años de la República y 300 años de la colonia (…) por primera vez llegamos las mujeres a conducir los destinos de nuestra hermosa nación”, dijo.
“México es un país maravilloso, por su pueblo generoso, solidario, alegre, libertario, resistente, rebelde, sabio y hoy, empoderado. Y hoy, México, gracias a todas y todos, somos la 12ª economía del mundo y el sexto destino turístico. México es grandioso”, dijo.
Durante su discurso, Sheinbaum habló del “humanismo mexicano” como propuesta politico-social para contravenir uno de los temas más socorridos por el anterior mandatario: el neoliberalismo.
“¿Cómo es que 9.5 millones de mexicano y mexicanas, de acuerdo con el Banco Mundial, salieron de la pobreza en tan solo seis años?”, dijo y explicó que fue por el cambio de modelo social iniciado por López Obrador. La mandataria dijo que el crecimiento económico de México se debe a que cambió el modelo de desarrollo del país, “del fracasado modelo neoliberal y el régimen de corrupción y privilegios a uno que surgió de la fecunda historia de México y del amor al pueblo y de la honestidad”, dijo.
También habló acerca de la reforma al poder Judicial. “Piénselo por un momento. Si el objetivo hubiera sido que la presidenta controlara la Suprema Corte, hubiéramos hecho una reforma al estilo Zedillo”, dijo. Y agregó que eso sería autoritarismo, cuando su movimiento se autodefine como demócrata.
Sheinbaum mencionó varias de sus promesas de campaña, como las becas a niños cursando primaria y secundaria; la construcción de un millón de viviendas para jóvenes; la ampliación del Tren Maya y la conclusión del Tren Interoceánico a Guatemala; empleos en el sector turístico; la construcción de puertos y aeropuertos.
En temas de energía, Sheinbaum dijo que “se mantendrá la proporción actual entre la generación pública y privada de la electricidad, de 54% y 46%, respectivamente”. Explicó que en unos días presentará el Programa Nacional de Energía, “que incluye nuevas inversiones en transmisión, generación y un programa ambicioso de transición energética hacia fuentes renovables de energía que contribuyan a disminuir los gases de efecto invernadero que provocan el cambio climático”, expresó.
Agregó, sin embargo, que “el objetivo fundamental de la producción de petróleo con Pemex seguirá siendo el consumo nacional, y este se limitará a una producción de 1.8 millones de barriles diarios”, dijo.
Aclaró que no se permitirá la siembra de maíz transgénico, y anunció que Diconsa se transformará en Alimentación para el Bienestar, “con el objetivo de promover precios y comercio justo para diversos productos agropecuarios”, dijo. Posteriormente, explicó que comenzará un “ambicioso proyecto de economía circular”, con el cual se aprovecharán los residuos, el tratamiento de agua, y los productos reciclados para reducir la contaminación y generar empleos. Y prometió garantizar el agua como un recurso de la nación.
Entre otras cosas, prometió que durante su mandato, hará de México una potencia en Ciencia e Innovación. Esto lo hizo claro cuando, durante el anuncio de su gabinete, elevó al Conahcyt de Consejo dependiente se la Secretaría de Educación pública a Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación.
En temas de seguridad, y para cerrar su discurso, dijo que su gobierno garantizará la disminución de los delitos de alto impacto. “No regresará la irresponsable guerra contra el nrco de Calderón”, dijo.
HEREDERA DE LÓPEZ OBRADOR
López Obrador Cede a Sheinbaum el liderazgo de una nación donde los asesinatos y secuestros son cotidianos y los sanguinarios cárteles de la droga controlan vastas porciones del territorio.
La creciente violencia criminal, vinculada al narcotráfico y a bandas dedicadas a la extorsión, entre otros delitos, deja un saldo de más de 450,000 asesinatos en el país desde finales de 2006.
Aunque Sheinbaum ha dicho que mantendrá la polémica estrategia de su predecesor de “abrazos, no balazos”, basada en emplear políticas sociales para abatir las causas de la criminalidad, algunos expertos esperan cambios en su enfoque.
“Será una versión modificada del ‘abrazos no balazos’ que dependerá más de la inteligencia, y que será por lo tanto más eficaz en lograr resultados”, estimó la profesora Pamela Starr, especialista en México de la Universidad del Sur de California.
Tal estrategia, aplicada por Sheinbaum cuando gobernó Ciudad de México, “fue muy exitosa en reducir el crimen”, agregó.
La nueva presidenta también deberá afrontar las consecuencias de una polémica y reciente reforma judicial, que convertirá a México en el único país del mundo en elegir a todos sus jueces por voto popular.
López Obrador alega que este cambio era necesario para limpiar un poder judicial “podrido” que sirve a los intereses de la élite política y económica.
La reforma constitucional, cuyos críticos argumentan que hará más fácil que los políticos y el crimen organizado influyan en los tribunales, molestó a los inversores extranjeros, así como a sus principales socios comerciales, Estados Unidos y Canadá.
Aun así, expertos creen que Sheinbaum mantendrá buenas relaciones con quien gane las elecciones estadounidenses de noviembre próximo, especialmente si es la demócrata Kamala Harris, quien también sería la primera mujer presidenta de su país.
Aunque todavía habrá “cierta tensión y fricción”, especialmente en torno a la migración, la realidad es que ambos países reconocen la importancia de la relación bilateral, dijo Bozmoski.
¿QUÉ SE ESPERA DE CLAUDIA SHEINBAUM COMO PRESIDENTA DE MÉXICO?
Desde temprano, cientos de personas ya esperan la celebración popular prevista por la tarde en el Zócalo, la principal plaza de Ciudad de México, en esta jornada declarada feriado.
Marta Rosa Ramírez Masías, una ama de casa que llegó a la investidura a las cinco de la mañana tras un largo viaje en autocar desde León, en el norte del país, dijo a la AFP que se congratula de tener una presidenta que “comprende más a la ciudadanía”.
“Es tiempo de mujeres y de transformación”, ha dicho Sheinbaum en numerosas ocasiones, en un país con un pesado historial de discriminación y violencia de género, donde unas 10 mujeres son asesinadas diariamente.
Pero tener a una mujer como presidenta no es garantía de un mayor enfoque en los derechos de las mujeres, dice María Fernanda Bozmoski, subdirectora del centro Adrienne Arsht para América Latina, parte del think tank estadounidense The Atlantic Council.
“Cuando pensamos en otras mujeres líderes en la región, eso no necesariamente se traduce en que los asuntos de las mujeres sean una prioridad”, declaró a la AFP.
La experta advierte que Sheinbaum enfrenta otros desafíos acuciantes como la seguridad, la energía y la política exterior.
Un personaje de alto perfil que brilla por su ausencia en la ceremonia es el rey Felipe VI de España, a quien Sheinbaum rechazó invitar acusándolo de no reconocer el daño causado a los pueblos originarios por la colonización, entre los siglos XVI y XIX.
España respondió anunciando que no participaría de la toma de mando, a pesar de sus fuertes lazos económicos e históricos con México.