Cada año, marcas independientes, boutique, medianas y gigantes como Rolex se dan cita en la CDMX, en el Salón Internacional de Alta Relojería (SIAR). Esta reúne a diversas marcas de la industria en, y donde conversamos con CEOs y directores de algunas relojeras y nos enteramos sobre las últimas tendencias en horología.
CITA EN EL SIAR
“En volumen de ventas, México está entre los cinco países que más nos compran (Japón, Estados Unidos, México, España e Italia)”, dice Massimo Rossi, CEO de Cuervo y Sobrinos. Esta relojera, fundada en La Habana hacia fines del siglo XIX, desembarcó en México hace casi tres años, coincidiendo con su presentación en el SIAR por tercera vez consecutiva. “En este país hemos visto un rápido crecimiento y posicionamiento de la marca”, afirma Rossi.
Su marca fabrica unos 3,500 relojes al año con un precio de entrada de 2,500 dólares. Claro que el famoso “Swiss Made” tiene mucho que ver con el posicionamiento de la marca: los guardatiempos no se fabrican en Cuba, sino en Suiza, cerca de Lugano.
Entre su público, hay coleccionistas y clientes “que buscan la calidad” y el espíritu latino, así como ediciones especiales como la que acaba de lanzar en conjunto con la joyería mexicana Berger Joyeros: una serie limitada de 41 relojes. ¿El precio? “El precio se olvida, pero la calidad debe permanecer, eso es el lujo: no es un producto efímero, todo lo contrario”, finaliza Rossi.
México también figura en el “top 10 de ventas de relojes en todo el mundo”, afirma por su parte Dimitri Aubert, Director de Ventas, de Arnold & Son y Angelus, dos marcas suizas de nicho hoy pertenecientes al grupo japonés Citizen. “México es un mercado clave en las Americas, junto con Estados Unidos. Tenemos fuerte presencia en el sudeste asiático, Europa y Oriente Medio”, dice el ejecutivo.
El precio de un reloj de Arnold & Son arranca en los 16,000 dólares. Las piezas a pedido, bespoke, tienen otros precios, claro. Se trata de tener un modelo que nadie más va a tener. “Muchos escapan a las grandes marcas porque buscan algo único, más artístico, nosotros ofrecemos servicio de diseño a la medida de relojes, hacemos ediciones limitadas para socios que celebran alguna circunstancia en particular”, finaliza.
MEXICANOS EXPERTOS EN RELOJERÍA
Para Marcel Gut, Director Comercial de la manufactura suiza Maurice Lacroix, “México es un mercado muy desarrollado y educado en alta relojería. Y también muy inclinado a los relojes trendy y fashion. Aquí gustan los relojes coloridos en la carátula, no son muy fans de los clásicos, son gustos parecidos a los de Italia, donde atraen los relojes divertidos”.
En términos de tendencias, Gut dice que “van y vienen”, pero que ahora vuelven los relojes con esferas chicas, incluso para hombres. Y presume el Mercury, una edición especial de solo dos piezas hecha para México, con las manecillas flotantes.
Además, muestra una pieza única solo para nuestro país, con una reinterpretación de la bandera mexicana en el dial, el Aikon Master Grand Date. Este se vende aquí por 295,950 pesos. ¿Su definición del lujo? “Tener la libertad de hacer lo que disfrutas, poder decidir lo que vas a hacer en la vida, seguir una pasión. Eso es el lujo”.
TENDENCIA GENDERLESS
“¿Qué es un reloj de dama y uno de hombre? Nosotros nunca hicimos esa distinción, dice Nicholas Hofmann, director internacional de Ventas de H.Moser & Cie, relojera ubicada en Suiza y que este año cumple con su peregrinación anual al SIAR. “Hay hombres que usan relojes chicos de 37 y 38 mm, y mujeres que buscan relojes de 42 mm de diámetro”, explica el ejecutivo.
“Quien compra nuestros relojes es una persona segura de sí misma, que no sigue las tendencias, que sabe lo que quiere, y que busca algo diferente. Tenemos coleccionistas, clientes que aman el trabajo mecánico de nuestros relojes, otros que quieren darse un gusto. Tener su primer reloj de lujo, un reloj diferente, algo que no tengan las marcas mainstream. Empiezan su colección con piezas de 3 mil, 4 mil, 5 mil dólares, y están seguros de que si van a una reunión, no habrá otra persona con el mismo reloj”.
INNOVACIÓN
“Cuando hacemos eventos para clientes, nadie se conoce, pero el final de la velada todos son amigos, comparten la misma sensibilidad por la pieza. Lo que no ocurre con las grandes marcas: compras porque quieres impresionar a tus amigos, a tu jefe, porque quieres hacer una inversión… Las razones son varias.”
Por último, el ejecutivo menciona la innovación por la que sus maestros relojeros se han hecho conocidos. “Nos gusta destacarnos, una de nuestras piezas lleva Vantablack, que no es un color negro profundo, sino nanotubos de carbono, una tecnología utilizada para telescopios espaciales y satélites”.