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¿Cuál es la solución a la contaminación por plásticos?

La prohibición de los plásticos de un solo uso ha impulsado el financiamiento a innovaciones como este bioplástico.

¿Cuál es la solución a la contaminación por plásticos? Algunas empresas ya utilizan bolsas de bioplástico fabricadas por Bioelements. [Marissa Espinosa]

Hace cuatro años, los plásticos de un solo uso fueron prohibidos en Ciudad de México, Jalisco y León. Esto se sintió particularmente en las bolsas de plástico, que de la noche a la mañana desaparecieron de las tiendas y dieron lugar a otras acciones más “ecológicas” como la clásica bolsa verde reutilizable, las de papel o incluso contenedores de materiales como el vidrio.

El problema es de dónde proviene ese papel —árboles— o con qué materiales están fabricadas las reutilizables —poliéster, nailon o polipropileno—; a estas últimas se les suma que una bolsa de mala calidad se rompe, y que para compensar su huella ambiental deben usarse un determinado número de veces que, en la mayoría de los casos, es desconocido.

El hecho es que el plástico llegó para quedarse y, tal vez, es el menor de los males. Esto mismo ha impulsado la investigación en torno a crear una suerte de sustituto: el bioplástico. ¿Pero que lo hace una opción? O ¿cómo hacerlo una opción?

La diferencia crucial entre el bioplástico y el convencional se puede resumir a que el primero se puede degradar en un periodo corto gracias a agentes como el hongo, las bacterias y los insectos que se alimentan de él. A diferencia del plástico regular, que solo se va descomponiendo en pedazos más pequeños (microplásticos), esta alternativa se transforma en micronutrientes.

Las bolsas se degradan en agua y aportan nutrientes a las plantas según las investigaciones. [Marissa Espinosa]

Hacer rentable el bioplástico

Si viste la imagen de portada de este artículo, intuyes que el bioplástico ya es una realidad en algunas compañías como Mercado Libre, La Casa de Toño, Coppel. Bioelements es la encargada de suministrarlo. Fundada en 2018, la compañía de packaging sostenible tiene un proceso novedoso —otros podrían pensar que es lo lógico— de trabajar.

Desarrollan sus productos biodegradables bajo estándares internacionales (que en su mayoría engloban el sistema no unificado de México para este tipo de productos) en Chile. Luego los analizan con distintos académicos y científicos de México —como la doctora Neftalí Rojas de la UNAM— y Estados Unidos, para verificar que efectivamente no contaminan el ambiente.

Esta relación no solo beneficia a Bioelements; contribuye al financiamiento de más investigación científica en un tiempo en el que escasea. “Es algo que falta en todos los países, que se una la investigación con los empresarios”, dice la doctora Rojas.

Hoy, sus productos se degradan con los hongos como Penicilium, larvas —científicamente comprobado— en un plazo de 6 a 9 meses. Asimismo, el material ha demostrado descomponerse en agua, una posibilidad que no habían analizado los científicos o la empresa, pero que resulta muy pertinente. Solo en 2018, los plásticos representaron entre 60 y 80% de los residuos marinos en México.

“Lo que nos valida el ensayo, es que si nuestro material llega a estar en una condición imperfecta, es decir, donde haya proliferación de microorganismos, estos se van a sentir atraídos a nuestro material, van alimentarse de él y lo van a biodegradar”, dice la chilena Ybellise Azócar, Head of Science de Bioelements. En pocas palabras las bolsas desaparecen en menos de un año en un relleno sanitario común.

Para Ignacio Parada, CEO de Bioelements, aún falta algo para que los productos biodegradables realmente puedan incorporarse a la vida. Se trata del gobierno. “Para que esta transición sea efectiva, es fundamental que el sector privado continúe innovando y trabajando de la mano con los gobiernos”, dice.

Por lo pronto, puedes reutilizar tu bolsa de Casa de Toño en alguno de tus botes de basura. O cortarla para compostarla. Puedes tener por seguro que no contamina como las reutilizables y que no se talan árboles en su fabricación.

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  • Marissa Espinosa

    es editora de Fast Company México. Ha trabajado en National Geographic Traveler, TV Azteca y Business Insider México. También ha colaborado en títulos como Fortune en Español.

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Sobre el autor

es editora de Fast Company México. Ha trabajado en National Geographic Traveler, TV Azteca y Business Insider México. También ha colaborado en títulos como Fortune en Español.

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