El uso de internet y las redes sociales ha transformado la forma en que nos comunicamos, pero también hay temas que se volvieron más peligrosos, como el ciberacoso y el discurso de odio.
Con el objetivo de crear un entorno digital más seguro, ESET, compañía especializada en detección de amenazas, lanzó su iniciativa Digipadres. Esta plataforma busca educar y empoderar a padres, educadores y jóvenes para enfrentar estos problemas de manera efectiva.
Cuando los niños están en la mira
Según Camilo Gutiérrez Anaya, jefe de laboratorio de investigación en ESET Latinoamérica, internet constituye un vasto espacio para la comunicación y libre expresión y los niños lo utilizan para ampliar sus conocimientos, pero algunos sitios, que difunden mensajes de odio, propaganda u otros contenidos explícitos tienen un impacto negativo en ellos.
Gutiérrez explicó que es más probable que las personas participen en la difusión de odio cuando están detrás de una pantalla. “Cuando las personas están online, su comportamiento difiere del mundo físico. Tienden a actuar impulsivamente y están sujetas al efecto de desinhibición. Están menos atentas a las normas sociales, lo que permite que la agresividad fluya con más facilidad”, dice.
Jarmila Tomkova, psicóloga infantil, afirmó que el ciberodio puede causar daño al individuo y a la sociedad en su conjunto al fomentar una cultura de odio e intolerancia entre las personas.
“Las conductas clasificadas como ciberodio pueden acarrear graves consecuencias, desde multas económicas hasta penas de prisión”, dio la psicóloga infantil Jarmila Tomkova.
Estrategias para responder al odio
Terminar la conversación con un “bully” es importante; es sencillo que los usuarios que leen sus comentarios puedan sentirse intimidados y se sumen al bando del agresor. Los niños deben aprender a intervenir, calmar la conversación y detenerla, así como apoyar a la víctima.
Si el hecho ocurre en la escuela, es necesario que lo primero que se haga sea informar a las autoridades. El profesorado o el director se pondrán en contacto con los padres y la policía.
Según la psicóloga, los buzones anónimos son un buen método para que los niños denuncien estas situaciones a las autoridades sin sentirse amenazados.
Otra estrategia para detener el ciberacoso es enseñar a los niños a no dar me gusta o sumar emojis en la conversación, ya que contribuyen a que el discurso de odio se expanda. En su lugar, es mejor cerrar la conversación con un hecho objetivo y comentarlo, sin ignorar la situación.
Tomar capturas de pantalla y denunciarlo con los administradores de la plataforma es una forma de detener cualquier tipo de abuso, es necesario animar a los más pequeños a que denuncien estas conversaciones. Cuantas más denuncias reciba, los administradores se darán cuenta del problema y actuarán para abordarla.