Apocalipsis Z: El principio del fin, la película que se estrena este 31 de octubre en Prime Video, comenzó como un proyecto de novela de Manuel Loureiro, que publicaba periódicamente en su blog, allá por el 2006 (¡ya son 17 años de esto!).
Las editoriales comenzaron a darse cuenta de su popularidad y publicaron el libro en 2007. Tiempo después Loureiro crearía una saga, que agregaba dos títulos más: Apocalipsis Z: Los Días Oscuros y Apocalipsis Z: La Ira de los Justos.
Aunque como adaptación la película tienen tintes diferentes al libro, esta se posiciona en el mundo de los filmes de terror como una obra que desafía y redefine los clichés del género de zombies.
Carles Torrens dirige este largometraje, pero a diferencia de las narrativas convencionales que suelen centrarse únicamente en la supervivencia y la lucha contra los no-muertos, esta película ofrece una exploración más profunda del proceso emocional de supervivencia de los personajes, la fragilidad de la tecnología en eventos catastróficos y cómo el rol de la mujer en las películas de este género se está transformando.
“Todos estaban muy implicados en que no resultara como un producto caricaturesco de cómic, del género de zombies, sino que fuera un producto muy humano”, nos contó Berta Vázquez, actriz principal que actúa como Lucía en la historia. “Empieza con una historia muy personal con la que mucha gente se puede identificar. Habla de Manel y su vida en pareja, luego tiene una pérdida; empieza con un drama muy humano y a medida que transcurre la historia se pasa a la parte de ficción de los zombies”, agregó.
“Eso es lo que que la hace distinta, que tiene un elemento humano constante y se hace más cercana al público”, dijo.
El verdadero terror: que la tecnología nos decepcione
En la película, la trama se adentra en la intersección entre la tecnología moderna y la lucha por la supervivencia en un mundo en caos. A través del personaje de Manel (Francisco Ortiz), un abogado que está viviendo el duelo por la muerte de su esposa, la película explora cómo las herramientas contemporáneas, como los smartphones y las redes sociales son esenciales para la comunicación y el registro de experiencias en este tipo de circunstancias.
Manel utiliza su celular para documentar su vida diaria e intentar comunicarse con su hermana, haciendo de su hogar un fuerte que lo protege de los zombies. A través de videos, aunque a veces sin conexión a internet, comparte sus pensamientos y emociones, convirtiéndose en un puente con el mundo exterior.
Sin embargo, la película también plantea la posibilidad de que, frente a estas circunstancias desconocidas, la tecnología podría llegar a decepcionarnos. Incluso la tecnología más avanzada puede fallar en situaciones catastróficas. Manel se enfrenta a la desesperación cuando su dispositivo pierde la conexión a internet, o pierde la energía eléctrica en su casa y este se descarga, lo que simboliza cómo se puede despojar a la humanidad de sus medios más confiables.
El uso del ingenio y la creatividad humana: ni la IA lo puede replicar
Otro de los temas más importantes de la película refleja que el ingenio y la creatividad humana serán factores de supervivencia en situaciones catastróficas. Manel y diversos personajes secundarios en la película, como Gabriela, Lucía y Pritchenko, sobreviven a través de su creatividad para resguardarse. Manel utiliza su traje de buzo para protegerse de los zombies, arregla la moto que encuentra en una casa privilegiada para viajar de un estado a otro y construye protección para su casa. En cambio, Lucía, la enfermera, sobrevive en lo alto de un hospital.
Esto demuestra que nuestras habilidades y la conexión genuina entre las personas son un puente, que en un futuro, podría salvarnos y ofrece una reflexión sobre la resiliencia humana frente a la adversidad.
La mujer ya no tiene un rol de víctima, tampoco es un personaje olvidado
Otro de los elementos significativos de esta película es el protagonismo de las mujeres. Lucía y Belén, ambas doctoras, además de Gabriela, una anciana que se alía con Manel para sobrevivir, se presentan como personajes fuertes, complejos y multifacéticos, que desempeñan un papel crucial en la narrativa.
“Por supuesto que el personaje principal es Manel, pero en este engranaje que hacen los personajes, la cabeza pensante y la estratega también es Lucía”, afirmó Vasquez. “Es médico, está preparada, responde muy bien ante la tragedia y no se viene abajo; es bastante despierta”, dijo Vázquez sobre Lucía.
A diferencia de muchas películas de este género, resaltó Vázquez, donde las mujeres a menudo son retratadas como “damiselas en apuros”, o marginadas a ocupar lugares donde no tienen voz, “la película muestra a las protagonistas como agentes activos de cambio y supervivencia”. Ellas luchan por proteger la vida de los vulnerables y toman decisiones estratégicas que afectan el desarrollo de la trama.
Esto añade una capa de profundidad a la historia. Al otorgarles roles prominentes y complejos, la película se convierte en un reflejo de los cambios culturales actuales, destacando la fuerza femenina como un elemento importante en la película.