En noviembre de 2013, uno de los ciclones tropicales más fuertes de la historia tocó tierra en Filipinas. Este suceso es una muestra de que el cambio climático tienen conexión con el aumento del autoritarismo.
A ese tifón se le conoció localmente como el súper tifón Yolanda, la tormenta azotó el país insular con ráfagas de 378 kilómetros por hora y una oleadas de hasta 5.2 metros. Levantó rocas del tamaño de limusinas como si fueran botellas de plástico. Las depositó a cientos de metros de distancia; y mató oficialmente a 6,300 personas, aunque la cifra real de fallecidos probablemente fue mucho mayor.
De la crisis al control
Rodrigo Duterte, entonces alcalde de Davao City estuvo en el trending de las noticias. Viajó 643 kilómetros hasta una de las zonas más devastadas del país; acompañado de un convoy de trabajadores médicos y de ayuda, y unos 150,000 dólares en efectivo.
Anunció que había ordenado a las fuerzas de seguridad disparar a cualquier saqueador que intentara interceptar el convoy (Luego aclaró: “Les dije que dispararan a los pies… De todos modos, luego pueden usar prótesis”).
Como candidato presidencial en 2016, Duterte criticó a su oponente, el ex secretario del interior, por supuestamente malgastar fondos de recuperación de Yolanda. Luego ganó con amplia mayoría.
Durante los siguientes seis años, Duterte demostró que su estilo de “rebelde malhablado” no era solo una pose inofensiva. Presidió una brutal guerra contra las drogas en la que policías y vigilantes —alentados por el presidente— mataron a unas 30,000 personas; impuso la ley marcial en una isla de 22 millones de habitantes durante dos años y medio; y firmó una ley que otorgaba a las fuerzas del orden amplias facultades para arrestar y detener a sospechosos sin órdenes judiciales.
Según un economista que estudia cómo afectan las tormentas a la democracia, el tifón Yolanda “ofreció al aspirante presidencial Rodrigo Duterte una oportunidad para explotar la impotencia de las personas y asegurarse su apoyo.”
Los cambios climáticos vulneran a las personas y alimentan el poder
La última década vio el ascenso de una sombría serie de candidatos similares a Duterte en todo el mundo: políticos que han borrado los límites de lo aceptable en el discurso político, culpado a minorías religiosas y étnicas; desestimado el periodismo como noticias falsas; intentado encarcelar a sus rivales y socavado los frenos y contrapesos democráticos.
En India, el primer ministro Narendra Modi ha insultado a los musulmanes y cumplido su promesa de campaña de construir un templo hindú en el sitio de una mezquita arrasada por turbas hindúes.
El expresidente Jair Bolsonaro, de Brasil, promovió una ley que despojaría a las tribus indígenas del control de sus tierras e intentó, sin éxito, un golpe para permanecer en el poder después de perder la reelección.
En Estados Unidos, el expresidente Donald Trump, quien actualmente se postula para la reelección, separó a niños inmigrantes de sus padres e incitó a una multitud de simpatizantes a atacar el Capitolio de Estados Unidos.
Ninguno de estos candidatos ascendió al poder después de un desastre natural tan singular como el tifón Yolanda. Sin embargo, avanzaron en una época en que el cambio climático se ha vuelto cada vez más visible y dañino, ya que tormentas, sequías e incendios cada vez más graves afectan a más personas. Esto podría no ser una coincidencia.
Las personas buscan “salvadores” en momentos de crisis
Aunque es difícil demostrar que el cambio climático contribuyó al ascenso de estos líderes autoritarios, politólogos, economistas y psicólogos han encontrado evidencia de que los peligros del calentamiento global pueden inclinar a las personas y a las naciones hacia el autoritarismo.
Ante la amenaza del cambio climático, “la mayoría de las personas no pueden construir búnkeres en, ya sabes, Hawái o donde sea”, dijo James McCarthy, profesor de economía, tecnología y medio ambiente en la Universidad Clark de Massachusetts.
“Pero pueden votar por personas que prometan priorizar sus intereses nacionales y económicos por encima de todo lo demás y que prometan asegurar un futuro que se parezca mucho al pasado”, agregó.
Poder sin restricciones en República Dominicana
Los investigadores han notado durante mucho tiempo que desastres naturales como inundaciones, sequías e incendios forestales pueden ayudar a los políticos autocráticos a consolidar su poder (hay una superposición significativa entre las autocracias —sistemas en los que un solo líder tiene poder absoluto—y los regímenes autoritarios, que se caracterizan por el poder central sin restricciones y derechos humanos y políticos limitados).
En la década de 1930, por ejemplo, un huracán que golpeó a República Dominicana con menos de un mes de la presidencia de Rafael Trujillo le dio al mandatario la oportunidad de declarar la ley marcial, eliminar a la oposición política y erigir monumentos en su propio honor.
Los politólogos teorizan que, frente a la vulnerabilidad física, económica y social, los votantes buscan seguridad en forma de líderes que prometen tomar medidas decisivas para brindar alivio.
Un estudio de elecciones en India encontró que los votantes castigan a los incumbentes cuando hay inundaciones, a menos que los incumbentes respondan enérgicamente al desastre.
El estudio sobre el cambio climático que lo cambió todo
Hasta hace poco, los investigadores que analizaban los vínculos entre desastres climáticos y autoritarismo solo contaban con estudios de casos, como Duterte y Trujillo. Siempre existe una maraña compleja de condiciones que conducen al avance de un líder en particular (por ejemplo, Filipinas tenía una larga historia de dictadura antes de la llegada de Duterte), lo que significa que los estudios de casos solo pueden mostrar una correlación entre desastres y el debilitamiento de la democracia.
Pero en 2022, economistas del Reino Unido y Australia diseñaron un estudio ingenioso para demostrar que tormentas como los huracanes realmente causan una inclinación hacia el autoritarismo.
Los economistas detrás del estudio optaron por observar a países insulares, ya que presentaban una oportunidad para un “experimento natural.” Aunque el cambio climático está haciendo que los ciclones tropicales sean más intensos en promedio, la gravedad de una tormenta individual es aleatoria, al igual que su momento. Las tormentas también tienden a afectar a toda una nación insular en lugar de solo una región. Estas observaciones significan que cualquier variación en las condiciones democráticas después de una tormenta puede atribuirse razonablemente a la tormenta.
Los países insulares que generalmente no sufren grandes tormentas destructivas, como Islandia y Singapur, sirvieron como grupo de control en el estudio. Comparando datos de tormentas con un conjunto de datos que mide democracia y autocracia en países insulares entre 1950 y 2020, los autores encontraron que las tormentas reducen los puntajes de democracia de estos países en un promedio de 4.25% en el año siguiente.
Apodaron a los países insulares que han experimentado dictaduras persistentes como “autocracias de tormenta” y predijeron que la autocracia “podría aumentar con el tiempo” a medida que el cambio climático haga más probables las catástrofes.
La conexión causal entre desastres naturales y liderazgo autocrático
Habib Rahman, profesor de economía en la Durham University Business School y autor principal del estudio, comentó a Grist que él y sus coautores creen que su investigación es la primera en establecer una conexión causal entre desastres naturales y liderazgo autocrático. “Nuestro estudio intenta realmente llenar ese vacío”, dijo Rahman.
La relación entre el cambio climático y actitudes autoritarias también se demostró a menor escala en estudios psicológicos. En 2012, un equipo de psicólogos dividió a estudiantes universitarios de Alemania y Reino Unido en dos grupos. A uno le informaron sobre los peligros del cambio climático, como el aumento de incendios y pérdida de glaciares. Al otro le dieron datos neutrales sobre el clima de sus países sin mencionar el cambio climático.
Los participantes informados sobre el cambio climático mostraron opiniones más negativas hacia ciertos grupos marginales —como terroristas, adictos a las drogas o criadores de perros de ataque— en una escala de 10 puntos, que mide sus actitudes hacia varias demografías.o peligrosos en una escala de actitudes hacia diferentes demografías.
Informarse acerca del cambio climático puede salvar vidas
Otros estudios encontraron que la exposición a información sobre el cambio climático puede incrementar la conformidad con normas colectivas, el racismo y el etnocentrismo, fomentando la identificación con el propio grupo y el rechazo a otros.
Un estudio reciente con unos 1,700 británicos blancos mostró que quienes recibieron información amenazante sobre el cambio climático y creían que su país no lo enfrentaría adecuadamente expresaron más sentimientos negativos hacia musulmanes y paquistaníes que un grupo neutral.
Los efectos observados fueron pequeños y no se han replicado consistentemente. Sin embargo, Immo Fritsche, profesor de psicología social en la Universidad de Leipzig y coautor de tres de estos estudios, considera que esta investigación ilumina el impacto psicológico del cambio climático.
“Esto aporta una perspectiva importante sobre las consecuencias sutiles de las amenazas en el pensamiento humano”, afirmó Fritsche.
El estudio de 2022 sobre autocracias por tormenta y los estudios psicológicos de Fritsche incluyeron grupos de control para demostrar causalidad. Sin embargo, no existe un segundo planeta libre del cambio climático para confirmar si está fomentando el autoritarismo global.
Proteger la democracia mediante la acción colectiva
James McCarthy, editor de un número especial de la Annnals of the American Association of Geographers sobre autoritarismo, populismo y medio ambiente, cree que el aumento reciente de dictadores sugiere una hipótesis a considerar. Según McCarthy, “el cambio climático acelerado contribuye enormemente a la creciente inseguridad e inestabilidad, lo que aumenta el atractivo de líderes autoritarios que ofrecen soluciones simples a problemas complejos”.
McCarthy considera que el auge de estos líderes puede ocurrir incluso cuando sus seguidores niegan el cambio climático. Por ejemplo, millones de estadounidenses experimentan incendios, apagones y aumento de costos de seguros, eventos que influyen en su vida diaria y su pensamiento político, incluso si no los atribuyen conscientemente al cambio climático.
Algunos académicos advierten que los estados autoritarios, sin las restricciones de los derechos humanos, podrían estar mejor posicionados para responder al cambio climático. China, por ejemplo, instaló más energía renovable que cualquier otro país, aunque a costa de emplear mano de obra forzada y reprimir disidentes.
Proteger la democracia liberal depende de enfrentar estos retos. Algunos sugieren medidas como abolir el Senado de Estados Unidos, eliminar el techo de deuda para aumentar el gasto en cambio climático y aprobar leyes para fortalecer los derechos de voto. Otros abogan por impuestos más altos a los privilegiados para enfrentar las desigualdades que inclinan a algunos votantes hacia candidatos autoritarios.
La democracia todavía vive
El activismo climático podría canalizar la tendencia de las personas a identificarse con su grupo frente a las amenazas del cambio climático, definiendo un grupo por valores compartidos como justicia social y protección ambiental. “Si el cambio climático aumentara el pensamiento colectivo”, dijo Fritsche, entonces podría lograrse que las personas se unan a la acción colectiva por el clima; si es que lo consideran una norma de su grupo o generación.
McCarthy instó a quienes están preocupados por el cambio climático y el autoritarismo a no ver la erosión de la democracia como inevitable. “El derrotismo es un mal camino político. Por difíciles que parezcan las cosas, la política trata de lo que las personas deciden hacer juntas”, concluyó.
“El futuro no está escrito”, añadió. “Nosotros lo hacemos”.
Por L.V. Anderson, Grist
Este artículo apareció originalmente en Grist, una organización de medios independiente y sin fines de lucro. Está dedicada a a contar historias sobre soluciones climáticas y un futuro justo. Regístrate a su boletín aquí.