Según una investigación del Workforce Institute, el 63% de los empleados y líderes creen que la confianza debe ganarse. Construir confianza es la columna vertebral de una relación sólida. Sin embargo, ¿qué pasa si lo has intentado todo: comunicación abierta, asumir buena intención, incluso colaborar activamente con tu colega, y aún así todos estos esfuerzos fallan?
Ya sea que no confíes en tu colega porque se toma el crédito por tu trabajo, te haya decepcionado en el pasado, chismee demasiado, juegue al juego político, sea poco confiable o algo más, aún necesitas encontrar una manera de trabajar juntos. Porque adoptar un enfoque estratégico te coloca en una posición más sólida.
1. ¿VAN A COLABORAR? ACEPTA LA REALIDAD
Reconoce tus sentimientos de desconfianza. Está bien sentirte así. Es una respuesta natural a experiencias pasadas. Sin embargo, no dejes que estos sentimientos afecten tu juicio o profesionalismo.
La inteligencia emocional es crucial para manejar relaciones complicadas. Implica reconocer tus emociones, aceptar tus sentimientos y comprender su impacto. Con una fuerte autoconciencia, estás mejor preparado para determinar cómo responder sabiamente en lugar de dejar que tus emociones dicten tus acciones. Recuerda, estás en el trabajo para hacer un trabajo y el éxito requiere que encuentres formas de navegar relaciones complejas y desafiantes.
2. ASUME TU PARTE
Tu enfoque comienza desafiándote a examinar cuán confiable eres en el contexto de esta relación. Por ejemplo, ¿cumples tus compromisos de manera que te haga confiable? ¿Reconoces tus errores para ser responsable? Un problema podría ser que tu colega te vea como poco confiable. En consecuencia, mejorar la relación comienza por descubrir, reconocer y aceptar la parte que has jugado y lo que podrías necesitar hacer de manera diferente.
3. FIJA LÍMITES
No esperes a que tu colega establezca los límites para tu relación laboral. Sé proactivo. Comienza identificando lo que es más importante para ti. Este paso te ayuda a determinar los límites que se alinean con tus valores y metas. Este enfoque no se trata de aislar o excluir a la otra persona. En cambio, se trata de definir lo que está bien y lo que no está bien.
Por ejemplo, si tu colega constantemente te descarga trabajo a último minuto, recuerda que puedes rechazar solicitudes que no se alinean con tus prioridades o exceden tu capacidad. Sé claro sobre por qué estás diciendo que no y entrega el mensaje de manera positiva. Podrías decir: “Gracias por pensar en mí. Me encantaría involucrarme, pero no tengo la capacidad en este momento. ¿Puedo involucrarme más tarde?”. Quieres fijar los límites de manera clara y profesional, manteniendo la puerta abierta para una futura participación.
4. MANTÉN EL FOCO
Cuando falta confianza, es fácil dejarse llevar por sentimientos personales. En cambio, cambia tu enfoque a la tarea en cuestión y concéntrate en los objetivos compartidos. Por ejemplo, si están trabajando juntos en un proyecto, especifiquen qué hará cada uno para completar la tarea. Tener clara la tarea y lo que se requiere puede ayudar a crear un sentido de propósito y dirección, reduciendo el énfasis en las diferencias personales.
En todas tus interacciones, esfuérzate por el profesionalismo y la consistencia. Si constantemente cambias tu comportamiento y eres inconsistente, le envías un mensaje a tu colega de que eres difícil de confiar.
5. BUSCA LA SIMILITUD
A pesar de tus diferencias, es probable que haya algún terreno común. Podría ser un interés compartido o un conocido mutuo. Cuando encuentras cosas en común, comienzas a reconocer las similitudes en lugar de centrarte en las diferencias. Este enfoque eleva la conexión, facilitando el trabajo conjunto.
6. APROVECHA EL APOYO DE TERCEROS
Si después de un esfuerzo continuo, encuentras que la situación está empeorando, puedes considerar buscar ayuda de un tercero. Esto podría ser un supervisor, un representante de Recursos Humanos (RH) o un mediador profesional.
El beneficio de un tercero es que puede proporcionar una perspectiva imparcial, ayudar a aclarar malentendidos y guiar la conversación constructivamente hacia una resolución mutuamente beneficiosa. Al aprovechar el apoyo de un tercero, el objetivo no es necesariamente reconstruir la confianza personal, sino establecer formas en que ambos puedan trabajar juntos profesionalmente.
7. SIEMPRE PIENSA A LARGO PLAZO
Lamentablemente, no todos juegan bien en el trabajo y la política es una realidad del lugar de trabajo. No dejes que el comportamiento y el enfoque de un colega afecten negativamente el cómo te sientes y te presentas en el trabajo.
Tu reputación es uno de tus activos profesionales más importantes. Trátalo como tal manteniéndote fiel a ti mismo y sin eludir tus valores. Cuando chismeas, juegas a la política o eres demasiado negativo, tu reputación puede resbalar. Siempre piensa a largo plazo. En una era en la que nunca puedes estar seguro de dónde aterrizará tu carrera, no querrás ver tus ambiciones profesionales frustradas por algo que hiciste hace muchos años cuando no estabas prestando mucha atención a tu reputación.
Trabajar con alguien en quien no confías es desafiante, pero posible. En tu estrategia no se trata de cambiar a tus colegas, sino de encontrar una manera de trabajar juntos de manera más efectiva. Después de todo, en el mundo profesional, los resultados importan, lo que significa que hacer el trabajo implica trabajar con personas en quienes no necesariamente confías.