El perfil criminológico es la disciplina de la ciencia forense que se ocupa de analizar las huellas del comportamiento y las características en una escena del crimen con objeto de obtener información útil que ayude a identificar y comprender a los delincuentes.
En la disciplina del también llamado profiling siempre será necesario interpretar los rastros o huellas de comportamiento de una serie de crímenes con el objetivo de caracterizar y concretar al agresor.
Este perfil se basa en el análisis de aspectos psicológicos, lo que abarca las cuestiones relacionadas con la personalidad, los patrones de pensamiento e incluso los trastornos mentales. También incluye aspectos sociales como el entorno cultural del agresor, las posibles influencias del grupo social y aspectos del comportamiento para determinar un patrón.
Todo lo anterior permite que con el perfil criminológico se examinen acciones y hábitos delictivos, es decir, el modus operandi utilizado para cometer el delito. Además, se añaden factores motivacionales, por lo que el perfil permitirá determinar las razones que hay detrás del hecho delictivo: la venganza, una gratificación personal, una ideología, el lucro, etc.
Históricamente, el perfil criminológico fue desarrollado por el Federal Bureau of Investigation (FBI) estadounidense durante la década de 1970 y 1980. El agente John E. Douglas es una figura clave en la creación y evolución de esta técnica de investigación.
Douglas y su equipo trabajaron en varios casos de asesinos en serie notables y de otros delitos graves analizando el comportamiento y las características psicológicas para crear perfiles detallados de los delincuentes. Así, investigó el caso de Ted Bundy, autor de la muerte de al menos 30 mujeres; el de John W. Gacy (el payaso asesino), responsable de al menos 33 jóvenes y niños, y el de Edmund Kemper, que mató a 10 personas, incluyendo a su madre.
Diferentes métodos de perfilación
No hay un único método de realizar un perfil, si bien en conjunto puede versar sobre tareas como:
- Descripción de la personalidad y otras características del agresor desconocido.
- Estudio de dónde puede residir o el lugar donde tiene su base de operaciones para cometer sus delitos.
- Valoración sobre la probabilidad de que cometa futuros delitos y su ubicación.
- Vinculación entre los crímenes.
- Apoyo en la dirección de las entrevistas con los posibles sospechosos.
El perfil criminológico se utiliza para averiguar hechos delictivos de agresores desconocidos, es decir, no sabemos quién es el criminal. En España ha servido para resolver algunos casos como el de Diana Quer ayudando a identificar características del asesino. Precisamente eso fue lo que llevó a la detención de El Chicle.
Alexander Pichushkin (el asesino del ajedrez) fue identificado y capturado gracias a un perfil criminológico detallado que analizaba sus patrones de comportamiento y motivaciones. El caso de la asesina de ancianas de Mataró (Barcelona, España) fue otro más resuelto a través de esta técnica.
Fuera de España destaca el caso de los dos asesinos en serie y violadores británicos John Duffy y David Mulcahy. El perfil criminológico permitió determinar un patrón de comportamiento y un método en la comisión de los asesinatos.
También el del asesino del Golden State, que involucraba a un violador y asesino en serie que aterrorizó a California en la década de los 70 y 80: el perfil criminológico sugirió que los hechos eran cometidos por un sujeto con conocimientos avanzados en tácticas de sigilo y vigilancia con posibles antecedentes militares, lo que sirvió para capturar al autor de los hechos.
Evolución de la disciplina
Desde sus inicios, el perfil criminológico ha evolucionado significativamente. Hoy es clave la utilización de este método científico que al principio se basaba en la observación y experiencia y que ahora se apoya en estudios empíricos y en el método científico para crear un perfil más preciso. Además, la evolución de la tecnología permite el uso de herramientas avanzadas en el análisis de datos y en algoritmos de la inteligencia artificial.
No hay que olvidar que en la actualidad existen bases de datos globales internacionales que permiten comparar perfiles y comportamientos, mejorando así la precisión y la eficacia del perfil criminológico, como la de INTERPOL, el Portal Estadístico de Criminalidad o la base de datos sobre obras de arte robadas.
Pese a los casos expuestos, que son de asesinato, el perfil criminológico se aplica a diferentes delitos. Algunos ejemplos son:
- Secuestros. Ayuda a determinar las características psicológicas y criminológicas del secuestrador y a predecir su comportamiento.
- Delitos sexuales. Analiza la psicología y comportamiento del agresor o delincuente para identificar motivaciones sexuales.
- Robos y atracos. En estos casos ayuda a identificar la forma de operar y las motivaciones detrás de los robos.
- Terrorismo. Permite analizar y entender las motivaciones ideológicas y los comportamientos, lo que a su vez ayuda a prevenir ataques terroristas futuros.
- Ciberdelincuencia. El perfil igualmente identifica patrones de comportamiento y habilidades técnicas para detener a los delincuentes cibernéticos.
Teniendo en cuenta estos ejemplos, el perfil criminológico es una herramienta valiosa para miembros de fuerzas y cuerpos de seguridad en la resolución de una amplia gama de delitos. Las bases de datos ayudan a coordinar esfuerzos internacionales para combatir el crimen y para mejorar en la obtención de un perfil criminológico más eficaz, lo que convierte a esta técnica en una herramienta aún más valiosa.
Montserrat López Melero es profesora contratada Doctora de Derecho Penal, Universidad Europea Miguel de Cervantes
Este artículo fue publicado en The Conversation bajo una licencia de Creative Commons. Puedes leer el artículo original aquí.