Google dijo este lunes que superó un desafío clave en la computación cuántica con una nueva generación de chips llamados Willow.
El nuevo chip cuántico de Google cuenta con 105 qubits o bits cuánticos, las unidades fundamentales de las computadoras cuánticas. Aunque los qubits son muy rápidos, son propensos a errores debido a su sensibilidad a influencias diminutas, como partículas subatómicas del espacio. Este problema se agrava al aumentar el número de qubits en un chip, lo que históricamente ha limitado su utilidad práctica.
Sin embargo, en un artículo publicado en Nature, Google dijo que logró reducir las tasas de error al incrementar la cantidad de qubits, además de corregirlos en tiempo real, un requisito fundamental para construir computadoras cuánticas prácticas.
A su vez, según Hartmut Neven, fundador de Google Quantum AI, Willow también realizó un cálculo en menos de cinco minutos que a una supercomputadora le llevaría 10 septillones de años (más tiempo que la historia del universo), demostrando su potencial para resolver problemas que están más allá del alcance de las computadoras clásicas.
¿Por qué es relevante la computación cuántica?
Al igual que otros gigantes tecnológicos como Microsoft e IBM, Google está apostando por la computación cuántica porque promete velocidades de computación mucho más rápidas que los sistemas más rápidos de la actualidad.
Las computadoras convencionales funcionan de manera binaria: realizan tareas utilizando pequeños fragmentos de datos conocidos como bits, que solo pueden ser expresados como 1 o 0. Sin embargo, los qubits pueden ser 1 y 0 al mismo tiempo, lo que les permite procesar un número enorme de posibles resultados simultáneamente.
El equipo de Neven, compuesto por unas 300 personas en Google, tiene la misión de construir una computación cuántica capaz de abordar problemas irresolubles como la energía de fusión segura y la mitigación del cambio climático. También podría impulsar innovaciones en el campo de la medicina, al ser capaz de ayudar a descubrir nuevos medicamentos.
Aunque una computadora cuántica capaz de enfrentar estos desafíos aún está a años de distancia, Willow representa un avance significativo en esa dirección, según Neven y su equipo.
La investigación cuántica se considera un campo crítico, y tanto Estados Unidos como China han estado invirtiendo fuertemente en el área. Al mismo tiempo, Washington ha impuesto restricciones a la exportación de esta tecnología sensible.
Olivier Ezratty, experto independiente en tecnologías cuánticas, dijo a AFP en octubre que la inversión privada y pública en el campo ha totalizado alrededor de 20,000 millones de dólares a nivel mundial en los últimos cinco años.
Con información de AFP.