Las barreras financieras han dejado fuera del sistema bancario a millones de personas. Ahora, la inteligencia artificial (IA) surge como una herramienta clave para abrir más oportunidades en el sector.
Michael Spence, Premio Nobel de Economía 2001, compartió sus ideas sobre este tema durante el 2024 Surfin AI Fintech Forum, realizado en México. “No necesitas una IA que supere los estándares humanos para generar impacto,” afirmó Spence. “Lo que necesitas es una que sea económicamente viable y accesible.”
Cambiando el acceso al crédito
La IA está transformando la manera en la que se accede al crédito. Los bancos han dependido históricamente de modelos tradicionales para evaluar la solvencia de las personas. Este proceso, además de costosos, tiene un alcance limitado.
En entrevista exclusiva con Fast Company México, Spence explicó que “la mayoría de los algoritmos en fintech no son mejores que los mejores oficiales de crédito. Pero funcionan económicamente donde el modelo tradicional no lo hace.”
Esto hace que la IA sea una herramienta práctica, especialmente para pequeñas empresas que enfrentan restricciones financieras. “Gracias a su capacidad para analizar grandes volúmenes de datos y detectar patrones, la IA puede evaluar la solvencia crediticia de forma más rápida y precisa”, dijo.
El economista explicó que esto abre las puertas a microempresas, emprendedores y comunidades que hasta ahora estaban excluidas del sistema financiero. También permite a las fintechs reducir costos operativos y ofrecer tasas más competitivas, incentivando el uso de servicios digitales.
IA como motor de inclusión
El impacto de la IA no se limita al crédito. Spence mencionó ejemplos de empresas en India que están aprovechando los datos para diseñar servicios financieros accesibles a personas que antes no tenían forma de acceder a ellos.
“Este fenómeno también ocurre en México, donde las fintech están liderando proyectos que llegan a comunidades urbanas y rurales que han sido marginadas”, dijo.
El uso de billeteras digitales y plataformas de pagos móviles está creciendo de manera rápida, ofreciendo una alternativa segura para realizar transacciones y guardar dinero sin depender de cuentas bancarias tradicionales. “Estas herramientas están ayudando a reducir la exclusión financiera en regiones donde los servicios bancarios aún no llegan” explicó Spence.
Balance entre riesgos y oportunidades
Spence reconoció que, aunque las oportunidades son prometedoras, los riesgos asociados con la IA no pueden ignorarse. Un desafío importante es garantizar que la tecnología esté al alcance de pequeñas y medianas empresas, no solo de grandes corporaciones. “El verdadero desafío es asegurar la difusión de esta tecnología de manera amplia y equitativa,” comentó.
Además, la IA plantea problemas éticos y regulatorios. Spence destacó la necesidad de crear políticas que minimicen riesgos de exclusión y abuso. “Estas tecnologías tienen un potencial enorme, pero también pueden amplificar desigualdades si no se manejan adecuadamente.” Por ejemplo, algoritmos diseñados de forma deficiente podrían discriminar contra ciertos grupos, perpetuando los problemas que buscan resolver.
El camino hacia un sistema más inclusivo
Spence destacó que la verdadera fortaleza de la IA está en su capacidad para complementar y potenciar la inteligencia humana. “Los ganadores serán aquellos que utilicen la IA para crear valor real para sus clientes, no los que simplemente busquen recortar costos,” concluyó.
La IA no resolverá de inmediato los problemas de inclusión financiera, pero tiene el potencial de generar un cambio importante. Esto requiere colaboración entre gobiernos, instituciones financieras y el sector tecnológico. Según Spence, el reto no está solo en implementar estas herramientas, sino en garantizar que su impacto llegue a quienes más lo necesitan.
La inclusión financiera también demanda abordar los problemas estructurales que han dejado fuera a tantas personas. Spence asegura que la IA tiene el potencial de ser un puente hacia un sistema más equitativo. “Sin embargo, lograrlo depende de usar esta tecnología de manera intencionada y responsable. Es una tarea ambiciosa, pero con el enfoque correcto, puede marcar la diferencia”, concluyó.