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4 estrategias sencillas para organizar y eliminar el desorden

El desorden no comienza en el hogar, sino justo antes de llevar las cosas por la puerta principal.

4 estrategias sencillas para organizar y eliminar el desorden [Foro: Depositphotos]

Como organizadora profesional, practico lo que predico. He desarrollado algunas estrategias y rutinas para eliminar el desorden y mantener mi hogar organizado, de modo que pueda encontrar lo que necesito cuando lo necesito, y volver a guardarlo con la misma facilidad.

Lo que noto en mí y en muchas otras personas es que guardamos cosas por una de dos razones: creemos que las necesitaremos algún día o estamos emocionalmente ligados a cómo llegaron a nuestras vidas en primer lugar.

Aquí ocurre algo interesante. Queremos eliminar el desorden, aprovechar mejor nuestro espacio o simplemente estamos cansados de ver cosas que no aportan significado a nuestras vidas. Al mismo tiempo, seguimos atados a las razones emocionales que nos hacen querer conservar esos objetos. Estas razones suelen tener más peso, impidiéndonos tomar acción real sobre esas cosas. Un estudio del Centro sobre Vidas y Familias Cotidianas de UCLA encontró que las mujeres que tenían muchos objetos en sus hogares también tenían niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés.

El desorden es mala gestión emocional

La mayoría de nosotros vivimos en comunidades rodeadas de bodegas públicas. Hay miles de estas instalaciones en todo el país, a las que llamo “la tierra de la mala gestión emocional” porque están llenas de cosas que creemos que algún día necesitaremos o de las que no podemos desprendernos emocionalmente.

1. Replantea tu relación con tus cosas

Durante mucho tiempo, pensé en lo difícil que era deshacerme de ciertos objetos porque, como me decía a mí mismo, los amaba. Vivir en un espacio pequeño me obligó a replantear mi relación con mis pertenencias.

Me llevó tiempo, pero llegué a esta conclusión: no puedo amar todo lo que hay en mi hogar. Entonces, tuve que encontrar una forma diferente de pensar sobre mis cosas. Descubrí que, más importante que cuánto amaba un objeto, era cuánto servía a mi vida, dándole más valor que solo un “pero lo amo”.

Soy egoísta, así que quiero que todo en mi hogar me sirva. Esto significa que siempre busco deshacerme de cosas. Por ejemplo, si compro un producto para el cuidado de la piel y después de usarlo dos veces me doy cuenta de que no lo seguiré utilizando, lo tiro a la basura, al reciclaje o lo dono. ¿Por qué ceder espacio valioso a algo que no uso?

También inventé un juego llamado “Limpia solo 10, y luego hazlo de nuevo”. Cuando me siento abrumado por el desorden, dedico unos 30 minutos a recolectar 10 objetos que sé que no necesito. La semana pasada eliminé cinco plumas y cinco bufandas. Las categorías no importan, el volumen sí.

Sé que esto es difícil. Soy un organizador profesional, y trabajo con muchas personas que tienen problemas para desprenderse de sus cosas, lo cual a menudo está relacionado con la conexión emocional que tienen con esos objetos. Incluso Marie Kondo, la famosa gurú del orden, admite que a veces falla en mantener todo ordenado.

2. Practica “uno entra, uno sale”

Vivo en un departamento de una recámara con 60 metros cuadrados, y he decidido que es suficiente espacio para mí y para las cosas que necesito. Esto es posible porque sigo la regla de que cuando algo entra, algo tiene que salir.

Esta estrategia asegura que mis pertenencias se mantengan proporcionales al espacio que tengo. El desorden no comienza en el hogar, sino justo antes de llevar algo a través de la puerta. Una de mis reglas más importantes para mantener el orden es que todo lo que traigo a casa debe tener un lugar asignado.

3. Asigna “zonas” a todo en tu hogar

Siguiendo mi regla de que cada objeto debe tener una zona designada, organizo mis cosas en categorías de “cosas similares juntas”. Los suministros de oficina están en un contenedor. Las bufandas (las que conservo) en otro. Y, por supuesto, la zona de donaciones está en una bolsa junto a la puerta principal. Mantengo cada zona sin sobrecargar los contenedores. Si el contenido no está claro, le pongo una etiqueta.

4. Crea un calendario de hábitos

Puede sonar extraño, pero me pongo citas conmigo mismo para mantener mis hábitos de organización. Los viernes por la tarde son mi tiempo para los “negocios del negocio”. Dedico entre tres y cuatro horas a archivar documentos, pagar facturas recibidas durante la semana y hacer una lista para mi asistente con cambios necesarios en el sitio web. Al “contenedorizar” mi día—es decir, asignar tiempo en el calendario para mantener mi calidad de vida—soy mucho más productivo.

Mantener el orden no se trata de ser perfecto o seguir reglas estrictas, sino de encontrar sistemas que funcionen para ti. Al deshacerme de cosas que no me sirven, ser intencional sobre lo que traigo a mi hogar y seguir unos pocos hábitos simples, he creado un espacio que se siente más ligero y funcional.

No siempre es fácil, y a veces es emocional, pero el esfuerzo vale la pena. Mi hogar refleja mis prioridades y apoya mi vida de una manera que me hace sentir bien. He aprendido que mi espacio debe trabajar para mí, y no al revés.

Author

  • Emma Sifuentes

    Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Valle de México, cuenta con más de 20 años de experiencia en la comunicación, tanto en el sector público, como en el privado. Como editora, busca contribuir a la conversación sobre cómo moldear un futuro que valore la humanidad, la justicia y la igualdad.

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    Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Valle de México, cuenta con más de 20 años de experiencia en la comunicación, tanto en el sector público, como en el privado. Como editora, busca contribuir a la conversación sobre cómo moldear un futuro que valore la humanidad, la justicia y la igualdad.

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Sobre el autor

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad del Valle de México, cuenta con más de 20 años de experiencia en la comunicación, tanto en el sector público, como en el privado. Como editora, busca contribuir a la conversación sobre cómo moldear un futuro que valore la humanidad, la justicia y la igualdad.

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