La startup japonesa ispace prometió que su próxima segundo lanzamiento no tripulado a la Luna será un éxito, afirmando este jueves que ha aprendido de su intento fallido de hace casi dos años.
En abril de 2023, la primera nave espacial de la compañía sufrió un “aterrizaje duro” irrecuperable, frustrando sus ambiciones de ser la primera empresa privada en tocar la superficie lunar.
La compañía estadounidense Intuitive Machines, con sede en Houston, logró esa hazaña el año pasado con una nave no tripulada que aterrizó en un ángulo incorrecto pero fue capaz de completar pruebas y enviar fotos.
Con el segundo lanzamiento programado para la próxima semana, ispace busca ganarse un lugar en la historia espacial en un momento de auge de misiones lunares tanto de gobiernos como de empresas privadas.
“En ispace nos sentimos decepcionados por el fracaso de la Misión 1”, dijo Takeshi Hakamada, fundador y CEO de ispace, a los periodistas. “Pero por eso queremos enviar un mensaje a toda la gente en Japón: es importante desafiarnos nuevamente, después de superar el fracaso y aprender de él”.
“Haremos de esta Misión 2 un éxito”, afirmó.
Su nuevo módulo de aterrizaje, llamado Resilience, despegará desde el Centro Espacial Kennedy en Florida el 15 de enero, junto con otro módulo lunar construido por la empresa estadounidense Firefly Aerospace.
Si Resilience aterriza con éxito, desplegará un micro rover y otros cinco experimentos de socios corporativos. Entre ellos, destaca un experimento de Takasago Thermal Engineering para dividir agua en oxígeno e hidrógeno con el objetivo de usar hidrógeno como combustible para satélites y naves espaciales.
Transporte compartido al espacio
El módulo de aterrizaje Blue Ghost de Firefly llegará a la Luna tras viajar 45 días, seguido por Resilience, que la compañía japonesa espera que aterrice en el satélite terrestre a finales de mayo o en junio.
Para el programa, oficialmente llamado Hakuto-R Misión 2, ispace decidió reducir costos al organizar el primer “transporte compartido” en cohetes del sector privado, explicó Hakamada.
Hasta ahora, solo cinco naciones han logrado aterrizajes suaves en la Luna: la Unión Soviética, Estados Unidos, China, India y, más recientemente, Japón.
Muchas empresas compiten por ofrecer oportunidades de exploración espacial más baratas y frecuentes que las realizadas por los gobiernos.
Space One, otra startup japonesa, está intentando convertirse en la primera empresa de Japón en poner un satélite en órbita, aunque hasta ahora ha enfrentado dificultades.
El mes pasado, el cohete de combustible sólido Kairos de Space One despegó desde una plataforma de lanzamiento privada en el oeste de Japón, pero más tarde fue visto cayendo en espiral a la distancia.
Ese fue el segundo intento de Space One después de que su primer lanzamiento, en marzo del año pasado, terminara en una explosión en el aire.
Mientras tanto, Toyota, el mayor fabricante de automóviles del mundo, anunció esta semana que invertirá 7,000 millones de yenes (44 millones de dólares) en la startup japonesa de cohetes Interstellar Technologies.
“La demanda global de lanzamientos de pequeños satélites ha crecido casi 20 veces, de 141 lanzamientos en 2016 a 2,860 en 2023”, impulsada por negocios espaciales privados, preocupaciones de seguridad nacional y desarrollos tecnológicos, dijo Interstellar.