
Las habilidades humanas se dividen en tres grandes categorías: físicas, intelectuales y emocionales. De ellas, las dos últimas son elementos clave del talento en todos los empleos de la economía del conocimiento.
En lo que respecta a las habilidades intelectuales, como la capacidad de aprendizaje, un siglo de evidencia científica revela que este rasgo es el impulso más consistente del desempeño laboral y el éxito profesional en todas lose sectores. ¿Por qué? Porque predice qué tan rápido y bien puedes aprender, razonar y resolver problemas, lo que básicamente importa en todos los trabajos.
Dicho esto, las habilidades intelectuales claramente no son suficientes para tener éxito en el trabajo o la carrera profesional. De hecho, la mayoría de los trabajos también requieren que usted comprenda, influya y se gestione a sí mismo y a otras personas y estas habilidades intrapersonales e interpersonales se encapsulan bajo la etiqueta de inteligencia emocional (IE).
¿Cómo se puede evaluar el coeficiente intelectual de la IA?
Al igual que con los humanos, el potencial de la IA también puede evaluarse en términos de sus habilidades o capacidades intelectuales y emocionales.
Las habilidades intelectuales incluyen la capacidad de resolver problemas, recuperar conocimientos y traducir la experiencia en la creación o generación de nuevos contenidos (por ejemplo, poemas, chistes, códigos, música, imágenes y una nueva estrategia corporativa). Cuando las personas evalúan la inteligencia de la IA, generalmente se centran en este tipo de problemas y comparan la IA con la experiencia o inteligencia humana.
Las habilidades emocionales, aunque son mucho menos discutidas, son quizás aún más impresionantes.
Si bien parece contradictorio pensar que la IA es capaz de mostrar EQ, un simple examen de cualquier herramienta de IA generativa (por ejemplo, ChatGPT, Perplexity y Claude) mostrará que la IA ya es mejor que muchos humanos tanto en la gestión de sí misma como de otros, lo que incluye la capacidad de comprender a los humanos y ayudarnos a mejorar nuestra propia EQ.
4 formas en que la inteligencia emocional de la IA puede ayudar a los directores
Así es como la IA podría ayudar a los directivos a mejorar su capacidad para gestionarse a sí mismos y a los demás, mejorando así su eficacia gerencial y de liderazgo, y ayudando a sus equipos a ser más felices y productivos:
1. Análisis de sentimientos en tiempo real en la comunicación
Las herramientas de IA pueden analizar el tono, el sentimiento y el contenido emocional de los correos electrónicos, los mensajes de chat y las transcripciones de las reuniones. Los gerentes pueden recibir información sobre si su comunicación parece empática, asertiva o despectiva. Dado que la elección de las palabras tiene un gran impacto en las evaluaciones e inferencias de los demás sobre nuestros estados emocionales e intenciones, la IA puede decodificar y predecir cómo nuestros patrones de comunicación influyen en los demás y ayudarnos a afinar nuestro mensaje, especialmente cuando estamos gestionando personas. Por ejemplo, la IA puede señalar las expresiones demasiado duras o sugerir alternativas más empáticas, lo que ayuda a los gerentes a mejorar sus interacciones, lo que efectivamente los hace parecer más inteligentes emocionalmente con los demás.
2. Monitoreo del estado de ánimo y el compromiso de los empleados
La IA puede analizar el comportamiento de un gerente, como los comentarios que recibe durante las reuniones o los patrones de toma de decisiones y brindar consejos de entrenamiento personalizados. Pronto estas herramientas estarán integradas en la mayoría de las plataformas de videoconferencia, brindando a los gerentes comentarios reales sobre los estados emocionales y psicológicos de sus equipos, lo que los ayudará a realizar reuniones más interesantes. Las lecturas algorítmicas de las reacciones de los empleados a los comentarios de los gerentes pueden brindarles marcadores en tiempo real de los niveles de energía, compromiso, interés, curiosidad o incluso aburrimiento de sus empleados. La IA podría sugerir la práctica de técnicas de escucha activa si el jefe interrumpe con frecuencia o aconseja sobre mejores estrategias de resolución de conflictos basadas en patrones que observa.
3. Juegos de rol y entrenamiento virtual de inteligencia emocional
Las simulaciones de realidad virtual (RV) impulsadas por IA o los chatbots pueden ayudar a los gerentes a practicar conversaciones desafiantes, como brindar comentarios críticos o resolver conflictos de equipo, algo con lo que la mayoría de los gerentes tienen dificultades. Incluso el uso de plataformas de lenguaje grandes y simples puede ayudar a los gerentes a tratar a la IA como su entrenador digital personal y caja de análisis, haciendo preguntas personales incómodas sobre la mejor manera de manejar situaciones cargadas de emociones o socialmente desafiantes. Estas herramientas crean entornos seguros para que los gerentes desarrollen empatía y habilidades como reducir la tensión, leer señales no verbales y manejar reacciones emocionales.
4. Perspectivas sobre diversidad e inclusión
La IA puede detectar sesgos inconscientes en la toma de decisiones, la contratación o la dinámica de equipo mediante el análisis de patrones o comportamientos históricos. Por ejemplo, los gerentes pueden usar inadvertidamente un lenguaje despectivo al hablar con candidatos de un grupo externo o de un estatus inferior, o responder más rápido a los empleados que pertenecen a su mismo grupo o tribu. Al identificar áreas en las que un gerente puede favorecer involuntariamente a ciertos empleados o pasar por alto a otros, la IA puede guiarlos para fomentar un lugar de trabajo más inclusivo y equitativo, reduciendo los sesgos, aumentando la justicia y fortaleciendo su empatía y sus habilidades interpersonales.
Estos ejemplos muestran cómo la IA puede ser una herramienta valiosa para los gerentes que buscan construir conexiones más sólidas, comunicarse de manera más efectiva y liderar con empatía. Sin duda, muchos gerentes pueden sentir que no necesitan IA (ni ningún entrenador humano) para mejorar su competencia emocional y social, lo que puede indicar déficits en el EQ, un rasgo que es fundamental para la autoconciencia; y la certeza de que la IA nunca podrá reemplazarlo porque sus habilidades nunca podrán ser superadas por la IA es un indicador de arrogancia, grandiosidad delirante y exceso de confianza, todos ellos comunes en las personas con EQ más bajo.
De la misma manera, es posible pensar que quienes ya muestran niveles más elevados de EQ aprovecharán la IA emocional para refinar y mejorar aún más sus habilidades sociales y emocionales, una decisión que también indicaría niveles más elevados de CI o inteligencia.