
El cartel del pájaro azul de Twitter –ahora X– que alguna vez estuvo en San Francisco, montado en el exterior de la sede de la compañía, se vendió el jueves en una subasta por 34,325 dólares, sin alcanzar el precio de oferta estimado de 40,000 dólares.
Apodado “Larry”, en honor a Larry Bird, estrella de los Boston Celtics, el logotipo de 250 kg era uno de los dos que se exhibían en el edificio antes del cambio de marca de la compañía. Elon Musk, el hombre más rico del mundo y “empleado especial del gobierno”, encargado de supervisar los drásticos recortes al gobierno federal para el presidente Donald Trump, compró Twitter en 2022 y al año siguiente le cambió el nombre a X, con un logotipo nuevo y peor.
El cambio de marca y la nueva propiedad han resultado pésimos para el valor de la empresa. En diciembre pasado, el valor de X había caído 72% con respecto a lo que Musk pagó por Twitter, según una valoración de Fidelity, una empresa de servicios de inversión. La pérdida de valor de marca derivada de la eliminación del logotipo del pájaro azul y el antiguo nombre también ha resultado costosa.
Es habitual en AP referirse a la red social la primera vez que se menciona como “X, anteriormente conocida como Twitter“. Dado que “X” es nuevo y menos distintivo que “Twitter”, es posible que los lectores no estén tan familiarizados con su nuevo nombre de una sola letra. Lo mismo puede decirse de la comparación entre los logotipos antiguos y los nuevos. RR Auction, la casa de subastas que vendió el logotipo, comparó el antiguo logotipo de Twitter con los de algunas de las marcas más emblemáticas de Estados Unidos.
Twitter ahora solo es nostalgia
“Aunque Twitter y su pájaro azul claro se han retirado, el símbolo sigue siendo un ícono de la historia de la tecnología y las redes sociales, un emblema reconocible al instante, al nivel de Nike o Apple Computer”, afirma la casa de subastas en su anuncio. Es un símbolo que representó a la compañía “de 2012 a 2023, un periodo de 11 años que representa el período más popular e influyente de Twitter”.
Después de comprar la red social que se convertiría en X, Musk convirtió la aplicación en un sitio pro-Trump que amplificaba sus propias publicaciones, terminó con la verificación no pagada y se convirtió en una plataforma más complaciente para los influencers de noticias de derecha y menos complaciente para los sitios de noticias.
En un acto de admiración mutua este mes, Trump ha promocionado los autos de Musk en los terrenos de la Casa Blanca, mientras que el comité de acción política de Musk ha gastado más de 200 millones de dólares en anuncios pro-Trump en X.
X ahora se asocia con Musk, Trump, DOGE y MAGA, mientras que Twitter ahora es nostalgia, asociado con una era anterior cuando era de propiedad pública y la opinión pública de las redes sociales era más positiva.
El enorme cartel que se acaba de vender es ahora parte de la historia –sin mencionar que el nuevo propietario ahora es responsable de pagar los gastos de envío, según su anuncio–. Pero también es un recordatorio de una época anterior a que las redes sociales se sintieran tan politizadas y tan fuertemente influenciadas por sus dueños partidistas como hoy.