
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, planea una oleada de aranceles para el 2 de abril que podrían estar más dirigidos de lo esperado, dijo el lunes un funcionario de la Casa Blanca a AFP, en un movimiento que tranquilizaría a empresas e inversionistas.
Trump ha denominado esa fecha como el “Día de la Liberación” para la economía más grande del mundo, prometiendo aranceles recíprocos que afectarán tanto a aliados como a adversarios, en un esfuerzo por remediar prácticas que Washington considera injustas.
Además de los gravámenes recíprocos, el presidente también indicó anteriormente que habría aranceles específicos por sector que afectarían a industrias como la automotriz, farmacéutica y de semiconductores, y que entrarían en vigor alrededor del mismo día.
Pero el plan final podría ser más limitado.
Los aranceles específicos por sector “podrían o no entrar en vigor el 2 de abril”, dijo un funcionario de la Casa Blanca a AFP, añadiendo que la situación “sigue siendo fluida”.
Sin embargo, el funcionario añadió que los aranceles recíprocos sí se aplicarán.
La Casa Blanca ha prometido imponer “grandes aranceles” el 2 de abril como una importante escalada en la guerra comercial de Trump, argumentando que “Estados Unidos ha sido saqueado por todos los países del mundo”.
La semana pasada, el secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo a Maria Bartiromo, de Fox Business, que Washington se acercaría a sus socios comerciales con una indicación de los niveles arancelarios y las barreras no arancelarias.
Si los países detenían esas prácticas, añadió Bessent, podrían evitar potencialmente el “muro arancelario”.
En la misma entrevista, Bessent señaló que los gravámenes se enfocarían en alrededor de 15% de los países que tienen desequilibrios comerciales con Estados Unidos, a los que denominó los “15 sucios”.