¿Será que alguna vez valdrá la pena instalar accesorios para cámaras de smartphones?

Las cámaras de los smartphones son cada vez más grandes y mejores, sobre todo si nos fijamos en los teléfonos de gama alta que salen de China, con sensores enormes y protuberancias que los complementan. Estos teléfonos pueden ofrecer resultados increíbles, y me alegra usarlos en diversas situaciones en las que antes habría tenido que depender de una cámara dedicada. Justo esta semana usé el Xiaomi 15 Ultra para fotografiar un evento de Fórmula 1 en Tokio. 

Pero a pesar de todos los avances, las leyes de la física siguen siendo insuperables, y se obtendrán mejores resultados con una cámara que admita lentes y sensores más grandes. Al fin y al cabo, los teléfonos deben caber en nuestros bolsillos, así que hay un límite en cuanto a lo que se puede lograr en ese sentido. 

En el Mobile World Congress de este año, algunos anuncios conceptuales demostraron que las empresas están considerando esta realidad, con ideas para llevar la fotografía móvil más allá de las limitaciones del teléfono. La pregunta es si los productos con cámara periférica podrán realmente ser más que una curiosidad de nicho.

El concepto de Xiaomi se llama Sistema Óptico Modular y consiste en módulos de cámara autónomos que se conectan magnéticamente e inalámbricamente al teléfono. Aunque la compañía no tiene planes concretos para comercializarlos, existen modelos funcionales; yo usé uno.

La unidad de demostración contaba con un sensor Micro Cuatro Tercios y una lente de 17.5 mm f/1.4, equivalente a una de 35 mm considerando el factor de recorte del sensor. Podía conectarse a un teléfono Xiaomi 15 equipado con imanes y una ventana para la transferencia de datos láser, pero por lo demás tenía un aspecto normal.

La conexión se sintió muy segura y no hubo necesidad de emparejar Bluetooth ni de usar ningún software especial: una vez conectado, la señal de la cámara simplemente aparece en la app de cámara. Puedes enfocar el objetivo girando su anillo o tocando la pantalla del teléfono.

Como la cámara se monta en el centro del teléfono, la combinación resultante se siente bien equilibrada y similar a la de una cámara sin espejo convencional. Sin embargo, me hizo desear que el teléfono tuviera un botón de obturador específico en el borde; usar la pantalla táctil con las manos en esa posición requiere un tiempo de adaptación. 

Los resultados, al menos por lo que pude apreciar en la pantalla del teléfono, fueron excelentes. El formato Micro Cuatro Tercios es uno de los más pequeños sin espejo, pero sigue siendo un gran avance incluso con respecto a los sensores de 1 pulgada que se encuentran en las cámaras de teléfonos de gama alta, y combinarlo con un objetivo rápido equivalente a 35 mm resulta una combinación realmente útil. Estaba tomando fotos de amigos en un restaurante oscuro que claramente no habría podido capturar con un teléfono.

Realme, marca hermana de Oppo, adoptó un enfoque diferente. Su concepto “Ultra” incluye un par de cámaras tradicionales de smartphone, además de un tercer sensor de 1 pulgada expuesto tras el cristal; puedes conectar un adaptador Leica M-mount y el objetivo que prefieras para usarlo con ese sensor.

En la práctica, esto resulta menos útil. No hay conexión eléctrica entre el objetivo y el teléfono, así que ajustar el anillo de apertura no se reflejará en el software; la experiencia es más parecida a adaptar un objetivo manual a una cámara digital. 

Sin embargo, todos los objetivos con montura M tienen enfoque manual, por lo que no se necesita una solución de AF con pantalla táctil como la que desarrolló Xiaomi. Sin embargo, el factor de recorte de 2.7x del sensor significa que los objetivos Leica M reales tendrán un campo de visión ampliado; incluso un gran angular de 28 mm se convierte en un objetivo de retrato equivalente a uno de 75 mm.

Estas no son necesariamente ideas nuevas. El concepto de Realme es muy similar al de montura Leica M que Xiaomi presentó hace unos años, mientras que la propia idea de Xiaomi de módulos de cámara inalámbricos ya se ha probado antes.

Sony lo intentó en 2013 con la peculiar línea QX, una gama de cámaras todo en uno que se conectaban por wifi y se acoplaban a la parte trasera del teléfono; un modelo incluso incluía un sensor APS-C y era compatible con cualquier objetivo sin espejo con montura E. Olympus intentó algo similar en 2014 con la Air A01, un sensor y montura Micro Cuatro Tercios inalámbricos.

Ha habido dos problemas con este tipo de productos en el pasado. 

La primera era que eran difíciles de usar, lo que obligaba a lidiar con mecanismos de fijación, emparejamiento inalámbrico y una conectividad lenta. El atractivo de la fotografía móvil reside en su comodidad, y estos dispositivos la perjudicaban.

El segundo obstáculo, posiblemente mayor, es simplemente que eran dispositivos separados que debías llevar junto con el teléfono. Es mucho pedir para la mayoría. La QX100 de Sony tenía el mismo sensor y lente que su excelente cámara compacta RX100, pero costaba casi lo mismo. ¿Por qué no llevar la cámara en su lugar?

Sony descontinuó la línea QX bastante rápido, lo que sugiere que no tuvo buena acogida entre los consumidores. Hoy en día, las cosas podrían ser diferentes (el soporte magnético de Xiaomi es sin duda más práctico), pero aún es difícil que la idea se generalice.

Personalmente, me interesaría comprar algo como el concepto de Xiaomi que usé. Aún tengo varias preguntas, como cuánto costaría y cuánto tiempo duraría el soporte magnético en futuros teléfonos, pero incluso en prototipo, la idea funcionó lo suficientemente bien como para que me diera la impresión de que la lente extra valía la pena meterla en una bolsa de tela.

Pero para la mayoría de la gente, creo que seguirá mereciendo la pena prestar más atención a la calidad de la cámara integrada del teléfono en el futuro próximo. Esa es la cámara que realmente usarán.