
Amazon lanzó el lunes su primer lote de satélites de internet del Proyecto Kuiper, lo que marca el inicio de su iniciativa para competir con Starlink, de Elon Musk.
La misión, denominada Kuiper Atlas 1, despegó de la Estación Espacial de Cabo Cañaveral en Florida a las 19:00 hora local , a bordo de un cohete Atlas V de United Launch Alliance (ULA) que transportará 27 satélites a órbita.
Un intento anterior se canceló a principios de este mes debido al mal tiempo.
El Proyecto Kuiper, una filial del gigante minorista en línea fundado por Jeff Bezos, está intentando alcanzar a Starlink, la extensa red de satélites de internet de SpaceX que ha transformado el sector y otorgado a Musk una importante influencia geopolítica.
La iniciativa, con un presupuesto de 10,000 millones de dólares, planea desplegar 3200 satélites en la órbita baja terrestre (la región del espacio situada hasta 1900 kilómetros sobre el planeta), con la esperanza de entrar en funcionamiento a finales de este año.
El precio aún no se ha revelado, pero Amazon ha prometido que se ajustará a su reputación como minorista de bajo costo.
“Atlas V está en camino a la órbita para transportar esos 27 satélites Kuiper, ponerlos en marcha e iniciar realmente esta nueva era en la conectividad a internet”, declaró Caleb Weiss de ULA.
La carrera del internet satelital
Con el lanzamiento del lunes, Amazon entra formalmente en un mercado competitivo y de rápido crecimiento que incluye no solo a Starlink, sino también a otros actores emergentes en la carrera del internet satelital.
SpaceX lanzó el primer lote de satélites Starlink en 2019 y ahora cuenta con más de 6,750 unidades operativas, que dan servicio a más de cinco millones de clientes en todo el mundo, siendo, con diferencia, la fuerza dominante del sector.
Starlink también ha proporcionado acceso crucial a internet en zonas de desastre y guerra, como Marruecos tras el devastador terremoto de 2023 y en primera línea de la guerra de Ucrania contra Rusia.
Amazon planea acelerar los lanzamientos en los próximos meses y años, con más de 80 vuelos reservados a través de United Launch Alliance (una empresa conjunta de Boeing y Lockheed Martin), la francesa Arianespace, Blue Origin de Bezos e incluso SpaceX de Musk.
Sus satélites se unirán gradualmente a la creciente órbita terrestre baja, junto con Starlink, OneWeb de Europa y la constelación Guowang de China.
La creciente congestión en esta zona orbital ha suscitado preocupación por la congestión, las posibles colisiones y las interrupciones en las observaciones astronómicas.
El creciente papel de las empresas privadas en el espacio también ha planteado cuestiones políticas espinosas, especialmente a medida que la influencia de Musk se extiende más allá de los negocios y se extiende a la política y la diplomacia.
Musk ha enviado señales contradictorias sobre el futuro papel de Starlink en Ucrania, donde sigue siendo vital para el esfuerzo bélico de Kiev, un conflicto que el presidente estadounidense Donald Trump, aliado de Musk, ha prometido poner fin.