
Hace unos años, un ejecutivo de ventas con el que trabajé estaba en una situación difícil. Su empresa era evaluada para una posible adquisición, y su director le pidió que presentara una versión de la historia de la empresa que, aunque técnicamente era cierta, omitía detalles cruciales. La omisión haría que la empresa pareciera más sólida de lo que era, protegiendo su valoración y las posiciones del equipo directivo tras la adquisición.
Sabía que no era una mentira descarada, pero tampoco le parecía sincero. ¿Era solo un mensaje estratégico o algo más ético? ¿Y cómo podría afrontarlo sin poner en peligro su reputación ni su futuro en la empresa?
Un tercer camino para la ética
Optó por una tercera vía. En lugar de una negativa rotunda, que podría haber limitado su carrera, empezó por plantear preguntas aclaratorias. ¿Cuál era el verdadero resultado que deseaba el equipo directivo? ¿Había alguna manera de contar una historia más completa y equilibrada que reconociera los desafíos y destacara las oportunidades futuras?
Al final, logró la aprobación de la dirección para replantear la historia y centrarse en cómo la empresa había aprendido de sus dificultades y estaba tomando medidas para mejorar. No fue una maniobra de manipulación. Fue honesta, con visión de futuro y llena de esperanza. El director ejecutivo elogió el enfoque, y el ejecutivo mantuvo su integridad sin descarrilar su carrera.
El Instituto de Ética Empresarial de Estados Unidos descubrió en un estudio que uno de cada tres empleados se sintió presionado a comprometer los estándares éticos de la empresa. Muchos cumplen por miedo a sufrir represalias, ser etiquetados como “difíciles” o perder oportunidades. Pero hay maneras de contraatacar sin arriesgar tu carrera profesional.
Comprender antes de oponerse
Cuando se enfrentan a una solicitud cuestionable, la mayoría de las personas reaccionan de una de dos maneras: acceden por miedo o se resisten de inmediato, poniendo en riesgo su seguridad laboral.
Hay un mejor primer paso: esforzarse para comprender.
No todas las solicitudes incómodas son poco éticas. Algunas simplemente están mal comunicadas o no se ajustan a tus valores.
- Aclaración. Comienza por comprender completamente la solicitud. Es posible que el problema se deba a una incomodidad más que a una intención poco ética.
- Pregunta. Analiza los resultados que desean y si la solicitud los logra de la mejor manera. Formular preguntas reflexivas a menudo lleva a los líderes a replantear su enfoque por sí mismos.
- Redirigir. Si corresponde, propón una solución que cumpla con los mismos objetivos de negocio sin comprometer la integridad. Por ejemplo, en lugar de omitir los desafíos, destaca cómo estos impulsaron la innovación o mejoraron los resultados futuros.
Estas conversaciones pueden revelar que la persona que hace la solicitud está abierta a alternativas, pero que aún no las había pensado.
¿Falta de ética o acción ilegal?
Si ya lo has aclarado, has cuestionado y aún te sientes incómodo, es importante evaluar si la solicitud es simplemente poco ética o, de hecho, ilegal. Esa distinción determinará tu próximo paso.
Si la solicitud es ilegal, conviene actuar con cautela. Si te sientes psicológicamente seguro, puede ser útil empezar a comunicarte por correo electrónico para mantener un registro digital —aunque es posible que tu jefe oculte su rastro negándose a responder por correo electrónico—. Además, si tu empresa cuenta con un departamento de RH, puedes compartir la solicitud con ellos y expresar tu incomodidad.
Un amigo que trabaja en cumplimiento normativo se encontró en esta misma situación. Su manager le pidió que manipulara datos, una clara violación de la normativa. Respondió por correo electrónico, explicando explícitamente por qué la solicitud era ilegal y citando el código regulatorio pertinente. Nunca más le pidieron que lo hiciera. A veces, simplemente exponer los hechos es la defensa más poderosa que uno tiene.
Sin embargo, si la solicitud es poco ética pero no necesariamente ilegal, tu próximo paso debería ser una decisión personal que minimice el arrepentimiento futuro.
Marco de minimización del arrepentimiento
Si te enfrentas a este tipo de dilema, ya es una situación complicada. No existe una estrategia que garantice el éxito ni la protección. A veces, hacer todo “bien” aún resulta en reacciones negativas o limitaciones profesionales. Por eso recomiendo aplicar lo que se llama el “marco de minimización del arrepentimiento”.
Pregúntate: si veo esto en retrospectiva dentro de 10 años, ¿me arrepentiré de cómo lo manejé?
Este es el núcleo del marco de minimización del arrepentimiento, una herramienta de toma de decisiones popularizada por Jeff Bezos. No promete un resultado perfecto, pero ayuda a actuar de forma que minimice el arrepentimiento a largo plazo, incluso si genera incomodidad a corto plazo.
Al aplicar este marco, no solo consideras si conservarás tu trabajo el mes que viene. Te preguntas qué versión de ti mismo —el de hoy o el del futuro— quieres proteger más. ¿Quieres ser alguien que se mantuvo firme para mantener la paz? ¿O alguien que se mantuvo firme cuando era necesario?
Esto no significa que tengas que denunciar a alguien ni romper puentes. Simplemente significa elegir las acciones que te dejen en paz contigo mismo, sabiendo que hiciste lo que pudiste con el poder y la información que tenías en ese momento.