
Uno de los edificios nuevos más distintivos del mundo se alza ahora en el centro de un pequeño pueblo de los Alpes suizos, y es una impresión 3D. La estructura, un cilindro de columnas de color blanco hueso coronado por una cúpula, no se construyó de forma tradicional.
Actualmente, es la impresión 3D más alta del mundo y podría ofrecer una técnica para que otros edificios impresos se eleven aún más.
Ubicada sobre la base de un edificio preexistente, la torre alcanza una altura de 30 metros, con cuatro plantas conectadas por una escalera central. Es una estructura con 32 columnas de concreto inspiradas en árboles que crean una estructura en forma de jaula. Ensanchándose gradualmente a medida que asciende, la planta superior de la torre es un espacio de doble altura. Cuenta con una amplia plataforma circular con capacidad para decenas de personas.

La torre está concebida como espacio de espectáculos para Mulegns, un pueblo de tan solo 11 habitantes en el sureste de Suiza. El tejado de un edificio adyacente también se ha utilizado como base para las gradas escalonadas que dan a la torre.

¿Cómo se creó esta impresión 3D?
Es conocida como Tor Alva (Torre Blanca en romanche). El proyecto es una colaboración entre la fundación cultural suiza Nova Fundaziun Origen y la Universidad Politécnica Federal de Zúrich (ETH ). El arquitecto Michael Hansmeyer, y Benjamin Dillenburger, profesor de tecnologías de construcción digital en la universidad, la diseñaron en conjunto.
Quizás más importante que su altura, las columnas de la torre también soportan carga, lo que permite que la estructura se eleve tanto. Para hacer posible el proyecto, fue necesario desarrollar una mezcla especial de concreto. Esto representa una solución novedosa al problema del refuerzo del concreto impreso en 3D, algo difícil de lograr sin sacrificar la velocidad y la rentabilidad de la fabricación aditiva. Por ello, la mayoría de otros edificios de concreto impresos en 3D son estructuras de una sola planta.

Esta nueva técnica implica la combinación de dos robots. Uno actúa como impresora 3D, aplicando el concreto en capas; mientras que el otro coloca un refuerzo anular en la nueva estructura cada 20 centímetros. Tras la impresión, se añaden varillas de refuerzo adicionales. En total, se necesitaron cinco meses para imprimir las 32 columnas principales de la torre, cada una con una ornamentación espiral única. En total, la torre está compuesta por 124 piezas impresas en 3D y se asemeja vagamente a un pastel de varias capas.

Esta apariencia de pastel es una referencia a la historia de los pasteleros de la región, quienes desarrollaron nuevas técnicas de elaboración de pasteles y dulces y las llevaron a otras partes de Europa. El pueblo de Mulegns fue en su día un centro de repostería, pero ahora se está despoblando. Tor Alva se considera una nueva atracción turística.
Se planea que Tor Alva permanezca en el pueblo durante unos cinco años, tras lo cual podrá ser desmantelado y reconstruido en otro lugar. Por lo tanto, no solo es el edificio hecho con impresión 3D más alto, sino que también podría ser la primera torre impresa así en levantarse y trasladarse.