
En los años posteriores a la pandemia, nuestros códigos de vestimenta laboral se han vuelto más informales que nunca. Para algunos, este cambio ha sido recibido con los brazos abiertos. Para quienes disfrutaban de vestirse elegantemente, ha sido como un cambio de vestuario que les hacía sentir seguros y listos para su día. De la misma manera que algunos sentían que los códigos de vestimenta pre-covid eran restrictivos, otros ahora sienten la misma incomodidad con un código de vestimenta laboral ultra casual.
Nuestros lugares de trabajo creron una nueva regla no escrita sobre cómo vestirse, que deja poco espacio para la expresión personal. En mi trabajo como estilista, he escuchado que rechazar el código de vestimenta laboral distanciará a las personas de su equipo, cuando en realidad, la vestimenta puede, y debe, ser otra forma de aportar tu perspectiva única al lugar de trabajo.
El costo de tratar de encajar
Para evitar el riesgo de destacar, muchos profesionales se visten como el resto. En cualquier lugar de trabajo, verás rápidamente similitudes en la vestimenta de la gente.
En entornos formales como los bancos, el derecho o las finanzas, te verás inmerso en un mar de trajes negros, azul marino, beige y otros colores neutros.
Cuando trabajaba en una pequeña startup, donde se fomentaba la vestimenta informal, lo habitual eran los jeans, los suéteres con cierre y los tenis deportivos. A menudo me sentía fuera de lugar con mis elegantes looks de pantalón y saco.
Sin embargo, en agencias de publicidad o marcas de moda de venta directa al consumidor, el “lujo discreto” puede estar de moda y ser relevante. Con el tiempo, nuestro deseo de adherirnos a estas reglas supera nuestro deseo de expresarnos libremente.
Contrariamente a lo que nos han dicho, no hay una única forma de “vestirse para el éxito”. Ahora que la situación post-covid ha pasado, creo que la nueva norma de “estar cómodo” con la ropa de trabajo no es una regla de vestir, sino un llamado a vestirnos de una manera más auténtica.
Lo que los profesionales destacados saben es que vestirse para complacer o ajustarse a un estándar puede limitar la confianza y la energía. Pero cuando te vistes de forma auténtica, te presentas con más determinación, concentración, disfrute y confianza.
¿Cómo sería entonces adoptar una nueva definición de “comodidad” en la vestimenta en el lugar de trabajo?
Aquí hay tres consejos para trabajar con el código de vestimenta actual que permite todo y que es individual para ti, sin sacrificar la comodidad.
Presta atención a cómo te hace sentir tu vestimenta laboral
Si quieres utilizar la ropa como herramienta, sintoniza con cómo te hace sentir.
Cuando te pones algo, ¿te da energía? ¿Te dan ganas de ser más sociable o de hablar más? ¿O te dan ganas de volver a la cama y esconderte bajo las sábanas?
La ropa que te da un impulso extra te ayudará a lograr resultados alineados. En un estudio conocido como el Efecto Batman, descubrimos que los niños de 4 a 6 años mostraron mucha más determinación, confianza y concentración cuando realizaban una tarea aburrida con una capa que los hacía sentir como Batman.
En otro estudio, los investigadores Hajo Adam y Adam D. Galinsky concluyeron que la ropa que vestimos afecta nuestra forma de pensar y comportarnos, en concreto nuestra atención y concentración. Este resultado se denominó posteriormente Cognición Vestida.
Todo esto indica que la ropa sirve para algo más que como símbolo de estatus y moda. Es una herramienta que podemos usar para alcanzar un nivel diferente de nosotros mismos en el trabajo y más allá.
Busca destacar en lugar de encajar
Una gran marca no busca encajar, sino destacar. Tu ropa, que forma parte de tu marca personal, no es la excepción.
Si bien usar ropa que combine con otras de tu industria puede parecer la clave del éxito —una mentalidad que podría recordarte a tus días de escuela secundaria—, el verdadero indicador de confianza es expresar tu yo más auténtico a través de tu ropa.
De hecho, piensa en los líderes que admiras en tu trabajo o en tu sector. ¿Visten igual que todos los demás? ¿O forjan su propio camino? Piensa en Steve Jobs y Mark Zuckerberg hace décadas, cuando aparecieron con ropa que rompía con todas las normas laborales. Fue noticia porque todos nos preguntábamos: “¿Cómo puede alguien tan exitoso aparecer con sudaderas y tenis?”
Avanzamos rápidamente hasta hoy: algunas de mis líderes femeninas favoritas que se atreven a ser audaces y marcar un nuevo camino con su estilo son Michelle Obama, Naima Judge, Rosalind Brewer y Bozoma Saint John.
Al asumir su autenticidad, nos muestran que está bien, y de hecho es muy poderoso, ser auténtico. Judge dijo recientemente: “No ser auténtico requiere energía. Si logro ser más auténtico, puedo usar mi energía para centrarme en mis clientes y animar a quienes me reportan”.
No podría estar más de acuerdo.
Observa qué reglas y creencias de la vestimenta laboral te están frenando
Con el tiempo, todos acumulamos reglas sobre lo que es aceptable —o inaceptable— para vestir en el trabajo. Estas reglas pueden estar influenciadas por nuestras propias familias o círculos sociales, pero también pueden estar definidas por creencias sobre la vestimenta en función de nuestra edad, si tenemos hijos, el sector en el que trabajamos, etc.
Las reglas, a veces sin que nos demos cuenta, pueden convertirse en creencias arraigadas que afectan nuestro comportamiento.
Por ejemplo, si trabajas en una industria donde todos visten colores neutros, podrías crear inconscientemente la regla de que los colores neutros son la única forma de vestir para ser tomado en serio. Pero si te encanta el color, cuestionar esa regla podría ser como presentarte con un traje verde azulado que no solo es profesional, sino que también muestra una parte de tu verdadero yo.
El primer paso para liberarte es identificar qué reglas han guiado tus decisiones sobre qué comprar y dónde comprar. Una pista para determinar si estas creencias son inútiles es si se centran en las expectativas, reglas, estándares y creencias incuestionables de los demás. Luego, pregúntate: ¿Sigue siendo esta una regla relevante y verdadera en mi vida? A menudo, simplemente cuestionar la verdad es el camino hacia la libertad y a tomar decisiones más alineadas con tu yo auténtico.
Aunque tener menos consejos sobre qué ponerte para ir a trabajar puede ser frustrante, piensa en cómo también puede ser liberador. ¡Por fin, por fin!, podemos usar lo que nos hace sentir más auténticos. Y cuando empiezas a pensar en tu ropa no solo como una declaración de estilo, sino como el motor para alcanzar tus metas, te das cuenta del poder que tiene elegir tu look cada día.